ISSN: 1139-8736 Depósito Legal: B-37271-2002 Copyright: © Silvia Montero Martínez |
3.4.1 Propiedades semánticas
Entre los autores que se han centrado en este componente se encuentran Firth y sus seguidores (§3.3) que parten del principio de que las UL reciben su significado a partir de las unidades con las que coocurren.
Firth se encuentra entre aquellos que han entendido las colocaciones como un fenómeno léxico, independiente de la gramática. A él se le atribuye la creación del término 'collocation' que aparece en Firth (1939-1951), Papers of Linguistics, formando parte de su teoría general del significado. Considera la colocación como "a mode of meaning"; es decir, al significado léxico de cualquier palabra se llega a través de una serie de niveles, el ortográfico, el fonológico, el gramatical y finalmente el colocacional (Firth 1957: 192). A modo de ejemplo, Firth describe el significado de 'peer' de la siguiente manera: i) en el nivel ortográfico establece que 'peer' se distingue de 'pier'; ii) en el fonológico formula la pronunciación; iii) en el gramatical establece si 'peer' es un sustantivo o un verbo; iv) en el colocacional, que uno de los significados de 'peer' es el de la colocación 'school peer' (Firth 1957: 192).
Basándose inicialmente en este autor, Halliday (1966) y Sinclair (1966) destacan la importancia de las colocaciones léxicas, aquéllas formadas por elementos léxicos, frente a las gramaticales 38. Además intentan estudiar el léxico como un nivel lingüístico diferente a la gramática; la teoría léxica la consideran como complementaria de la teoría gramatical pero no parte de ella (Halliday 1966: 148). Así, la gramática organizaría la lengua como un sistema de elecciones y aquellos patrones o elementos que no se ajustaran a tal sistema habría que recogerlos al final de cada descripción gramatical (Sinclair 1966: 411). La teoría léxica, por otra parte, se dedicaría al estudio y descripción de los elementos léxicos individuales y de sus tendencias colocacionales que no se pueden tratar desde la gramática, ya que no son una cuestión de elección, una mejor que otra, sino más bien de probabilidad de ocurrencia, es decir, virtualmente no hay colocaciones imposibles pero unas son más probables que otras (Sinclair 1966: 411).
Debido al interés que los seguidores de Firth han tenido por el estudio probabilístico de la coocurrencia de los elementos léxicos, a ellos debemos la aparición de nuevos términos lingüísticos de uso común en la actualidad tales como 'node' (núcleo, nodo o base) para referirse al elemento léxico cuya colocación se está estudiando; 'span' (horizonte colocacional) para referirse al número de elementos léxicos incluidos a ambos lados del núcleo y que se considera de interés para su estudio, y 'collocates' (colocados) para aquellos elementos que se encuentran dentro del marco definido por el span (Sinclair 1966:415):
(58) kick the bucket el colocado 'bucket' aparece +2 posiciones del nodo 'kick'
Definir el horizonte colocacional óptimo es complicado y no goza de acuerdo entre los diferentes autores, ya que, en teoría, un nodo tiene rango de influencia infinita que va disminuyendo a medida que nos distanciamos del mismo. En un artículo pionero de Jones y Sinclair (1973), el horizonte se estableció en 4 posiciones a la derecha o a la izquierda del núcleo, una cifra mantenida en trabajos posteriores (Sinclair 1987, 1991) a pesar de que en el proyecto COBUILD (§3.4.4.3) se fijara en 5 unidades. A esta misma conclusión llega Thomas (1993: 47) a partir de estudios estadísticos según los cuales más del 95% de la información relevante en un estudio colocacional se puede obtener examinando los colocados que ocurren en una distancia de ± 5. Es importante tener presente que en el caso de la terminología, las colocaciones sólo se mantienen contiguas en el texto en casos excepcionales. Wright (1997: 15) señala que los componentes de una UF no tienen por qué aparecer de forma adyacente sino que pueden hacerlo en frases o incluso párrafos distintos, aunque el patrón de uso seguirá siendo obligatorio; esta dificultad inherente a las colocaciones es un aspecto que dificulta su procesamiento automático. Detrás del concepto de node, collocate y span se encuentra una propiedad que algunos han denominado polaridad (Hausmann 1985, 1989), y que pone de manifiesto que los colocados no tienen el mismo estatus semántico que los nodos.
Se suele aceptar que el significado de las locuciones idiomáticas no se puede derivar del significado individual de los lexemas, por lo que se las califica de no-composicionales mientras que una combinación libre de lexemas sería completamente composicional. Las colocaciones son, en este sentido, un punto medio. Esta composicionalidad parcial llevó a Hausmann (1985, 1989) a describirlas como combinaciones polares, que consisten en una base con un significado léxico pleno y un colocado, con un significado modificado o reducido (Heid 1994: 234). En los planteamientos distribucionales, por lo general, el sustantivo sería la base salvo en las colocaciones formadas por V + Adv. o por Adv. + Adj. donde las bases son los verbos y los adjetivos respectivamente. La base presenta autonomía semántica y a menudo selecciona en su colocado una acepción especial que éste presenta únicamente en coaparición con ella. Salvo en los casos de restricción casi ilimitada, generalmente el colocado presenta: i) una especialización semántica que restringe sus posibilidades de conmutación ('fruncir el ceño'); ii) un significado abstracto o figurativo ('sofocar una revuelta'); iii) un significado casi gramaticalizado, como ocurre en las colocaciones de verbo delexicalizado o verbo de soporte ('dar comienzo'). Es decir, las bases suelen seleccionar acepciones secundarias, abstractas o figurativas de sus colocados de ahí que se hable de composicionalidad parcial (Alonso Ramos 1993: 162, Heid 1994: 232).
Otra forma de decir que el significado presenta algún rasgo especial es mediante el concepto de contextually restricted; uno de los constituyentes se utiliza con un sentido determinado en contextos restringidos (aunque se pueda dar cierta variación). Así entramos en la noción de cohesión, que implica que la presencia de una o más palabras de la colocación a menudo sugiere el resto de la misma. Relacionado con esta idea surge la propuesta de que se pueden identificar grupos de elementos léxicos con restricciones colocacionales similares que permiten agruparlos. Por ejemplo, 'bright', 'shine' y 'light' pertenecen al mismo grupo porque son colocados de 'moon' (Halliday 1966: 156), por tanto, para estos autores el criterio que determina la inclusión de un elemento es la relación sintagmática con una UL determinada no la relación paradigmática.
Esta última propuesta hecha desde el enfoque composicional (§3.3), es aceptada por Lyons (1977) pero la encuentra insuficiente, ya que si bien organizan el léxico en grupos dependiendo de sus colocaciones, no explican por qué hay elementos léxicos que sólo se colocan con otros determinados. Además, el enfoque composicional estudia el fenómeno de la colocación como si los procesos combinatorios de la lengua fueran siempre arbitrarios (Lehrer 1974: 176), mientras que Lyons propone estudiar las relaciones de sentido existente entre pares de lexemas sintagmáticamente conectados (1977: 261), es decir, aplicar el concepto de lexical field en el estudio de las colocaciones.
Lyons describía los principios de la teoría de los campos como si el lexicón de una lengua fuera un conjunto cerrado de lexemas en el que cada unidad es miembro de sólo uno de los campos. Sin embargo, el léxico de una lengua es un sistema abierto y los lexemas pertenecen a distintos dominios léxicos (§2.2.1). Por tanto, el estudio del léxico en una teoría de campos basada exclusivamente en relaciones sintagmáticas da lugar a problemas; la definición del significado de un lexema es más que el conjunto de sus colocaciones. Estos problemas llevaron a Lyons a sugerir que la semántica descriptiva puede funcionar sin las relaciones sintagmáticas (Lyons 1977: 268) por lo que decide dejarlas de lado y tratar con las relaciones paradigmáticas.
Quien también llega a esta conclusión es Cruse (1986), que partiendo de que el significado de un elemento léxico se percibe como una combinación de las propiedades semánticas de dicho elemento y las del colocado que a su vez determina, distingue tres tipos de restricción colocacional dependiendo del grado en que las propiedades semánticas de un elemento léxico predicen la aparición de un determinado colocado: i) sistemáticas; ii) semi-sistemáticas; iii) idiosincrásicas. Como ejemplos de las primeras, 'grill' y 'toast' son verbos que denotan el mismo proceso desde el punto de vista del agente pero no del paciente, ya que generalmente 'grill' se utiliza con alimentos crudos y 'toast' con alimentos que ya están cocinados. En cuanto a los semi-sistemáticos, son aquellas restricciones colocacionales que se comportan como presuposiciones de un elemento léxico pero se pueden dar excepciones. Por ejemplo, los 'customers' obtienen algo material a cambio de dinero mientras que el 'client' recibe un servicio técnico o profesional menos tangible. Sin embargo, los bancos suelen tener 'customers' en lugar de 'clients'. Finalmente, en aquellos elementos léxicos con restricciones colocacionales idiosincrásicas, el abanico colocacional sólo se puede describir enumerando todos los colocados aceptables (Cruse 1986: 281). Por ejemplo, 'pay attention/a visit' pero no 'pay a greeting/welcome'. Debido a la dificultad de las relaciones sintagmáticas, Cruse (1986) como la mayor parte de los semanticistas encuentra que el estudio de las relaciones paradigmáticas resulta más productivo que el de las sintagmáticas (Cruse 1986: 86).
Una excepción en este sentido es Mel'cuk (1988, 1996, 1998), que sí se ocupa de las relaciones sintagmáticas, y ha elaborado una de las propuestas de mayor repercusión.
Notas
38 En general, los autores que se centran en las propiedades semánticas de las colocaciones parten de su polaridad (Hausmann 1985, 1989), como veremos, por lo que se asume que sólo los lexemas pueden formar parte de éstas. Esta es una diferencia importante respecto del trabajo llevado a cabo por Benson et al. (1986, 1993), entre otros, que centrándose en el aspecto sintáctico consideran cualquier combinación con una frecuencia estadística relevante como colocación e introducen la variante de colocación gramatical frente a léxica (§3.4.2).
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