5. Recogida de análisis y estructuración del contenido de la formación

Antes de poder construir lo que constituirá finalmente la formación, es decir, el conjunto de las situaciones de aprendizaje propuestas a los aprendientes según una articulación determinada, un trabajo sistemático de selección y estructuración de los conocimientos deberá llevarse a cabo. Como lo muestra la figura que aparece a continuación, este trabajo puede tomar una amplitud diferente según que el contenido de la formación sea accesible o no, bajo una forma más o menos estructurada, y que esta estructuración haya sido establecida con fines de formación o no. El conceptor se encontrará en una situación mucho más sencilla si dispone, para elaborar su módulo de formación, de manuales escolares o silabarios (informaciones estructuradas con fines pedagógicos). Por el contrario, el trabajo será inmenso, si el contenido no está ni formalizado ni estructurado (informaciones difusas y no estructuradas), como sucede cuando no se encuentra presente más que en el cerebro de algunos expertos. En este último caso, se recurrirá a técnicas generalmente agrupadas bajo el título de extracción de conocimientos que, a menudo, se han puesto a punto inicialmente para permitir recoger de los expertos del campo los datos básicos necesarios para la construcción de los sistemas experto. Se pueden usar diferentes técnicas en este marco entre las que encontramos la entrevista, la reflexión oral suscitada en el experto para la confrontación de éste frente a determinadas tareas, la revisión que permite confrontar la comprensión del conceptor a la del experto, la averiguación a partir de un prototipo informatizado de modelo o de base de conocimientos.

Figura 1: Trabajo de elaboración de las informaciones

Al final de esta operación de recogida de informaciones, el conceptor pedagógico dispone de una base estructurada de conocimientos sobre la que los expertos y los prescriptores están de acuerdo. Esta base estructurada no constituye todavía el contenido de la formación sino un material de base a partir del cual el conceptor pedagógico podrá apoyarse para elaborar la estructuración modular de la formación y, finalmente, las situaciones de aprendizaje que se deben proponer a los aprendientes.

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