ISSN: 1139-8736
Depósito Legal: B-39198-99

2.3 Propuestas funcionales

Además del enfoque descriptivo, han salido algunos estudios que analizan la colocación del PA desde una perspectiva funcional. Éstos no se limitan a hacer un inventario de contextos en que el PA aparece antepuesto o pospuesto al verbo, sino que también tratan de explicar dicha distribución tomando en cuenta la función pragmática o el valor informativo del PA en la situación comunicativa. A continuación discutiremos dos propuestas funcionales, la de Barry (1987) y la de Ishikawa (1990).

En un corpus de textos del siglo XIII, Barry (1987) observa que casi no hay variación en la colocación del PA con respecto al verbo en posición inicial absoluta, con un imperativo, en oraciones negativas, en oraciones interrogativas y en oraciones subordinadas (cf. la tabla 2.7). Sólo en oraciones principales afirmativas declarativas hay variación, aunque la mayor parte de los PAs en dicho tipo de oraciones se coloca detrás del verbo.

Tabla 2.7: resumen de contextos con posposición absoluta, anteposición absoluta y variación de colocación del PA (Barry 1987)

- antep posp
[-] ___ - x
[imperativo] ___ - x
en una oración negativa x -
en una oración interrogativa x -
en una oración subordinada x (x)
en una oración principal afirmativa declarativa x x

___ = posición de la forma verbal; el elemento indicado precede inmediatamente
x = posición del PA delante de la forma verbal (antep) o detrás de la forma verbal (posp)
(x) = posición no muy frecuente

Las diferencias de distribución en las distintas oraciones son explicadas por Barry a base de los diferentes tipos de información que transmiten las mismas. Según ella, las oraciones negativas, interrogativas y subordinadas, las órdenes y parte de las oraciones principales afirmativas declarativas se usan para transmitir información de fondo, mientras que otra parte de las oraciones principales afirmativas declarativas se usa para relatar los acontecimientos, es decir, la historia. Ahora bien, en el primer grupo de oraciones, es decir, las que transmiten información de fondo, en el siglo XIII el PA siempre se pone delante del verbo. En cambio, en el segundo grupo, que sirve para transmitir la información más importante, el PA siempre se encuentra pospuesto al verbo. De ahí que Barry para el español del siglo XIII postule que los PAs preceden al verbo finito, salvo si la oración en que están transmite información que sea importante para el progreso de la historia, en cuyo caso los PAs se posponen. La posición de los PAs, por lo tanto, le sirve al hablante del siglo XIII de recurso sintáctico para marcar, por un lado, los hechos más importantes, o sea, la historia en sí, y por otro lado, las circunstancias o informaciones adicionales.

El hecho de que la posposición del PA en el español del siglo XIII sea un recurso para marcar la información más importante de una historia, se debe, según Barry, a que los sujetos con frecuencia no se mencionan explícitamente. Si se describe una serie de actividades del mismo agente, situación que suele producirse al contarse la historia principal, sólo se menciona el sujeto explícitamente con el primer verbo. Y cuando el sujeto va implícito el verbo muchas veces es el primer constituyente de la oración, en cuyo caso el PA como pronombre fonológicamente dependiente debe de posponerse. En estos contextos se puede llegar a asociar el PA pospuesto con la función de la oración, la de transmitir la información más importante. En un siguiente paso se podría generalizar la posposición para todas las oraciones que transmiten la información más importante, también cuando el verbo no se encuentra en posición inicial absoluta y desde el punto de vista fonológico el PA puede colocarse delante del mismo. Así se explicaría que en las oraciones principales afirmativas declarativas en general el PA se pospone si en ellas se relata la historia principal.

La falta de sujeto explícito también explica por qué con las formas del imperativo el PA se pospone, aunque ellos transmitan información de fondo, lo que según el principio de Barry llevaría a la anteposición. Ya que con un imperativo el sujeto normalmente va implícito, aquél es el primer constituyente de la oración. El PA, en tal caso, sólo puede posponerse, porque en posición preverbal le faltaría un apoyo fonológico.

Aunque el principio postulado por Barry puede explicar la distribución de los PAs en todos sus aspectos, incluyendo la variación en contextos aparentemente muy parecidos, el que la posición de los PAs sirva de recurso sintáctico para marcar el tipo de información plantea un problema. Es probable que el hablante, siempre cuando cuenta algo, quiera facilitarle al oyente el procesamiento de la información, distinguiendo la información más importante de la adicional. Sin embargo, sólo en caso de que haya un PA en la oración, el hablante dispone de un recurso sintáctico para hacerlo, condición que se da frecuentemente, aunque no siempre, puesto que no todas las oraciones contienen un PA.

Además, Barry sólo utiliza textos narrativos en los que la distinción entre historia principal e información de fondo es particularmente clara. No discute el posible funcionamiento de su principio en otros tipos de textos, de los que se puede suponer que la mencionada distinción no es tan clara como en textos narrativos.

Por otra parte, la distinción entre historia principal e información de fondo la hace Barry fundamentalmente a base del tipo de oración. Sostiene que las oraciones negativas, interrogativas y subordinadas y las órdenes no sirven para relatar los acontecimientos, es decir, lo que pasa en la historia, pero no lo corrobora con un análisis cualitativo. Sólo en caso de las oraciones principales afirmativas declarativas pone algunos ejemplos concretos cuya función es la de transmitir información de fondo; se trata de oraciones que comentan algo de la historia principal o que proporcionan un contexto más amplio para la misma, de diálogos insertados en la historia principal y de comentarios al lector. Sin embargo, en nuestra opinión, Barry tendría que haber justificado más la clasificación de sus ejemplos con una discusión más sistemática y detallada de casos concretos. Por eso, por el momento no es capaz de convencernos por completo, si bien su propuesta es interesante.

Ishikawa (1990) analiza las propiedades gramaticales de los PAs antiguos y los clíticos modernos, al mismo tiempo que estudia la colocación de los mismos en la lengua antigua. En su opinión, en el español antiguo los PAs constituían una categoría sintáctica de tipo [+N], lo que se sigue del hecho de que los mismos pudieran ser separados del verbo por otro constituyente. Por otra parte, fonológicamente eran dependientes y tenían que apoyarse enclíticamente en un elemento a la izquierda, lo que prueba la abrumadora cantidad de ejemplos en los que el PA se coloca detrás del verbo en posición inicial absoluta.

Igual que Barry (1987), Ishikawa propone una explicación funcional para la distribución de los PAs en el español antiguo, basada en la distinción entre tópico y foco. Define el concepto de tópico como la parte central de la presuposición pragmática, siendo el foco la parte central de la afirmación. En una estructura no marcada, los elementos oracionales suelen ordenarse según su condición de tópico o foco, empezando con los elementos tópicos y terminando con los focales. Según Ishikawa, en muchas lenguas los tópicos se expresan por medio de pronombres átonos o pronombres cero. El PA antiguo español lo especifica como [+pronominal], [+anafórico], [+tópico] y [-tónico]. El hecho de que en ciertos contextos (oraciones subordinadas, oraciones relativas, preguntas indirectas, oraciones introducidas por si y cláusulas con un infinitivo introducido por una preposición) el PA casi siempre esté antepuesto al verbo se explica justamente por su condición de tópico. Dado que en dichos tipos de oraciones el verbo muy frecuentemente está en posición final absoluta, el PA no puede posponerse al verbo, puesto que en tal caso se encuentra en una posición que corresponde a un elemento en foco, lo que va en contra de la ordenación general de información en la oración. De ahí que, según Ishikawa, los PAs casi siempre se antepongan al verbo en los tipos de oraciones mencionados arriba, siendo la posición delante del verbo la no marcada para el PA. Los casos en los que el PA, no obstante su condición de elemento tópico, aparece pospuesto al verbo, se explican por la restricción fonológica de que el PA no puede ocupar la primera posición en la oración, o por la presencia de una expresión cuantificadora (por ejemplo todo y mucho) detrás del verbo que atrae el PA. Esto implica que la distribución pragmática basada en la condición de tópico del PA puede quedar cancelada por restricciones fonológicas o gramaticales.

El análisis funcional de Ishikawa es interesante, puesto que hace una propuesta para explicar la casi absoluta anteposición de los PAs en ciertos tipos de oraciones. Además, está basado en la tipología, generalmente aceptada, de los PAs como elementos tópicos, o sea, en la relevancia del tipo de información que transmiten los mismos y no, como en el caso de Barry (1987), en la relevancia del tipo de información que transmiten las oraciones en que se encuentran los PAs. Sin embargo, las restricciones gramaticales que llevan a la posposición de los PAs, no nos parecen muy convincentes. Si el principio pragmático es tan poderoso que, por ejemplo, en oraciones subordinadas provoca la anteposición absoluta del PA, cabe preguntarse por qué no lo es en oraciones con una expresión cuantificadora detrás del verbo. A nuestro parecer, la influencia de expresiones cuantificadoras sobre la posición del PA, tal como la postula Ishikawa, es problemática y le quita valor a su análisis funcional.

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