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4.3 El orden de palabras y la importancia del referente
En un artículo sobre la pragmática del orden de palabras Givón (1988)1 argumenta que, si bien las discusiones en torno a la noción de tópico han sido útiles para destacar la motivación funcional de muchos fenómenos sintácticos, hay que sustituir este concepto unitario por una noción más amplia de topicalidad relativa para poder explicar el orden de palabras flexible en diferentes lenguas. Así se pueden solucionar problemas que surgieron a raíz de la aplicación de dicha noción, como por ejemplo el hecho de que se pudieran encontrar diferentes variantes de topicalización o la definición de la relación de sujeto gramatical y tópico por un lado y la de tópico y foco por otro lado. Con un concepto de topicalidad relativa se puede explicar las ya señaladas gradaciones en el carácter tópico de los constituyentes, gradaciones que obviamente están relacionados con el contexto en que aparecen los mismos.
Uno de los parámetros que introduce Givón (1988) para medir la topicalidad relativa de un constituyente es el de la importancia del referente. A base de un análisis de diferentes lenguas demuestra que los constituyentes cuyos referentes comunicativamente son importantes sistemáticamente se mueven hacia la izquierda de la oración, colocándose en posiciones preverbales, en tanto que los constituyentes con referentes comunicativamente menos importantes suelen posponerse al verbo, o sea, que suelen moverse hacia la derecha de la oración. El motivo de dicho movimiento es que al principio de la oración un constituyente probablemente recibirá más atención por parte del oyente y por eso es lógico que se coloque allí si su referente es importante.
Si bien en su análisis Givón (1988) se limita a la posición de diferentes clases de SNs en relación con el verbo y se refiere, sobre todo, a lenguas modernas, estará clara la relevancia de este principio pragmático para nuestra investigación. Nosotros también nos encontramos con un orden de palabras hasta cierto punto flexible y los constituyentes implicados son parecidos a los que analiza Givón (1988). Por lo tanto, vale la pena investigar si el parámetro de la importancia del referente también es capaz de explicar de alguna manera la distribución de los PAs en el español antiguo.
Si hablamos de la importancia de un referente no nos referimos a su importancia absoluta sino a su importancia o prioridad respecto de otras entidades con las que forma un orden jerárquico. En este sentido son relevantes los diferentes tipos de jerarquía que operan en muchas lenguas (cf. Dik 1989: 34; Givón 1988: 249 y 1995: 46, 92). Tomando en cuenta que la presente investigación se ocupa de los PAs, pueden ser particularmente interesantes las jerarquías de persona, animación, género y agentividad, que se reproducen aquí bajo (a), (b), (c) y (d):
(a) la jerarquía de persona
{1, 2} > 3
ó
participantes > no-participantes(b) la jerarquía de animación
humano > otro animado > fuerza inanimada > inanimado(c) la jerarquía de género
masculino > femenino > otro(d) la jerarquía de agentividad
agente > dativo > paciente2
En las jerarquías los miembros de la izquierda tienen prioridad sobre los de la derecha; esto quiere decir que si una lengua presenta un fenómeno o construcción que es el segundo miembro de una jerarquía, dicha lengua también tendrá el fenómeno o construcción que aparece a la izquierda en la misma jerarquía, pero no necesariamente tiene el fenómeno o construcción que se encuentra a la derecha. Así, por ejemplo, si en una lengua existe el género femenino, también existirá el masculino, pero no necesariamente el neutro.
Dik (1989: 36-37) explica que se ha tratado de justificar la relevancia de las jerarquías a base de diferentes principios pragmáticos o psicológicos. Así, las jerarquías reflejarían la naturalidad con que se toma una entidad como el tópico del discurso.3 Otros lingüistas destacan que cuanto más cercano se siente el hablante a la entidad, tanto más importante es ésta y, consiguientemente, tanto más grande su grado de prioridad. Asimismo, Kuno & Kaburaki (1977) y Kuno (1987: 203 y sig.), citados también por Dik (1989: 36-37), sostienen que las jerarquías representan relaciones empáticas que el hablante mantiene con los distintos miembros de las jerarquías. Definen la noción de empatía como la identificación del hablante con una persona o cosa que participa en el acontecimiento que se describe en la oración. Y cuanto más se identifica el hablante con una persona o cosa, tanto más prioridad (sintáctica) le dará en la oración.
Señala Dik (1989: 37), al discutir las diferentes explicaciones para la existencia de las mencionadas jerarquías, que todas giran en torno al grado de importancia comunicativa de los constituyentes. Se podría concluir, por lo tanto, que la prioridad que tiene cierto miembro de una jerarquía sobre otro pragmáticamente se origina en la importancia comunicativa que tiene dicho miembro en la situación de habla, o, en términos de Kuno & Kaburaki (1977: 628 y 1987: 206), en el grado de empatía que siente el hablante hacia éste.
NOTAS
1 Por motivos obvios se han excluido de la tabla 4.4 las casos con dos PAs en que uno se refiere a una 1a ó 2a p. y otro a una 3a p. En cambio, los casos de dos PAs de la 3a p. sí están incluidos.
2 Es de notar que las conclusiones más importantes de este artículo se resumen en Givón (1995: 320).
3 Es de notar que, mientras que Dik (1989: 34) y Givón (1995: 92) coinciden en citar las jerarquías (a), (b) y (c), la jerarquía de agentividad sólo figura en Givón. No obstante, Dik menciona dos otras jerarquías relacionadas con la (d), la de la función semántica (agentes > no-agentes) y la de la función sintáctica (sujeto > objeto > otro), las que, sin embargo, no se pueden aplicar en el presente trabajo, dado que aquí investigamos diferencias de posición dentro de la categoría de los no-agentes/objetos.
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