ISSN: 1139-8736
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3.4.4.1 Diccionarios monolingües generales

Los diccionarios monolingües semasiológicos con pretensiones de abarcar la totalidad de los elementos inmersos en el discurso general se pueden dividir en diccionarios enfocados hacia los hablantes nativos (Oxford English Dictionary, OED; Diccionario de Uso del Español, DUE) y aquéllos dirigidos a la adquisición de segundas lenguas (Collins Cobuild English Language Dictionary, COBUILD, §3.4.4.3). Los primeros tienden a ofrecer una visión más amplia de la lengua que los segundos, cuyo objetivo es cubrir las unidades más comunes. Las entradas en estos diccionarios se organizan generalmente en orden alfabético y los lemas de cada una pueden estar constituidos por una sola palabra o por unidades poliléxicas. Dentro de cada entrada se puede incluir información etimológica, fonética, gramatical y una definición de cada una de las acepciones de la entrada y ejemplos que ilustran su uso. Los usuarios consultan estos diccionarios para informarse del significado de una palabra, de su pronunciación, o para asegurarse de que su conocimiento sobre tal palabra es certero.

El OED es un diccionario semasiológico producido por James Murray entre 1884-1933 y cuya primera edición completa se publicó en 1928. Se corresponde con el modelo lexicográfico tradicional, el enfoque inaugurado por Samuel Johnson en el s.XVIII con su Dictionary of English Language (1755), el primero en intentar abarcar la lengua general. En la fase de documentación, Johnson se centró en la lectura de autores que consideraba como fuentes fiables para la elaboración de un diccionario de la lengua inglesa. Según Reddick (1990: 33), lo primero que hizo Johnson fue marcar pasajes en libros impresos para utilizarlos como ejemplos de uso, por lo que ya intuía la importancia de la utilización de un corpus fiable y representativo.

Las entradas en los diccionarios de lengua general tradicionalmente han seguido las pautas establecidas en el OED, descritas en el prefacio de la versión de 1933 (xi):

i) identificación o entrada propiamente dicha, pronunciación y categoría gramatical;
ii) morfología e información etimológica;
iii) significados de la entrada ordenados de mayor a menor antigüedad;
iv) citas que ilustran los distintos sentidos, el origen y la evolución de las entradas.

En lo que se refiere al tratamiento colocacional, el OED denomina 'combinación' a la unión de N + N y 'colocación' a la de Adj. + N pero este uso no se hace de forma sistemática (Berg 1993: 46), como vemos en la Fig. 3.1 y 3.2 en las que ninguna de las unidades se identifica siguiendo estos principios:

Figura. 3.1: Extracto de entrada del OED correspondiente a 'comfortable looking'

Figura 3.2: Extracto de entrada del OED correspondiente a 'comfortable margin'

Por otro lado, las colocaciones pueden aparecer dentro de la entrada correspondiente a la palabra principal, o si está lo suficientemente consolidada y ha desarrollado su propia etimología, significado o uso, puede aparecer como una entrada independiente (Berg 1993: 46-50). En el caso de las combinaciones, el uso de una u otra opción a veces depende del número de unidades recogidas. Por ejemplo, la entrada del sustantivo 'sea' contiene cientos de combinaciones pero también aparecen más de 200 entradas independientes para compuestos que comienzan con 'sea' y que han desarrollado su propia historia e, incluso, han generado sus propias combinaciones.

En el caso de las combinaciones recogidas dentro de una entrada, éstas normalmente aparecen como las últimas acepciones pero, de manera ocasional, en entradas breves con sólo una o dos acepciones, o en entradas para nombres propios, se pueden encontrar combinaciones dentro del texto de la definición. Así, en la entrada correspondiente al sustantivo 'sauna' se aprecian ejemplos de estos casos que van precedidos por 'attrib. y Comb.':

Figura. 3.3: Entrada del OED correspondiente a 'sauna'

El OED también distingue tipos de combinaciones según el grado de fijación u opacidad y en consecuencia les aplica un tratamiento distinto, tanto desde el punto de vista estructural como tipográfico. Así, hay asociaciones de una palabra principal con otra que funciona atributivamente ('attrib.') como descriptor, o como simples combinaciones ('Comb.' o 'Combs.') en las que ambas palabras mantienen su propio significado y no se necesita definición. Normalmente en estos casos sólo se dan algunos ejemplos de estos usos, en cursiva y negrita, y se definen sólo a través de citas ilustrativas:

Figura 3.4: Extracto de la entrada del OED correspondiente a los attrib. y Comb. de 'television'

Además, aparecen combinaciones con un significado más opaco o especializado ('Special Combinations') que se puede definir en pocas palabras. Tales unidades, junto con breves descripciones, generalmente se presentan en negrita, ordenadas alfabéticamente en un párrafo único seguido de citas ilustrativas del uso de dichas unidades:

Figura 3.5: Extracto de la entrada del OED correspondiente a las Special Combs. de 'television'

Pero en el tratamiento que este diccionario lleva a cabo de estas unidades se observan inconsistencias tales como: i) la decisión de calificar una combinación como especializada o como simples ejemplos no sigue un criterio sistemático, no siempre se tiene en cuenta el grado de opacidad semántica; ii) no se utilizan de forma clara las etiquetas de 'attrib.' y 'Comb.' Se pueden encontrar variaciones y subcategorías de las mismas sobre todo en las palabras que presentan muchas combinaciones. Así, se puede utilizar indistintamente frases introductorias como 'Special Combs.', 'Spec. Comb.' o 'In special collocations' para distinguir las combinaciones con definición de aquéllas presentadas como meros ejemplos; iii) no se delimitan claramente las colocaciones frente a las combinaciones.

En cuanto al Diccionario de Uso del Español (DUE) (1966-1967) de María Moliner, a pesar de que registra aproximadamente el mismo número de voces definidas que el Diccionario de la Lengua Española de la RAE (DRAE), su éxito se logra gracias al propósito renovador que impulsa su creación. Se trata de la conjunción de tres rasgos: el concepto del diccionario como una herramienta total del léxico (Seco 1985: 208, énfasis añadido), la voluntad de superar el análisis tradicional de las UL, y el intento de establecer una separación entre léxico usual y no usual.

La primera característica, a pesar de su enorme importancia, no constituye ninguna novedad, ya que Casares en sus Obras Completas (1941: 118) ya había expuesto la tesis de que "hay que crear, junto al actual registro por abecé, archivo hermético y desarticulado, el diccionario orgánico, viviente, sugeridor de imágenes y asociaciones, donde, al conjuro de la idea se ofrezcan en tropel las voces, seguidas del utilísimo cortejo de sinonimias, analogías, antítesis y referencias; un diccionario comparable a esos bibliotecarios solícitos que, poniendo a contribución el índice de materias, abren camino al lector más desorientado, le muestran perspectivas infinitas y le alumbran fuentes de información inagotables". El propio Casares llevó a la práctica su teoría en el Diccionario ideológico de la lengua española (1942), con el siguiente lema: 'De la idea a la palabra; de la palabra a la idea'. Esta misma meta se propuso María Moliner, construir un diccionario codificador y decodificador. Además, el DUE establece dos grandes niveles dentro del léxico: las palabras y acepciones usuales y las no usuales; una diferenciación realizada por medios tipográficos y con el objetivo de asesorar al hablante que quiere escoger su propia forma de expresión. Se une a esto la información sobre construcciones sintácticas en las distintas acepciones. Otros rasgos característicos de este diccionario, algunos considerados como errores por la lexicografía española, son los siguientes: i) ausencia casi generalizada de la categoría gramatical de las entradas, ya que se ilustra el uso en los ejemplos; ii) presencia, en la macroestructura, de la terminología de zoología y botánica; iii) elaboración del diccionario partiendo, como casi únicas bases documentales, de la competencia lingüística de la autora y del mismo DRAE que trataba de superar; iv) deseo de introducir un elemento de racionalidad en el convencionalismo alfabético de los diccionarios; las palabras, dentro del abecedario general aparecen agrupadas en familias etimológicas 42.

Según Corpas Pastor (1990: 335-337) este diccionario no menciona explícitamente la noción de 'colocación' pero registra colocaciones siguiendo distintos procedimientos: i) presentar la colocación bajo las entradas de los adjetivos correspondientes, concretamente en el régimen lexemático de la definición. En este caso, el régimen lexemático forma parte de la perífrasis definitoria y viene señalado por las fórmulas 'se aplica a', 'aplicado a', 'dícese de' o 'se dice (de)'. De esta forma se incluyen colocaciones como 'mal crónico':

Figura 3.6: Entrada del DUE con la colocación 'mal crónico'

ii) Otra forma de indicar las colocaciones consiste en incluirlas como ejemplos en letra redonda y entre comillas simples, como en el caso de 'autor material':

Figura 3.7: Entrada del DUE con la colocación 'autor material'

iii) El DUE utiliza también otros procedimientos como incluir la colocación bajo la entrada del sustantivo, concretamente al final del artículo correspondiente en el apartado de frases y modismos, indicándolas tipográficamente mediante la utilización de versales, como 'situación difícil' en la Fig. 3.8. A veces se especifica que se trata de un enlace de palabras frecuente, como ocurre en la colocación 'fe inquebrantable' (Fig. 3.9):

Figura 3.8: Entrada del DUE con la colocación 'situación difícil'

Figura 3.9: Entrada del DUE con la colocación 'fe inquebrantable'

iv) Otra forma de indicar las colocaciones consiste en especificarlas en versalitas en los catálogos de palabras afines, apartado en el que se recogen colocaciones como 'vida agitada' (Fig. 3.10) y en ocasiones se especifica que se trata de una combinación frecuente como en 'momento oportuno' (Fig. 3.11):

Figura 3.10: Entrada del DUE con la colocación 'vida agitada'

Figura 3.11: Entrada del DUE con la colocación 'momento oportuno'

Otro tipo de colocaciones que recoge este diccionario son las de V + N como las siguientes:

Figura 3.12: Entrada del DUE con colocaciones de V + N

Corpas Pastor (1990: 338) afirma que en este diccionario también se observan deficiencias, ya que el hecho de que una colocación aparezca como frase, como ejemplo, dentro de los catálogos de palabras afines, o que venga especificada en el régimen lexemático de la definición, no obedece a ninguna razón especial. Más bien, parece resultado de una decisión arbitraria de la autora. Así se explica que colocaciones que aparecen en el apartado de frases y modismos bajo la entrada para uno de los colocados (Fig. 3.13), aparezcan en el régimen lexemático de la definición de la otra entrada (Fig. 3.14), como ocurre con 'sueño pesado':

Figura 3.13: Entrada del DUE con la colocación 'sueño pesado' dentro de las "palabras afines"

Figura 3.14: Entrada del DUE con la colocación 'sueño pesado' en el régimen lexemático

En general, a pesar de la variedad de procedimientos empleados por los diccionarios monolingües españoles, no se puede decir que se haya conseguido una sistematización en el tratamiento de las colocaciones, al igual que sucede con los diccionarios ingleses. Entre otras cosas, es necesario que se establezcan criterios que determinen la solución de problemas tales como el lugar de la microestructura donde debe aparecer una colocación o incluso qué colocaciones se deben introducir en la macroestructura de los mismos (Corpas Pastor 1990: 339, 340).


Notas

42 Este último rasgo ha sido eliminado en la nueva edición del DUE porque se consideraba que además suponía una cierta dosis de subjetividad. Por tanto, en la nueva versión no aparecen registradas como entradas las raíces léxicas.


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