ISSN: 1139-8736
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3.5.2 Los términos compuestos

Perez Vigaray (1994) apunta que el concepto de palabra compuesta es objeto de debate por parte de los lingüistas; no existen criterios consensuados que nos permitan distinguir entre compuestos y derivados, o entre sintagmas fijos, yuxtaposiciones y compuestos nominales. A estos esfuerzos por definir el fenómeno con claridad suele subyacer un intento de establecer una delimitación entre UF, tales como locuciones nominales o colocaciones, y los verdaderos compuestos o términos compuestos en terminografía. Para intentar trazar esta línea divisoria se han utilizado criterios gráficos, de fijación y lexicalización, distribucionales, semánticos, etc. A continuación enumeramos algunas de estas propuestas:

Para Sager (1997: 34) los compuestos en terminografía constituyen la combinación de dos o más elementos léxicos que forman una nueva unidad sintagmática que representa un concepto. Las características que presentan en inglés son las siguientes: i) cuando hay dos elementos en un compuesto, el primero generalmente modifica al segundo que se denomina núcleo ('water load'); ii) los compuestos pueden, a su vez, formar parte de nuevos compuestos tanto en la posición de núcleo como de determinante ('weather-resisting feature'); iii) los patrones más complejos se suelen dar en el discurso especializado ('extra-rapid-hardening cement'); iv) los denominados compuestos eponímicos constan de nombres propios de personas o lugares y se utilizan para denominar sustancias, materiales, objetos, instrumentos, métodos, procesos y medidas ('Portland cement').

Por otro lado, según la naturaleza del núcleo es posible distinguir entre tipos de compuestos que designan objetos ('concrete roof'), propiedades ('concrete strength') y procesos/operaciones ('concrete slump test') (Sager 1997: 35). En cuanto al determinante, éste puede expresar una propiedad inherente del nuevo concepto que no es propia del núcleo ('wind pressure'), puede especificar el material del que está hecho el núcleo para diferenciarlo de otros objetos similares ('wooden post'), puede especificar el uso típico del núcleo ('antifreeze agent') o especificar el objeto del nombre verbal sometido a un proceso ('site paving').

Esta postura de Sager (1997), en donde se resalta la importancia de la información conceptual que se materializa a través de los compuestos, recuerda a Martin (1992) (§3.5.1) y sus colocaciones conceptuales en las que el colocado tiene un papel atributivo (Adj + N/ N + N), y que desempeñan una función de subcategorización dando lugar a menudo a términos. Para muchos autores, establecer el límite entre unas y otras unidades es necesario.

Por otro lado, para Cabré et al. (1996: 4) "en la difícil frontera entre un término de estructura sintagmática y una combinación con un alto valor de aparición [colocación], sólo los criterios cuantitativos, los formales, aducidos por el análisis lingüístico, y el reconocimiento por la competencia permitirán establecer diferenciaciones con un cierto rigor y precisión". Para estos autores, los términos compuestos, que denominan UTP (unidad terminológica polilexemática), se caracterizan por los siguientes factores que aplican a modo de filtros a un corpus etiquetado y desambiguado (Cabré et al. 1996: 6):

  1. Desde el punto de vista semiótico, pueden ser asociadas de manera estable y codificadas a elementos referenciales;
  2. Desde el punto de vista morfológico, por lo menos dos de sus componentes son UL autónomas;
  3. Desde el punto de vista del uso, pertenecen a un ámbito temáticamente especializado;
  4. Desde el punto de vista sintáctico, puede ocupar en una frase la posición de constituyente autónomo mínimo.

Por su parte, Lang (1990) define los compuestos sintagmáticos (sin unión gráfica) como UL pluriverbales de alta frecuencia de coaparición y uso, con cohesión semántica, lo que se traduce en la imposibilidad de sustituir, eliminar, reordenar o manipular sintácticamente sus elementos integrantes (cohesión morfosintáctica y deficiencias transformativas). Por tanto, se llevan a cabo pruebas y operaciones para comprobar la estabilidad formal y la integridad semántica en parte coincidentes con los propuestos por Cabré et al. (1996).

Corpas Pastor (1997: 93) apunta que por razones prácticas, y ante la falta de criterios adecuados que permitan deslindar claramente los compuestos sintagmáticos (sin unión ortográfica) de las locuciones, UF, considera como compuestos a todas aquellas UL formadas por la unión gráfica (y acentual) de dos o más bases; y locuciones a aquellas unidades que, presentando un grado semejante de cohesión interna, no muestran unión ortográfica. Esta postura implica que casos como 'telefonía celular/móvil', o 'tela asfáltica' son considerados como locuciones nominales, no compuestos.

Roberts (1993: 7) también afirma que es importante diferenciar con claridad las verdaderas UF de los compuestos. Para llevar a cabo esta diferenciación mantiene que el método más eficaz es considerar la categoría gramatical:

The most infallible, if somewhat arbitrary, criterion for distinguishing between complex terms and phraseology seems to be that of grammatical category. If the word combination is considered as belonging to a single, specific grammatical category (...), it will be considered here as a compound, and not as phraseology (Roberts 1994/95: 63).

Este criterio, que la propia autora califica de arbitrario en cierta medida, se contrapone a la visión de Pitch (1991: 94) que distingue dos tipos de "características relacionales" como responsables del origen de compuestos y colocaciones, negando por tanto que haya que aplicar un criterio intuitivo. Así, en primer lugar afirma que los conceptos de un dominio pueden combinarse contribuyendo a la estructuración de un sistema de conceptos en el que caben las relaciones de coordinación, subordinación y superordinación. Como fruto de la activación de dichas relaciones surgen los compuestos que representan un sólo concepto. En segundo lugar, los conceptos pueden combinarse para formar una proposición (más de un concepto) en las que son fácilmente observables los datos colocacionales. Aparece por tanto un nuevo criterio, el de carga conceptual, que responde a la siguiente idea:

The intuition about collocations is that they are combinations of two lexemes, not necessarily textually adjacent ones. To these two lexemes correspond two concepts (Heid 1994: 229, énfasis añadido).

Thomas (1993: 56) combina este criterio conceptual con el distribucional y afirma que es necesario distinguir entre los términos polilexemáticos (dos o más nombres o adjetivos más nombres) que representan un único concepto y aquellas unidades que constituyen frases (contienen otros elementos de la lengua, generalmente un verbo) y transmiten más de un concepto.

Otra postura es la que combina el criterio conceptual con el grado de lexicalización. En esta tendencia se encuadran Benson et al. (1986, 1993, 1997) y Tercedor Sánchez (1999) que hablan de multiword lexical units para las unidades más fijas sin posibilidad de variación y de colocaciones para aquéllas más libres, sin fijación. En el plano conceptual, las sitúan también a niveles distintos: los compuestos transmiten un solo concepto y las colocaciones dos.

Finalmente, hay otra postura que tiene en cuenta el factor de fijación y lexicalización como es el caso del estándar MARTIF, que sostiene que un término compuesto es una set phrase que se clasifica según su grado de lexicalización. Así, las non-lexicalized set phrases serían UF:

(80) cancer of pancreas , pancreatic cancer

Los ejemplos de posturas que intentan establecer una división entre estos dos tipos de unidades reflejan la tónica general. A nuestro entender, los criterios que utilizan son bastante dudosos si tenemos en cuenta que los textos pertenecientes al discurso especializado muestran los siguientes fenómenos (Nkwenti-Azeh 1998: 160):

  1. Variantes gráficas de los términos compuestos: earthstation, earth-station
  2. Variaciones formales en acrónimos y abreviaciones: FSS, fss; MUSA, musa
  3. Combinaciones de abreviaciones y palabras o expresiones íntegras: ground-to-air t.d.m.; ots satellite
  4. Reducción en términos compuestos: antenna gain > gain; outgoing propagating wave > outgoing wave
  5. Variantes contextuales: backscattering coefficient > echoing area

En definitiva, hay un margen de variación importante que demuestra la poca adecuación de los criterios gráficos y distribucionales. Ante esta falta de resultados concluyentes, siguiendo a Heid (1998/1999, 2001) nos planteamos si en realidad necesitamos tal separación:

We are not aware of any broadly agreed standard for distinguishing noun-noun and adjective-noun collocations from multiword terms. And often not the classification of the phenomena, but the additional lexical and terminological description is what really matters (Heid 2001: 791).

Nosotros mantenemos que las UFE son a menudo también UT, se refieren a conceptos complejos que no tienen o aún no han alcanzado una designación más simple por lo que se podría afirmar que la fraseología refleja la lengua en su fase creativa (Sager 1992: 586, 588). Desde este punto de vista, las colocaciones pueden considerarse como fases intermedias en el proceso de consolidación del conocimiento pero representan conceptos por sí mismas. En esta misma línea se encuentra Pavel (1993) que afirma:

Le syntagme lexical (multiterm) est le produit figé d'une cooccurence phraséologique décrivant ou définissant un concept, et qui peut, avec l'usage, sufrir une contraction de type nominalisation, adjectivation ou verbalisation renforçant son statut de désignation (étiquette de concept) (Pavel 1993: 10).

Ejemplos de este proceso serían casos como los siguientes:

(81)
enseignement dispensé à l'aide d'un ordinateur intelligent = enseignement
intelligemment assisté par ordinateur =
EIAO
l'instrument qui coupe le papier = le coupe-papier
évoluer en cycles = cycler
représenter sous forme de fractale = fractaliser

[Pavel 1993: 10]

Es por tanto evidente que los compuestos se pueden tratar desde una perspectiva fraseológica, y que no es necesario partir de unos criterios excluyentes sino que nos parece mucho más provechoso para nuestros objetivos el fijarnos en los aspectos comunes, el contenido conceptual que formalizan, una postura de la que parten Meyer y Mackintosh (1994, 1996) en su acuñación de la denominación frasema terminológico (§3.6.1) que nosotros adaptaremos (Capítulo cinco).


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