ISSN: 1139-8736 Depósito Legal: B-49224-99 |
3.4.1.2. Descripción práctica en el MLF
La estructura del lexicón se divide en un eje sintagmático, uno paradigmático y otro contrastivo. En el eje paradigmático, los lexemas se ordenan onomasiológicamente dentro de los campos semánticos, siguiendo la Lexemática y la descomposición léxica gradual (Dik 1978b). Es obvia la economía del modelo; cada una de las descripciones de las unidades léxicas se basa en componentes semánticos comunes y cada unidad léxica se define en términos de su superior en la jerarquía. En el eje sintagmático, se especifican los patrones de complementación de cada predicado verbal. Sin embargo, el MLF no ha incluido hasta el momento ningún estudio específico de datos fraseológicos para su inclusión en el eje sintagmático.
Prestaremos especial atención a los ejes paradigmático y contrastivo del modelo. Ambos nos parecen enormemente útiles en cuanto a sus posibilidades de explotación para la elaboración de herramientas lexicográficas y terminográficas útiles para el trabajo del traductor.
Para justificar la inclusión de una unidad dentro de un campo en cuestión, se descompone de modo que su definición conste de una palabra nuclear (o una no-nuclear previamente definida) y una o más características que la diferencian del resto de los miembros de la jerarquía.
En resumen, el modelo nos ayuda a:
(1) Distinguir entre el lexicón primario y el lexicón derivado. Las unidades léxicas que no derivan de reglas de formación de palabras forman el centro del lexicón primario. Por su parte, el lexicón derivado constituye un componente aparte.
(2) La organización del lexicón en campos léxicos siguiendo la Lexemática de Coseriu. Esto implica una elaboración de un inventario de campos léxicos, el desarrollo de un sistema de definiciones basado en las jerarquías semánticas, la definición de jerarquías semánticas, la definición de archilexemas mediante la factorización de los componentes del significado, y la ordenación de dominios léxicos en subdominios para dar cuenta de las relaciones intra e interlingüísticas.
(3) El análisis de los patrones de complementación que un lexema necesita para el uso de marcos predicativos como fórmula integrada.
(4) La clasificación de una jerarquía de prototipos semánticos y sintácticos dentro de las dimensiones del campo.
La metodología de trabajo que defiende el modelo es monolingüe y sólo en la última etapa de la compilación lexicográfica se contrastan las distintas lenguas y se elabora así el diccionario contrastivo. Este aspecto metodológico es, en nuestra opinión, de enorme validez, ya que permite seguir una metodología monolingüe, cuyos resultados son claramente ventajosos para el trabajo del traductor, con resultados bilingües. De esta forma se ofrece información contrastada en las dos lenguas de trabajo, a la vez que se evita rellenar lagunas terminológicas con falsos equivalentes interlingüísticos.
Además, el Modelo Lexemático-Funcional recoge el enfoque onomasiológico que divide el lexicón en campos semánticos. Este enfoque es de enorme utilidad para el traductor, que, en numerosas ocasiones, está en la tesitura de buscar un concepto que no sabe lexicalizar ni en la LO ni en la LT. Este aspecto del modelo es de suma importancia para llevar a cabo aplicaciones computacionales del mismo, en concreto para desarrollar la metodología en bases de conocimiento.
Siguiendo a Faber (1992 y 1993ab) vemos que es posible elaborar un repertorio de categorías conceptuales o semánticas y ver su interrelación a través de las unidades léxicas analizadas. Esto se lleva a cabo en el eje paradigmático de cada lengua. Nosotros dividiremos el campo semántico de nuestro trabajo en campos y dimensiones conceptuales y analizaremos la interrelación de las unidades fraseológicas dentro del lenguaje de especialidad en el cáncer y sus influencias de otros campos y de la lengua general.
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