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Aunque parece lógico explicar la anteposición de los PAs en la categoría 1, es decir en las oraciones principales negativas, también a base de la presencia de un constituyente P1 -la negación- en la posición P1, dicha explicación no vale sin modificación alguna.
Al tratar las lenguas V1, Dik (1980: 155) afirma que en dichas lenguas, además de ciertas partículas interrogativas, marcadores de tiempo y aspecto y elementos subordinantes, los elementos negativos suelen funcionar de constituyente P1 y se colocan obligatoriamente en la primera posición de la oración. En el español antiguo, no obstante, la posición de la negación depende de la del verbo, en el sentido de que la misma siempre se pone inmediatamente delante del verbo, igual que en la lengua moderna.1 En este sentido la negación en el español antiguo no encaja con la descripción de los constituyentes P1.2
En la teoría de la Gramática Funcional de Dik (1989: 50, 138, 202, 327) las negaciones forman parte de la clase de operadores, que representan los medios gramaticales que se utilizan para captar ciertas modificaciones y matices a los varios niveles de la estructura de la oración. Los operadores pertenecen a paradigmas cerrados y se manifiestan mediante inflexión o constituyentes como artículos, cuantificadores o verbos auxiliares. Ejercen su influencia en una determinada parte de la estructura de la oración, según el tipo de operador que esté implicado. Entre las distinciones que captan los operadores es la de polaridad que tiene dos caras: positiva (Pos) y negativa (Neg). Pos normalmente no se expresa, a no ser que se quiera enfocar lo positivo de un estado de cosas. En cambio, Neg suele expresarse como parte de o en estrecha relación con el predicado.3
A pesar de que en español Neg se exprese delante del verbo, o sea, en estrecha relación con el predicado, su campo de acción es más amplio, ya que incluye todas las entidades que estén relacionadas con el predicado.4 Como veremos, es en este aspecto en el que Neg se parece a los constituyentes P1 propiamente dichos.
Las conjunciones subordinantes y los pronombres relativos marcan una relación de dependencia entre dos oraciones. La dependencia concierne toda la oración encabezada por la conjunción o el relativo, es decir, el campo de acción de estos constituyentes P1 es el conjunto del predicado de la oración subordinada o relativa y sus entidades involucradas. Por otra parte, con un pronombre interrogativo el hablante indica que le falta cierta información y que le pide al oyente que se la facilite. Es el pronombre interrogativo el que cambia una oración declarativa en una interrogativa, es decir que este constituyente es esencial para definir el tipo de mensaje que se transmite. Dado que la influencia del pronombre interrogativo se extiende al mensaje entero, -la oración entera llega a ser interrogativa-, su campo de acción es toda la oración cuya primera posición ocupa.5
Como hemos visto antes, la característica más importante de los constituyentes P1 es que se colocan en una posición fija, que es la única posición que pueden ocupar. Igual que los constituyentes P1, en español Neg también tiene una posición fija en la oración, a saber inmediatamente delante del verbo. Si bien ésta no es la primera posición, muchas veces la negación aparece al principio de la oración, debido al hecho de que el español antiguo sea una lengua SVO (cf. Wanner 1992)6 con pro-drop (cf. Fontana 1993: 169 y sig.).7 Ya que no hace falta expresar el sujeto gramatical explícitamente por medio de un pronombre personal si éste no tiene foco, muchas veces la negación es el primer constituyente de la oración negativa.8 Considérese el ejemplo (13):
(13) Non sé juez en toda la tierra que fyzies este judizio. (Fazienda, p. 45, l. 20)
Se puede concluir, por lo tanto, que la negación comparte con los constituyentes P1 un campo de acción muy amplio y una posición fija preverbal. A base de estas semejanzas, es posible que se haya llegado a identificar la negación como un constituyente P1. Y como hemos visto en el caso de las oraciones subordinadas e interrogativas, esto tiene consecuencias para la colocación del PA, porque, al estar presente un constituyente P1, ya no puede aprovecharse la anteposición del PA por motivos pragmáticos; en tales casos entra en vigor el principio de complejidad, según el que el PA se coloca relativamente al principio de la secuencia lineal, es decir delante del verbo. La identificación de la negación como constituyente P1, por lo tanto, conlleva la anteposición absoluta del PA que se observa en los textos antiguos
1 En el español moderno partículas negativas como nada, nadie, etc., también pueden aparecer detrás del verbo. En tal caso, sin embargo, siempre está presente la negación no inmediatamente delante del verbo. Por otra parte, en el español moderno el PA tiene que colocarse entre la negación y el verbo. En la lengua antigua en los llamados casos de interpolación el PA podía aparecer antes de la negación. Cf.
... e dixole: «vos feziste que ouiese fijo que me non obedeçiese, ... (Sumas, p. 75, l. 30).
2 Es de notar que Dik (1980: 155) se refiere a las lenguas V1 al hablar de los elementos negativos como constituyentes P1, en tanto que el español antiguo suele caracterizarse como una lengua V2 (cf. Fontana 1993: 79 y sig.)
3 Dik (1989: 327) cita un estudio en que se han analizado las posibilidades que presentan unas 240 lenguas para expresar negación. Sólo en el 0,4% de los casos la negación aparece en posición inicial de la oración y en el 4,2% en posición final. En los demás casos su posición está relacionada con el predicado, bien como partícula independiente, bien como parte de la morfología del predicado.
4 Dik (1989: 46) emplea el término (inglés) predication para un predicado y sus entidades involucradas. Pone como ejemplo de predication: give(John)(the book)(to the librarian).
5 Dik (1989: 392) explica que las diferentes lenguas suelen tratar los interrogativos de tres maneras. Suelen colocarlos:
i. en la posición que le corresponde al constituyente por el que preguntan;
ii. en una posición especial, sobre todo la P1;
iii. en la posición focal de una construcción especial focal.
El español, tanto la lengua moderna como la antigua, utiliza el segundo recurso.
6 Cf. también de Dardel & de Kok (1996: p.e. 132), que establecen cuatro órdenes sucesivos desde el principio del protorrománico hasta el principio de las distintas lenguas románicas, a saber, SOV, VSO, OVS y SVO.
7 Los estudios (p.e. Elvira 1987; Wanner 1992) también señalan la existencia de la inversión del sujeto. En tales casos, sin embargo, la negación también aparece como primer constituyente de la oración.
8 En Fazienda, de los 13 casos de negación (cf. la tabla 4.1) en 11 casos no, de hecho, es el primer constituyente de la oración. En Crónica esto ocurre en tres de los cinco casos de negación y en Sumas en dos de los cuatro casos.
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