ISSN:  1139-8736
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3.1.6.  LOS NUMERALES

Como decíamos en el apartado 3.14., los numerales presentan unas peculiaridades gramaticales que se derivan de su contenido conceptual vinculado a un lenguaje formal como es el de la aritmética.

Si repasamos la tradición gramatical occidental, esta clase en ningún momento ha constituido una categoría independiente. Únicamente en el siglo XIX, según señala Moreno Cabrera (199!), F. Misteli1 en la aplicación del llamado criterio "genético-fomal" distingue la clase de los numerales como una categoría gramatical2.

TEI no reconoce los numerales como categoría independiente. "Numeral" se incluye como un rasgo de la categoría adjetivo con dos valores posibles: cardinal y ordinal.

El inconveniente de esta solución es que no tienen en cuenta el peculiar comportamiento morfosintáctico de los numerales: los numerales presentan comportamientos de sustantivos o de pronombres tan numerosos o tan corrientes como los correspondientes a la categoría adjetivo. El rasgo numeral debería aparecer de la misma forma en la categoría nombre o en la categoría pronombre.

Estamos de nuevo ante la dificultad de distinguir distintas categorías (nombre, nombre-adjetivo y pronombre) incluidas dentro una categoría integradora nombre. La diferencia en este caso es que los trasvases de palabras entre una categoría y otra no son casos que afectan a un aparte de un conjunto, con los numerales la posible adscripción a una categoría u otra se produce entre clases enteras. A este respecto, los ordinales, por ejemplo, tienen todos ellos comportamiento doble y sistemático como sustantivos y como adjetivos.

NERC distingue una categoría numeral basada únicamente en una motivación semántica.

EAGLES finalmente recoge la doble posibilidad que supone el establecimiento de una categoría independiente para los numerales y la posibilidad de adscribir el comportamiento de sus miembros a otras categorías mediante un rasgo "función" con valores pronombre, determinante y adjetivo.

En nuestro caso, proponemos una categoría "numeral" basada en las dos razones que exponíamos en el apartado 3.1.4. a saber; los numerales son la expresión lingüística de un lenguaje formal como es la aritmética. Si los números, en su expresión mediante dígitos, tienen unos membretes especiales que dan cuenta de su naturaleza, en su expresión lingüística se les debe dar al menos un membrete que de cuenta de su condición en el nivel de lo que nosotros hemos llamado categoría.

En segundo lugar, las peculiaridades morfosintácticas de esta categoría son tan distintas, no sólo entre las distintas clases sino también entre los miembros de una misma clase, que, computacionalmente, no es necesario ni conveniente mantener ningún tipo de vinculación más allá de la que se establece con la propia categoría numeral.

Además, siguiendo la propuesta EAGLES, hemos decidido la codificación de un rasgo "función" con valores sustantivo, adjetivo, pronombre y adverbio que nos permite mantener la vinculación con los comportamientos de estas categorías. Al fin y al cabo los numerales tienen comportamientos categoriales muy distintos (algunas clases presentan alternancias entre los tres valores que hemos dado a función) pero todos ellos son adscribibles a categorías existentes y presentes en nuestro sistema de codificación.

Las clases y su codificación

La mayoría de las gramáticas españolas distinguen seis clases bajo la denominación común de numeral: cardinales, ordinales, partitivos, multiplicativos o múltiplos, colectivos y distributivos.

En los sistemas de codificación actualmente existentes se distingue únicamente las dos primeras clases: cardinales y ordinales. La única excepción en este sentido la constituye el sistema de etiquetado del ICE (International Corpus of English) que llega a distinguir cinco clases: cardinal (card), ordinal (ord), fracción (frac), "guionado" (hyph) y multiplicativo (mult).

TEI P1 distingue cuatro tipos para un membrete único <num> que sirve para codificar números tanto en su expresión mediante dígitos como en su expresión lingüística: cardinal, ordinal, fracción y porcentaje.

Blanco Rodríguez en su propuesta para codificación morfosintáctica de corpus en español sugiere la distinción de únicamente tres clases: cardinales, ordinales y fraccionarios.

En nuestra propuesta de codificación hemos optado por una solución intermedia entre la diferenciación en cinco clases de nuestras gramáticas y la propuesta de Blanco Rodríguez. En este orden de cosas hablamos dentro de la categoría numeral de cuatro clases a saber: cardinales, ordinales, fraccionarios y multiplicativos.

Frente a la propuesta de Blanco Rodríguez, creemos necesaria una clase multiplicativos por dos razones. En primer lugar, su pertenencia a la clase numeral es tan legítima como puede ser la de un 7cardinal; son la expresión lingüística de una expresión o, mejor dicho, de una operación aritmética ("la resultante de multiplicar por dos, tres , cuatro,...").

Además su comportamiento morfosintáctico es típicamente "numeral". Efectivamente, sus miembros oscilan entre comportamientos o distribuciones propias de la clase sustantivo ("un duplo", "el doble"), de la clase adjetivo ("las dobles parejas", "los tomos triples",...) construcciones "partitivas" como las que acabamos de ver en los fraccionarios ("el doble de ración") o construcciones comparativas ("el triple que tú").

Sobre la exclusión de los colectivos y los distributivos de la categoría numeral se podía argumentar en la misma línea que acabamos de hacer para justificar la inclusión de los multiplicativos pero en negativo.

En primer lugar podemos decir que ni los colectivos ni los distributivos se corresponden exactamente con la expresión lingüística del lenguaje formal de la aritmética. Tanto los colectivos como los distributivos expresan no tanto una magnitud como el concepto semántico asociado a ella. Una docena, por ejemplo, no es simplemente igual a 12, la correspondencia lingüística de 12 es doce no docena. Docena es más bien al conjunto de 12. En los distributivos es más difícil justificar la vinculación con la aritmética; sendos significa exactamente "uno para cada uno de dos o más personas o cosas" su expresión aritmética sería algo así como "división entre X con un resultado siempre igual a 1", siendo X =< 0.

Una prueba más a favor de lo que acabamos de decir es que ni los colectivos ni los distributivos aparecen en la expresión de fechas, operaciones aritméticas, etc, construcciones donde son posibles el resto de los numerales.

En segundo lugar, tanto los miembros de la clase colectivos como los de la clase distributivos tienen comportamientos únicos como sustantivos o adjetivos, respectivamente.

Cardinales

Los cardinales son un tipo de numerales que significan únicamente un número determinado tanto si se expresan por medio de letras o dígitos, como si presentan una expresión simple (diez) o una expresión compuesta (diez y nueve).

Los cardinales desempeñan funciones de sustantivo ("El ocho de picas"), adjetivo ("Tres caballos") o pronombre ("Dame tres"3).

El numeral que significa la unidad es "uno"/"una" que presenta la forma apocopada "un" cuando precede al nombre. Uno/una carece de plural si se limita a significar la unidad. Solamente en dos casos, señala Bello, el numeral cardinal uno/una puede presentar la forma de plural:

1. Cuando denota el guarismo con que se representa la unidad: el ciento once se compone de tres unos.
2. Cuando significa identidad o semejanza: "el mundo siempre es uno, no todos los tiempos son unos" (ejemplo de Bello).

Además de estos dos casos, el Esbozo señala como numeral cardinal, número plural de la unidad aquel que acompaña a nombres que solo se emplean en plural: unas castañuelas, unos prismáticos,...

Dos, tres, y todos los otros numerales cardinales son necesariamente plurales, a menos que los hagamos sustantivos, denotando los números en abstracto o bien empleándolos como nombres de guarismos, naipes, regimientos,...".

Según esto, los siguientes cardinales tendrían número singular:

El veintitrés se compone de un dos y un tres. (ejemplo de Bello)
El seis de infantería ligera. (ejemplo de Bello)

Y junto a las formas dos y tres tendrían también número plural las formas doses y treses:

Quedaban en la baraja tres doses. (ejemplo de Bello)

El cardinal cien sufre apócope cuando precede a un sustantivo (cien lápices) y cuando precede a otro cardinal multiplicándolo (cien mil presos), si sólo se añade al cardinal no se apocopa (ciento cuarenta y ocho).

Las formas doscientos, trescientos, cuatrocientos son las únicas que puede sufrir variaciones de género.

El Esbozo incluye la forma ambos/ambas entre los numerales cardinales. La Gramática de la Academia prueba, mediante una serie de ejemplos, que, su comportamiento es igual al del resto de los numerales.

Moreno Cabrera (1991), sin embargo, argumentando sobre la condición de cuantificador de ambos frente a la de adjetivo, señala dos construcciones adjetivales (que se dan también en los numerales cardinales) que son agramaticales para estas formas.

Efectivamente, ambos/ambas no admite el artículo dentro del sintagma nominal que admiten el resto de los numerales:

* las ambas manos las dos manos

ni admite la atribución que sí admiten los numerales:

* los hijos eran ambos los hijos eran dos

Desde el punto de vista semántico, "ambos" no significa únicamente dos si no más bien "dos cosas que o bien ya se han mencionado o cuya existencia suponemos conocida". "Ambos", pues, como ocurría con los llamados "multiplicativos" y "distributivos", no se corresponde exactamente con una magnitud, sino que tiene además un valor anafórico asociado que no se da en el resto de los cardinales.

Todas estas razones creemos que justifican la exclusión de "ambos/ambas" de la clase de los numerales cardinales.

Ordinales.

Los numerales ordinales denotan el orden numérico

Los ordinales desempeñan funciones de sustantivo ("El primero de la clase"), adjetivo ("El niño primero") y adverbio ("Primero llegó Juan").

Presentan variaciones de género y número.

Fraccionarios o partitivos.

Los numerales fraccionarios o partitivos denotan división del contenido semántico del sustantivo. Funcionalmente se comportan como sustantivos ("La mitad de la tarta") o adjetivos ("Medio melocotón")

En nuestro sistema de codificación consideraremos fraccionario o partitivo las formas medio, tercio, cuarto, ..., los formados a partir de los cardinales, simples o compuestos, desde once, añadiéndoles la terminación "avo" y los porcentajes en su expresión lingüística.

Los primeros en su expresión lingüística admiten variaciones de género y número.

Los terminados en "avo" presentan variaciones de género y número.

La expresión lingüística de los porcentajes tiene género masculino y número singular.

Multiplicativos o múltiplos.

Los numerales multiplicativos o múltiplos denotan multiplicación del contenido semántico del sustantivo. Funcionalmente se comportan como sustantivos ("El doble de ración") o adjetivos ("Parto quíntuple")

Doble, triple, cuadruple, por su terminación en "e" son formas invariables para el género. Admiten variación de número.
Las formas duplo/dupla, triplo/tripla, cuadruplo/cuadrupla raramente usadas admiten también variaciones de género y número.

Asignación de membretes dobles.

La clase de los numerales es seguramente la que presenta mayores fluctuaciones o vacilaciones de sus miembros entre distintas clases y entre los distintos tipos que integran su misma clase.

La semejanza formal y funcional entre los numerales y las clases de sustantivo y adjetivo (y pronombre, en algunos casos) queda suficientemente reflejada mediante el rasgo "función".

Entre los numerales, sin embargo, existen muchas formas que, han pasado a adquirir un significado algo distinto del numeral original que justifica su codificación como miembro de la categoría que lo define en términos funcionales y morfosintácticos. El ejemplo más claro en este sentido lo constituye el ordinal primero/primera en algunas expresiones lexicalizadas donde no significa el primero en orden en oposición a un segundo o tercero:

Artículos de primera necesidad
Causa primera
Primera enseñanza

En estos casos se codificarán como adjetivos.

Finalmente, entre los ejemplos de doble asignación de membrete de más difícil desambiguación figura la que se produce para la forma un/una entre los membretes correspondientes a la categoría artículo indefinido y los correspondientes a la categoría numeral cardinal y consecuentemente la que se produce entre el pronombre indefinido y el numeral cardinal.

Según el Esbozo, un/uno/una es numeral cuando se contrapone a otro de mayor valor numérico o explícito o implícito.

En la forma plural unos/unas es exclusivamente indefinido (artículo o pronombre) excepto cuando, como veíamos arriba, denota el guarismo con que se representa la unidad, cuando significa identidad o semejanza y cuando se refiere a nombres que solo se emplean o que en determinadas acepciones solo se emplean en plural.


NOTAS

1 F. Misteli (1893): Charakteristik der hauptsachlichsten Typen des Sprachbaues, Nueva York, Georg Olms, 1972.

2  Este criterio trata de delimitar las partes originarias o primitivas del discurso como aquellas cuyas raíces son formalmente primitivas, es decir, todas aquellas que no se puedan derivar de ninguna otra raíz asociada o asignada a otra parte del discurso.

En el caso de los numerales, el árabe tiene raíces como "jms" y "sds" que son sólo numerales y que denotan al cinco y al seis, respectivamente.

3  Obsérvese que la diferenciación entre función sustantivo y función pronombre denota el empleo del numeral para designar un guarismo (función sustantivo): "El seis de picas", "Ha salido premiado el 15.550" "Hacia 1750",... frente al empleo típicamente cuantificador del pronombre (presente también en la función de adjetivo): "Dame ocho", por ejemplo.

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