ISSN: 1139-8736
Depósito Legal: B-39198-99

6.3 Las preposiciones

Granberg (1988: 271) no encuentra ninguna correlación entre la posición del PA respecto del infinitivo y la preposición precedente. Por ello, llega a la conclusión de que con las mismas preposiciones el PA puede colocarse tanto delante como detrás del infinitivo. Ramsden (1963: 183-184) registra para el período 1250-1500 tanto anteposición como posposición del PA al infinitivo, si preceden las preposiciones por, para, de, a y en, únicamente anteposición con la preposición sin y únicamente posposición en caso de con y hasta. Keniston (1937: 90) explica la gran variación de colocación del PA con prep+Vinf en el siglo XVI de forma fonológica. La atribuye al hecho de que no se sepa si las preposiciones son elementos fuertes, condición que les permite servir de apoyo fonológico para el PA (antepuesto). Según él para, por, sin y después de son preposiciones fuertes y consiguientemente conducen a la anteposición del PA en el siglo XVI. En cambio, un siglo más tarde todas las preposiciones han pasado a ser débiles y la posposición es la norma. Keniston no da criterios para determinar la supuesta fuerza o debilidad de las preposiciones y parece más bien que lo hace según la posición del PA delante o detrás del infinitivo. Sin embargo, si es así, el razonamiento de Keniston es fundamentalmente circular, puesto que entonces su hipótesis sale directamente de la observación de los datos, los que, a su vez, son la única justificación para la hipótesis. De ahí que, a nuestro parecer, la explicación de Keniston acerca de la variación de colocación del PA con prep+Vinf no convenza.1

Para conocer más en detalle el comportamiento de los PAs con las diferentes preposiciones se han calculado los porcentajes de anteposición para cada preposición encontrada en los cinco textos del corpus. Los resultados se presentan en la tabla 6.4:

Tabla 6.4: % de anteposición (frente a posposición) del PA con prep+Vinf con diferentes preposiciones y % general de anteposición (frente a posposición) del PA con prep+Vinf

% (N/tot.) Fazienda Crónica Sumas Varones Guerras
de 0% (3) 36% (15/42) 97% (37/38) 92% (12/13) 24% (12/50)
por 0% (42) 17% (3/18) 94% (30/32) 100% (7) 12% (3/25)
en 0% (1) 13% (1/8) 100% (10) 100% (2) 0% (8)
a 0% (4) 0% (13) 92% (11/12) 100% (7) 0% (15)
para - 0% (1) 100% (13) 100% (11) 8% (2/24)
pora - 0% (15) - - -
f/hasta - - 0% (1) 100% (2) 50% (1/2)
sin - - - - 33% (1/3)
después de - - - - 0% (5)
prep+Vinf gen. 0% (50) 20% (19/97) 95% (101/106) 98% (41/42) 14% (19/132)

La tabla 6.4, de hecho, muestra la gran variación de colocación del PA respecto de prep+Vinf, aunque cabe señalar que en muchos casos los porcentajes están basados en números muy bajos, lo que indudablemente les quita fiabilidad. Es de notar que casi todas las preposiciones admiten tanto la anteposición como la posposición, si bien no siempre dentro del mismo texto. Así, por ejemplo, en Crónica las preposiciones de, por y en muestran variación de colocación del PA (36%, 17% y 13% de anteposición respectivamente), mientras que con a, para y pora el PA sólo se pospone. Un siglo más tarde, en Sumas, con a y para la anteposición ya es la norma, igual que con de, por y en. Sólo con pora y después de no hemos encontrado ningún caso de anteposición, pero es de notar que estas dos preposiciones no aparecen sino en un solo texto.2

A base de la tabla 6.4 se puede concluir que las observaciones de Ramsden (1963: 183-184) y Keniston (1937: 90) en líneas generales se corroboran en nuestro corpus. Por otra parte, la tabla 6.4 también parece reflejar la falta de correlación entre la preposición precedente y la colocación del PA respecto del infinitivo, tal como señaló Granberg (1988: 271).

En la siguiente sección trataremos de explicar por qué el PA en un momento dado aparece delante del infinitivo y analizaremos la relación entre las diferentes preposiciones y la posición del PA desde un punto de vista estructural.


NOTAS

1. Es de notar que de Dardel & de Kok (1996: 190, 379), siguiendo a Meyer-Lübke, afirman para el protorrománico que la construcción pro videre me es posterior a pro me videre. Según ellos, la primera ha surgido, por una parte, por analogía con videre me y, por otra parte, porque las preposiciones en un momento dado han perdido su tonicidad.

2. La preposición pora, que expresa finalidad o dirección se pierde a lo largo de la historia del español y se sustituye por para (cf. Corominas 1980: 439; Lapesa 1981: 214). De ahí que no hayamos encontrado casos de pora en los textos posteriores a Crónica.

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