ISSN: 1139-8736
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Copyright: © Silvia Montero Martínez

3.4.3 Propiedades pragmáticas

La definición de colocación de Aisenstadt (1979: 71) recoge los aspectos vistos hasta aquí y añade uno nuevo, el pragmático, al afirmar que estas unidades son combinaciones de dos o más palabras usadas de forma no idiomática siguiendo unos determinados patrones estructurales, y que tienen su variación restringida no sólo por la semántica y la gramática sino también por el uso.

Las colocaciones del discurso general o especializado (§3.5.1) son la manera "normal" de expresar un contenido determinado. Ésta es la razón por la que textos correctos desde el punto de vista colocacional resultan fluidos mientras que aquéllos que presentan colocados erróneos o expresiones composicionales en lugar de alternativas colocacionales, se perciben como poco naturales. Estas "combinaciones repetidas funcionan como unidades del lexicón mental, es decir, se almacenan y se usan como entidades completas en mayor o menor grado" (Corpas Pastor 1997: 22) y se reconocen por los miembros de una comunidad lingüística como productos semi-acabados, prefabricados, de una lengua. Por tanto, la forma léxica de una colocación está restringida en el nivel pragmático; la norma de una lengua establece ciertas combinaciones y bloquea otras. Los hablantes intuitivamente saben qué combinaciones son posibles o están disponibles y cuáles son sólo fruto de la aplicación de una regla general y por tanto combinaciones libres (Heid 1992: 534).

Este proceso de institucionalización está relacionado directamente con el de fijación (estabilidad formal) y lexicalización (especialización semántica). En cuanto al primero, Corpas Pastor (1997: 23) afirma que se trata de una fijación arbitraria establecida por el uso; Zuluaga (1975: 230) la define como aquella "propiedad que tienen ciertas expresiones de ser reproducidas en el hablar como combinaciones previamente hechas". La fijación lleva aparejada, en muchos casos, el segundo proceso (Cowie 1988, Béjoint 1989), la lexicalización o especialización semántica (Corpas Pastor 1997: 24-26) que se observa en la adición de significado ('poner el dedo en la llaga', donde se pasa de lo particular, físico y concreto a lo general, psíquico y abstracto) o en la supresión del mismo ('hacer alusión' = aludir), un proceso claro en los verbos de soporte 40.

Además hay que tener en cuenta que las colocaciones pueden pertenecer a variedades lingüísticas diasistemáticas, al igual que las unidades léxicas simples (Heid 1994: 241); es decir, también están sujetas a la variación en función de una serie de factores sociolingüísticos, un fenómeno en el que profundizaremos a partir del estudio de la colocación del discurso especializado (§3.5.1).


Notas

40 En este sentido, el concepto de idiomaticidad se utiliza para "denominar aquella especialización o lexicalización semántica en su grado más alto" (Corpas Pastor 1997: 26) por lo que aquellas colocaciones más lexicalizadas están cercanas a las locuciones idiomáticas y no permiten modificación (Heid 1994: 232).


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