ISSN: 1139-8736 Depósito Legal: B-49224-99 |
3.4.1.1. Bases teóricas del Modelo Lexemático-Funcional
Martín-Mingorance, pionero en un enfoque innovador de la lexicografía bilingüe, desarrolla un modelo que integra la gramática funcional (GF) de Simon C. Dik (1978, 1989) con La Lexemática de Coseriu (1992), llamándolo Modelo Lexemático-Funcional. Asimismo, el Modelo Lexemático-Funcional recoge los nuevos enfoques de la GF sobre la Estructura Jerárquica del Enunciado desde donde se incorporarán los clasemas y rasgos pragmáticos al análisis léxico1. La Gramática Funcional es una teoría plenamente válida, como queda patente en los cuatro principios metodológicos de la GF: la validez pragmática, la validez psicológica (es compatible con lo que se conoce sobre la psicología humana y los mecanismos que participan en el procesamiento de los datos lingüísticos), la validez desde el punto de vista tipológico y, por último, su validez descriptiva, expresando importantes generalizaciones sobre las expresiones bien formadas de un lenguaje (Dik 1989). La primera característica de su validez, la adecuación pragmática, tiene gran relevancia para nuestro estudio, ya que proporciona la base para comprender cómo las expresiones lingüísticas aisladas pueden usarse en tipos distintos de discurso.
Una de las mayores ventajas del MLF es la estructuración onomasiológica del lexicón. El modelo divide el lexicón en dominios léxicos y establece una estructura jerárquica en la que, en el eje paradigmático, los términos inferiores de la jerarquía, hipónimos, están definidos mediante su término más genérico o archilexema. En el eje sintagmático, el modelo integra la Gramática Funcional de Dik (1978), que a su vez integra la Teoría de las Valencias y la Gramática de Casos. El modelo ya se ha hecho eco de las últimas innovaciones de la Gramática Funcional y ha incorporado en varios dominios léxicos los clasemas y los rasgos pragmáticos a la descripción del lexicón (Jiménez Hurtado 1992, 1993, 1994). A este respecto, nuestro proyecto se sitúa a caballo entre las variedades diastráticas y diafásicas de la lengua. Además, el modelo incorpora la semántica cognitiva que incluye la semántica de los prototipos para la descripción del léxico, extremadamente útil para la descripción de las metaforizaciones que el propio léxico establece (Faber 1992, 1993). Nosotros hemos elegido este modelo por la capacidad de proporcionar un criterio para establecer relaciones paradigmáticas y sintagmáticas dentro de los dominios léxicos y entre los distintos dominios. Además, el modelo es enormemente económico al incorporar la máxima carga semántica en las definiciones, en un mínimo de espacio.
En el estudio veremos cómo dado el carácter polisémico y metafórico de los lenguajes humanos, las restricciones de selección sólo pueden marcar las oraciones como semánticamente dudosas pero nunca como incorrectas. Esto permite a la GF reconocer sentidos metafóricos de palabras y frases (Dik 1989: 79-81).
NOTAS
1. Para una visión de cómo es posible la sistematización del componente pragmático en el diccionario, [Jiménez Hurtado 1992a, 1992b, 1993a, 1994].
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