ISSN: 1139-8736
Depósito Legal: B-39198-99

7.2 El proceso de gramaticalización

En el proceso que hemos descrito en este estudio la colocación del PA ha evolucionado de un sistema de colocación pragmático y en parte sintáctico a una colocación a base de una sola regla sintáctica para todas las formas verbales. Mientras que en el español antiguo la colocación del PA en parte de las oraciones principales era variable y obedecía a las necesidades comunicativas del hablante, en el español moderno es fija en todos los contextos, sin que el hablante pueda elegir la posición por motivos puramente comunicativos.

Se puede considerar la evolución de la colocación del PA como un proceso de gramaticalización, si se entiende por gramaticalización no sólo el proceso en el que ciertas unidades lexicales y construcciones llegan a desempeñar una función gramatical y una vez gramaticalizadas desarrollan nuevas funciones gramaticales (Hopper & Closs Traugott 1993: xv), sino también el proceso en que una forma más pragmática de comunicación pasa a una forma más sintáctica, o un reanálisis de estructuras discursivas como estructuras gramaticales (Heine et al. 1995: 13).

Heine et al. (1991: 15) enumeran una serie de características generales que se presentan a lo largo de un proceso de gramaticalización. Algunas de ellas reflejan muy bien el proceso de cambio que ha tenido lugar en los PAs, tal como acabamos de describirlo nosotros. Afirman Heine et al. (1991: 15) que a cuantos más procesos de gramaticalización está sometida una unidad lingüística

-tanto más pierde en significación pragmática y adquiere significación sintáctica;
-tanto más disminuye su variabilidad sintáctica, o sea, tanto más fija se hace su posición en la cláusula;
-tanto más llega a ser obligatorio su uso en ciertos contextos y agramatical en otros.

Como hemos visto, en el siglo XV, a causa de un mayor uso del PA antepuesto en contextos que antes no requerían dicha posición para destacar el referente del PA, se llega a interpretar la regla pragmática de colocación como una de índole sintáctica, siendo el nuevo motivo para anteponer la presencia de otro elemento delante del verbo y su PA. A continuación, a partir del siglo XVI, se va observando una clara división entre las formas finitas y no finitas, lo cual, finalmente, resulta en una regla sintáctica de colocación basada en la forma o función del verbo. La colocación de los PAs, por lo tanto, a través de los siglos pierde su carácter pragmático y vuelve a ser cada vez más sintáctica.

En el período de los siglos XIII y XIV el PA podía colocarse tanto delante como detrás del verbo finito, según la forma verbal formara parte de una oración subordinada o principal y, en el último caso, según se necesitara destacar el referente del PA o no. Además, en anteposición podía intercalarse entre el verbo y su PA otra palabra. Esta variabilidad sintáctica disminuye en los siglos XV y XVI, cuando la colocación del PA está relacionada con la presencia de otro elemento delante del verbo y su PA: sólo cuando el verbo está en posición inicial el PA se pospone, mientras que en todos los demás casos el PA se coloca delante del verbo. Asimismo, la regla moderna de colocación establece que el PA obligatoriamente se antepone con los verbos finitos y se pospone con los verbos no finitos, lo que implica que en la actualidad la posición del PA es fija y, consiguientemente, una violación de la regla moderna resulta en agramaticalidad.

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