ISSN: 1139-8736
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4.2 Anteposición y posposición en las oraciones principales y subordinadas

En la tabla 4.1 se ve que en Fazienda, o sea a principios del siglo XIII, los PAs antepuestos en general constituyen una minoría (37%). Esto implica que la posición delante del verbo entonces distribucionalmente estaba marcada (cf. Dik 1989: 38-39; Gundel et al. 1988). Un siglo más tarde los PAs antepuestos y pospuestos ya son casi igualmente frecuentes (el 57% de anteposición en Crónica). Sin embargo, sería precipitada la conclusión de que a partir del siglo XIII la posposición del PA definitivamente ceda terreno, a favor de la anteposición. Esto queda claro de la tabla 4.2, donde hemos dividido el corpus de ejemplos en oraciones principales y subordinadas, datos que ya fueron presentados antes en la tabla 3.5.

Tabla 4.2: % de anteposición (frente a posposición) del PA en oraciones principales y en subordinadas

% (N/tot.) Fazienda Crónica Sumas Varones Guerras
princ. 18% (38/212) 15% (20/136) 21% (24/113) 65% (63/97) 91% (154/170)
subord. 96% (64/67) 97% (138/143) 92% (154/168) 99% (162/163) 100% (149)

La tabla 4.2 nos muestra el período de principios del siglo XIII a mediados del siglo XIV (de Fazienda a Sumas) como un período estable, por lo que se refiere a la distribución de los PAs delante y detrás del verbo.1 El porcentaje de anteposición en las oraciones subordinadas ya es muy alto (más del 90% en los tres textos), es decir que en dichas oraciones la anteposición ya es casi la única posición posible, mientras que en oraciones principales la anteposición claramente es la posición minoritaria (el 18%, 15% y 21% para los tres textos respectivamente).2 Obviamente, esta situación ha cambiado a finales del siglo XV, dado que en Varones el porcentaje de anteposición en las oraciones principales ha subido al 65%.

En los tres textos más antiguos, por lo tanto, se nos presenta una situación curiosa, ya que por un lado aumenta el porcentaje general de anteposición del 37% en Fazienda, al 57% en Crónica y 63% en Sumas (cf. la tabla 4.1), en tanto que los porcentajes de anteposición en las dos subcategorías de oraciones principales y subordinadas se mantienen iguales. Por eso, el aumento del porcentaje general de anteposición no puede deberse al aumento de casos de anteposición en las oraciones principales o subordinadas. Como muestra la tabla 4.3, es un aumento del número de oraciones subordinadas en los tres textos, el que provoca el aumento general de anteposición.

Tabla 4.3: % (N/tot.) de oraciones subordinadas (frente a principales) con PA

Fazienda Crónica Sumas Varones Guerras
24% (67/279) 51% (143/279) 60% (168/281) 63% (163/260) 47% (149/319)

Mientras que en Fazienda del total de oraciones con un PA sólo el 24% son oraciones subordinadas, en Crónica y Sumas las oraciones subordinadas constituyen el 51% y el 60% respectivamente del total de oraciones con un PA. Dado que en las oraciones subordinadas los PAs casi siempre se anteponen al verbo, con un aumento del número de oraciones subordinadas automáticamente aumentan los PAs antepuestos, lo que incide en el porcentaje general de anteposición.

Cabe preguntarse aquí si el porcentaje relativamente bajo de oraciones subordinadas en Fazienda refleja una peculiaridad de este texto o si más bien representa la situación general en textos de dicha época. En el primer caso el texto tendría poca utilidad para nuestra investigación, ya que las conclusiones sacadas a base de él no podrían generalizarse. En el segundo caso el texto nos daría información interesante sobre el lenguaje (de principios) del siglo XIII.

Dice Lapesa (1981: 242-243) sobre el lenguaje en los textos del reino de Alfonso X (1252-1284): «Tuvieron que ser abordados dos problemas fundamentales, referentes a la sintaxis y al léxico. Se requería disponer de una frase más amplia y variada que la usual hasta entonces. [...] Esta frase, relativamente tan compleja, necesitaba conjunciones y locuciones conjuntivas especiales para cada tipo de relación entre las oraciones [...]». A continuación cita unas conjunciones que ya se usaban en tiempos del Cantar de Mio Cid (porque, otrosí, pues que, de guisa que y maguer que), y otras más nuevas como como quier que y aun que, para terminar con: «Así la sintaxis ganaba flexibilidad y riqueza de matices.»

Este comentario supone que en una etapa anterior al reino del rey Alfonso el Sabio, a la que pertenece nuestra Fazienda, los textos escritos mostraban una sintaxis menos compleja o más limitada por lo que se refiere al uso de conjunciones y oraciones subordinadas.

Por lo tanto, parece lícito concluir que el estado de cosas, tal como lo hemos encontrado en Fazienda, refleja el de los primeros textos escritos españoles en general, en los que el relativamente escaso empleo de oraciones subordinadas llama la atención.

Como ya se ha señalado con base en la tabla 4.2, los tres textos más antiguos reflejan una situación estable con anteposición casi absoluta en las oraciones subordinadas y muy poca anteposición en las principales. Las oraciones principales, por otra parte, no constituyen un grupo uniforme, puesto que los porcentajes de anteposición del PA varían según el elemento precedente (cf. la tabla 4.1, categorías 9 a 13).

Se podría considerar las secuencias V-PA y PA-V simplemente como dos maneras alternativas de expresar un verbo y su complemento, entre las que el hablante puede elegir libremente. En tal caso la distribución de los PAs delante o detrás del verbo se debería al azar y, por consecuencia, los porcentajes de la tabla 4.1 también serían pura casualidad. Aboga en favor de esta visión el hecho de que en las categorías 9 a 13 dentro de una misma categoría se registren tanto la anteposición como la posposición del PA.

En contra de la idea de que hay lenguas con un orden de palabras libre, Dik (1989: 336) argumenta que en caso de que en una lengua funcionen dos secuencias de constituyentes diferentes, normalmente existe una diferencia significativa entre las dos, por ejemplo en cuanto a la función pragmática de los constituyentes.3 Para los PAs esto implicaría que tanto la secuencia de V-PA como la de PA-V estarían motivadas pragmáticamente y que la distribución de los PAs, por lo tanto, se justificaría por algún principio pragmático funcional.

En vista de las propuestas funcionales interesantes discutidas en el capítulo 2 y de acuerdo con la observación de Dik (1989: 336) acerca de la diferencia pragmática de dos secuencias de constituyentes, creemos que vale la pena investigar el corpus desde una perspectiva funcional, aunque nos damos perfecta cuenta del riesgo de que no encontremos ningún principio que explique la distribución de los PAs y que tengamos que concluir que no hay ninguna sistemática en la colocación de los mismos.

En las siguientes secciones discutiremos, como punto de partida, un artículo de Givón (1988) que trata la pragmática del orden de palabras en diferentes lenguas. El mismo nos servirá para hacer un análisis funcional de nuestro corpus del español antiguo.


NOTAS

1 El final de este período coincide con el final de un período lingüístico que Lapesa (1981: 265) llama «el español medieval».

2.Cf. Granberg (1988), cuyo análisis del PA se basa en la diferencia de posición del mismo en las oraciones subordinadas y principales. Cf., además, de Dardel & de Kok (1996: 109, 378) que en su reconstrucción del protorrománico encuentran que la fase II, una fase relativamente temprana, se caracteriza por una división entre oraciones independientes y principales y oraciones subordinadas encabezadas por un elemento subordinante. En aquéllas el PA sigue al verbo, en éstas el mismo precede.

3 Dik (1989: 264) define el concepto de función pragmática como una función que especifica el valor informativo de un constituyente en relación con la situación comunicativa en que se usa.

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