1. ¿Qué es un entorno de formación a distancia?
2. Metodología del diseño de entornos de formación a distancia
3. La elección del modelo de aprendizaje
4. Estudio previo: puesta a punto de las especificaciones de entrada y primer esbozo de la formación
5. Recogida de análisis y estructuración del contenido de la formación
6. Elaboración del entorno de formación: del escenario de actividades de aprendizaje al escenario de interacción
7. El diseño de un entorno de aprendizaje debe inscribirse en un proceso de validación continua
8. Conclusiones
9. Referencias bibliográficas
   

Internet, de cerca o de lejos, forma parte de nuestra vida cotidiana, incluso se ha convertido, para un gran número de nosotros, en una necesidad absoluta en nuestras actividades profesionales o privadas y, desde luego, no somos los únicos. Debemos ser actualmente en el mundo más de 400 millones de Internautas y se piensa que de aquí a dos o tres años habrá más usuarios de la Web que de las actuales líneas telefónicas en servicio, es decir, se prevé mil millones de navegantes en el año 2005. El éxito de Internet se debe a varios factores convergentes: 1) el fácil acceso, muy poco costoso, a una información cada vez más importante (7 millones de nuevas páginas aparecen cada día en Internet) y, 2) la integración de técnologías antiguamente aisladas (escrito, imagen fija, vídeo, comunicación bidireccional, interactividad), con la presencia de servicios cada vez más interesantes (reservas de billetes, compras a distancia, etc.). Como tecnología de integración, Internet se ha convertido en el pilar de la sociedad de la información, pero las redes interactivas de multimedia, sin embargo, no sólo constituyen un medio poderoso de acceso a la información y gestión de la comunicación, sino que pueden del mismo modo constituir una herramienta eficaz para aprender de otro modo, permitiendo al profesor transformarse “...en barquero en vez de aislarse en su tradicional función de pastor...”² (Rosnais, 2000). Desde esta perspectiva, la utilización de las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC) en la formación puede modificar el enfoque de la concepción y organización de la formación como tal. Determinados acercamientos pedagógicos, que sitúan la actividad del aprendiente en el centro de sus preocupaciones, ven una posibilidad real de aumentar su eficacia en el campo. En efecto, las herramientas puestas a disposición de los conceptores de las clases a distancia, utilizando los recursos ofrecidos por las TIC (chat, foros, bibliotecas virtuales, mensajería electrónica, etc.), les permiten elaborar situaciones de aprendizaje que ofrecen las condiciones necesarias para la actividad efectiva del alumno y su tutela, encargarse de grandes grupos de alumnos y proponerles trabajos prácticos, objeto de un seguimiento en profundidad, asegurar la formación permanente de adultos con horarios sobrecargados, organizar una formación a distancia para un público disperso por el mundo entero; éstos son algunos de los desafíos que se plantea a menudo en la formación a distancia.

Para resaltar en evidencia las exigencias de estas situaciones concretas, resulta esencial concebir una formación basándose en un proceso de diseño riguroso y, por ello,

1) Se ha concebido la plataforma ESPRIT⁴ para facilitar al profesor la elaboración de las actividades de aprendizaje que corresponden a las exigencias del trabajo en colaboración a distancia, y con total autonomía respecto al equipo informático. El entorno de formación puesto en funcionamiento por la plataforma se caracteriza por el papel esencial que dedica a la actividad del alumno, y al trabajo en colaboración que estimula por medio de las funcionalidades disponibles, así como por la facilidad con la que los tutores pueden asegurar el control de las actividades.
2) Se han experimentado en varias ocasiones y en diferentes clases del segundo ciclo de la universidad estas condiciones de formación. En esas clases, se trataba, ante todo, de que los alumnos pudieran realizar a distancia trabajos dirigidos por tutores. El problema de dirigir esas clases no era, como ocurre a menudo en el caso de dispositivos de educación a distancia, suplir las dificultades de acceso ligadas a la distancia geográfica que separa a los estudiantes de los lugares de formación sino, más bien, proponerles actividades más ricas y modalidades de trabajo más flexibles.

Notas

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