Estudios de Lingüística del Español (ELiEs) |
Cortesía y descortesía: teoría y praxis de un sistema de significación / Alexandra Álvarez Muro |
5.1 Atenuación y deferencia
Como expusimos en el capítulo anterior, la cortesía está íntimamente ligada con el poder: ceder en control da prestigio y esto se logra a través de ciertas estrategias manipuladoras que reconocen al interlocutor su imagen y su territorio. Dentro del marco de la manipulación por seducción, podemos encontrar modalidades aspectualizadas que recategorizan los contenidos semánticos entre las cuales las más importantes son la atenuación, intrínsecamente ligada con la noción de poder y la intensificación, relacionada con lo afectivo.
En lo que sigue, nos dedicamos a localizar, describir y clasificar aquellas estrategias que recaen bajo el rubro de la atenuación o la mitigación, pero solo aquellas que, además, habitan el espacio de la cortesía. Según el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), atenuación del latín attenuatĭo, -ōnis es, además de la acción y efecto de atenuar, la figura retórica que consiste en no expresar todo lo que se quiere dar a entender, sin que por esto deje de ser bien comprendida la intención de quien habla. Según el Diccionario, se usa esta estrategia generalmente negando lo que se quiere afirmar; p. ej., No soy tan insensato. En esto no os alabo. En cuanto a la mitigación, que en este trabajo usaremos como término sinónimo del anterior, es también en el DRAE la acción y efecto de mitigar, 'moderar, aplacar, disminuir o suavizar algo riguroso o áspero'. En otras palabras, parece tratarse de decir de tal modo, o dejar de decirse completamente, algo que por alguna razón no debe sonar al oído, sino solo comprenderse su intención.
Entre los autores que la han definido, Briz señala que se trata de estrategias conversacionales que regulan la relación interpersonal y social entre los participantes de la enunciación, indica, sin embargo que "el atenuante puede ser, ciertamente, una forma de expresión cortés, pero no la única […]; además, el atenuante recubre otros valores pragmáticos, sometidos, antes que a las máximas de cortesía, a otros principios de la retórica de la conversación […] (Briz 1998: 143). La cortesía o descortesía de un acto depende, según Briz, de la interpretación que de éste hacen los interlocutores (p.158) y, tanto los atenuantes como los intensificadores son estrategias dirigidas a “ganar el juego conversacional” (p.163). Por su parte, Caffi, en su conocido artículo sobre la mitigación, la define como un término que abarca una serie de estrategias cuya raíz está en la conciencia metapragmática por la cual la gente, tomando en cuenta las expectativas del interlocutor, trata de hacer más efectivo su decir-hacer (Caffi 1999). Para esta autora, mitigación es un sinónimo de atenuación y se entiende como el resultado de debilitar o reducir uno de los parámetros interaccionales cuando los parámetros son escalares. La mitigación es una de las dos direcciones de la modulación de la intensidad, opuesta y complementaria a la maximización o refuerzo (Caffi 1999:882). También para Puga (1997), la atenuación comprende una serie de estrategias de debilitamiento o de distanciamiento. La toma de distancia y la indirección se vinculan así estrechamente con la atenuación (Puga 1997: 13)55.
Buscando las formas típicas de la cortesía, la investigación lingüística se ocupa de fijar la dicotomía entre minimización y maximización56. Según Blum-Kulka (1992), la mitigación puede indizar la cortesía, independientemente de los niveles de indirección. Mientras los significados de lo directo se relacionan con las máximas de manera, cantidad y cualidad, la mitigación es la expresión por excelencia de la manera, comprendiendo el repertorio de los medios verbales y no verbales que están a disposición para modificar actitudes (p. 266). La autora muestra que lo directo/ indirecto de un acto de habla no se relaciona con descortesía y cortesía, respectivamente; sin embargo, esto no se aplica en el discurso familiar (Blum-Kulka p. 265).
Ahora bien, ¿qué se atenúa? Habíamos visto en las definiciones del DRAE que en la atenuación se trata de "no expresar todo lo que se quiere dar a entender" en el caso de la atenuación, y en el de la mitigación, de 'moderar, aplacar, disminuir o suavizar algo riguroso o áspero'. Puga (1997) considera como funciones de la atenuación la necesidad de mitigar la dureza del presente, una comunicación poco grata, una pregunta delicada, el imperativo, una eventual crítica del interlocutor. Se trata de regular el estilo del mensaje, la fuerza ilocutiva del mismo o la responsabilidad del hablante para incidir sobre la relación interpersonal.
Bravo57 (2003) aclara que se atenúa algo que pueda hacer quedar al hablante como rudo y descortés frente a sus interlocutores.
La atenuación corresponde al campo de la pragmática, puesto que se trata de la relación de los signos con sus intérpretes58, es entonces la relación con los intérpretes, la relación interpersonal, la que determina el uso de este instrumento de la retórica (Blum-Kulka 2000). Caffi entiende que la "mitigación afecta localmente la situación de los deberes y derechos generados por el acto de habla y sobre todo su intensidad y fuerza lógica y moral, porque reduce globalmente las obligaciones de los participantes que corresponden a las condiciones de felicidad de un acto de habla (Meyer-Hermann y Weingarten 1982:243, en Caffi 1999:882). Dice la autora: "la mitigación sirve tanto para suavizar el manejo interaccional- puesto que reduce el riesgo para los participantes en varios niveles- como sobre la contradicción, perder la cara, el rechazo, el conflicto, etc." (Caffi 1999:882)59.
Lo que se trata, entonces, es de modificar el efecto que tal enunciado tiene sobre el oyente y, sobre todo, de presentar al enunciador con luz favorable, de modo que, siguiendo a Austin (1962) podríamos decir que la mitigación incide sobre lo perlocutivo60.
Frecuentemente se confunden los conceptos de atenuación y cortesía, porque la atenuación es una estrategia que se usa con esos fines, sin embargo, la atenuación trasciende la cortesía. Así Puga (1997) establece una relación estrecha entre ambos conceptos usados muchas veces como sinónimos, pues los campos de atenuación y cortesía se sobreponen parcialmente. El papel de la atenuación en la cortesía responde a la necesidad del hombre de protegerse frente a todo aquello que pueda representar una amenaza (Puga 1997: 21).
Más que una protección, para Briz la atenuación es una estrategia para lograr el éxito conversacional:
El fin justifica los medios lingüísticos. Los atenuantes (como los intensificadores) son estrategias, movimientos tácticos para ganar en el diálogo conversacional, minimizadores del decir o lo dicho, a la vez que, dialógicamente, del desacuerdo, ya sea en el plano local, es decir en alguna de las intervenciones, intercambios, ya sea en el plano global de la conversación. En este sentido, la atenuación (como la intensificación) puede llegar a constituir un soporte del texto, no sólo en la actuación que se manifiesta con un propósito concreto a lo largo de éste, sino en el mismo proceso de producción (Briz 1998: 163).
Blum Kulka (1992) distingue dos tipos de mitigación: la interna, que se lleva a cabo a través de los medios, llamada así porque actúa sobre la estrategia misma (head act) e incluye componentes sintácticos, léxicos y frásticos. La mitigación externa comprende por una parte la orientación y actitud hacia el otro en los instrumentos indicadores de deferencia, acentuando la membresía en el grupo y haciendo uso de las funciones interaccionales tales como la minimización de distancia e imposición y la acentuación de los marcadores de cortesía positiva. Puga (1997) distingue en las estrategias de distanciamiento las que se dirigen hacia: a) el distanciamiento de sí mismo; b) del presente o tiempo de la enunciación; c) del mensaje y d) del receptor.
Caffi (1999) propone una clasificación tripartita de estrategias mitigadoras, basadas en los diferentes objetos de la mitigación. Su clasificación de mecanismos mitigadores se basa en los tres componentes de la enunciación sobre los cuales puede operar la mitigación: la proposición, la ilocución y la fuente de la enunciación, extendiendo de este modo la metáfora de Lakoff (1973) de ‘bushes’, ‘hedges’ y shields’ (Caffi, 1999:883). En este sentido explica Caffi que los mitigadores manejan la responsabilidad del acto de habla de diferentes maneras; en el caso de los arbustos (bushes), lo que se debilita es la suscripción a la proposición; en el caso de las cercas (hedges), lo que se debilita es la responsabilidad de la ilocución; en el caso de los escudos (shields), lo que se evita es la adscripción de la enunciación que se adscribe a otra fuente o se traslada a otra situación.
Describiremos ahora el discurso de seis mujeres61
extraído del corpus sociolingüístico de Mérida (Domínguez y Mora 1998), en cuanto a la serie de estrategias de atenuación o mitigación que sirven como formas de cortesía
62. Elegimos a estas hablantes para garantizar que pertenecieran a tres grupos socioeconómicos, alto, medio y bajo (lo que está señalizado con los números 1, 3 y 5 de la sigla); que pudieran agruparse en dos grupos de edad, más jóvenes (señalizadas con las letras A y B) y mayores (señalizadas con las letras C y D). Esta distribución nos permite observar los diferentes sectores del espacio social representado por el corpus y puede verse en el cuadro siguiente:
Cuadro 5.
El corpus
Para el análisis, separamos aquellos segmentos atenuadores que nos parecieron relacionados con la cortesía, entendiendo que en estos pasajes hay una intencionalidad, por parte del hablante, de cuidar su propia imagen y su territorio, así como los del interlocutor.
El criterio empleado fue subjetivo, en el sentido de que se tuvo que considerar aquellos segmentos que representaban un "nudo", en el sentido de Puga, es decir aquellos conflictos causantes de interrupciones en la comunicación (Puga, 1997: 29). Luego se separaron las atenuaciones que tenían como objeto la locución, la ilocución o el desplazamiento del emisor, siguiendo el esquema de Caffi (1999) para determinar, en materiales venezolanos recogidos previamente (Domínguez y Mora 1998), qué mecanismos prevalecen en el habla de Mérida. Nótese que los ejemplos se encuentran numerados de dos maneras. A la izquierda está el número del ejemplo; el número que se pone entre paréntesis al final de cada ejemplo es el número que identifica a la hablante.
Notas
55 Haciendo una relación con las costumbres de los animales, Puga define varios tipos de distancia: a) la distancia personal, la distancia normal que se mantiene con los congéneres y en la que interviene la organización social, puesto que hay una relación entre la distancia y la jerarquía; b) la distancia social que se fundamenta en la necesidad recíproca de mantener el contacto c) la distancia pública, que separa por ejemplo a un conferenciante por ejemplo de su público; d) la distancia íntima, al reducir la distancia personal y donde hay por ejemplo sensaciones olfativas y táctiles.Estudios de Lingüística del Español (ELiEs), vol. 25 (2007) | ISSN: 1139-8736 |