ISSN: 1139-8736
Depósito Legal: B-37271-2002
Copyright: © Silvia Montero Martínez

4.3.3 El experto y el paciente

Si bien. como hemos visto, el experto parece satisfacer gran parte de sus necesidades en BD tales como Medline® (§4.2.1), la más utilizada, también se beneficiaría de una aplicación que le ofrezca información actualizada sobre URLs, imágenes, vídeos, etc., de forma rápida y económica, ya que la necesidad de tener acceso a información sobre posibles fuentes de consulta se ha incrementado como parte de una corriente denominada Medicina Basada en Pruebas:

Figura 4.4: Información útil para el experto en ONTOTERM®

Durante el encuentro diario con los pacientes, el médico se enfrenta con multitud de interrogantes cuya solución generalmente la suele buscar en la experiencia y el conocimiento médico acumulado, bien sea de forma personal o consultando a un colega más experto. En el caso de que esto no sea suficiente, acudirá a libros de texto o revisiones recientes publicadas en revistas médicas. Sin embargo, esta aproximación clásica no siempre parece adecuada porque generalizar a partir de la experiencia no sistematizada, propia o ajena, y obtenida con un número limitado de casos, puede dar lugar a errores. Por un lado, los libros de texto a menudo están desfasados y, al igual que las revisiones narrativas publicadas en revistas médicas, son con frecuencia ineficaces para solucionar problemas clínicos concretos (Bravo Toledo y Campos Asensio 2000).

Así, la constatación de la existencia de comportamientos inaceptables en la práctica médica y que sólo una minoría de las intervenciones médicas de uso diario estaban apoyadas en estudios científicos fiables llevó a un grupo de médicos de la Universidad de McMaster a iniciar un nuevo movimiento dentro de la enseñanza y práctica de la medicina que denominaron Evidence Based Medicine. Aunque el concepto no es nuevo, esta corriente surge ligada a la introducción de la estadística y el método epidemiológico en la práctica médica, al desarrollo de herramientas que permiten la revisión sistemática de la bibliografía y a la adopción de la evaluación crítica de la literatura científica, como forma de graduar su utilidad y validez (Sacket et al. 1996). La medicina basada en pruebas consiste en abordar los problemas clínicos a partir de los resultados originados en la investigación científica. Esta metología requiere cuatro pasos consecutivos: i) formular de manera precisa una pregunta a partir del problema clínico del paciente; ii) localizar las pruebas disponibles en la literatura; iii) llevar a cabo una evaluación crítica de las pruebas; iv) aplicar las conclusiones de esta evaluación a la práctica.

Sería en la segunda fase del proceso en la que una aplicación del tipo de ONTOTERM® resultaría útil para la búsqueda de la literatura relevante a la pregunta, ya que como se observa en la Fig. 4.4 ofrece información sobre publicaciones, sitios de internet, etc. Hay que tener en cuenta que la medicina basada en pruebas implica que el profesional debe sustituir, en aras de una mayor pertinencia y validez, unas fuentes de información fáciles de obtener por otras que implican búsquedas bibliográficas y valoración crítica, para las que no se le ha instruido. Se requiere un esfuerzo y un tiempo del que no dispone habitualmente, además de una inversión en formación e infraestructuras de tecnología de la información. En este sentido, sería de gran utilidad el poner a su disposición una herramienta de fácil manejo que le ofrezca posibles lugares de consulta que ya han pasado un cierto control de calidad.

En cuanto al paciente y su círculo más próximo, su necesidad de información es obviamente distinta de la del experto, al menos en cuanto a nivel de especialización, por lo que requerirá un material terminológicamente menos denso y con más explicaciones. La importancia de este colectivo es evidente y hay organizaciones que ya han puesto información a su disposición como es el caso de CancerNet que presenta una versión para el especialista y otra para este grupo de usuarios:

Figura 4.5: Información útil para el paciente en PDQ®

A la vista de esta variedad de perfiles de usuarios, es importante crear un sistema que resulte accesible para todos ellos independientemente de sus conocimientos informáticos. Si cerramos con líneas de programación ininteligibles el acceso a la información terminográfica, perderemos muchas propuestas de manos de documentalistas, traductores, lingüistas y facultativos del campo de las Ciencias de la Salud. Además, habrá que sustituir el concepto estático de las BDT descritas (§4.2.3) por otro más dinámico, las bases de datos terminológicas basadas en el conocimiento (BDTC) que se definen como:

... terminological repositories whose linguistic data is enhanced with a rich and formalized knowledge component that facilitates multifunctionality and shareability, allowing various possible applications such as documentation and management information, training, technical writing, expert systems and machine translation (Meyer et al. 1990: 133).

De esta forma se lograrán satisfacer los máximos y los mínimos requisitos de las consultas terminológicas.


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