ISSN: 1139-8736
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1.3.2.2.1. La Teoría Comunicativa de la Terminología

Como alternativa a los postulados de la terminología clásica, Cabré (1999) recoge una serie de reflexiones que serían el fundamento de la Teoría Comunicativa de la Terminología (tct) y que se podrían resumir en palabras de Cabré (1999: 122-4) en los siguientes puntos:

  1. La terminología es una materia interdisciplinar que integra aportaciones de la teoría del conocimiento, relativas a los tipos de conceptualización de la realidad y a la relación de los conceptos entre sí y con sus posibles denominaciones; de la teoría de la comunicación, relacionadas con los tipos de situaciones que pueden producirse y la explicación de las características, posibilidades y límites de los diferentes sistemas de expresión de un concepto y de sus unidades; y de la teoría del lenguaje, aquéllas que den cuenta de las ut dentro del lenguaje natural, ya que participan de todas sus características, pero singularizando su carácter terminológico y explicando cómo se activa éste en la comunicación.
  2. El objeto de estudio son las ut propiamente dichas, unidades que forman parte del lenguaje natural. Los términos no son unidades autónomas que forman un léxico especializado diferenciado, sino que pueden describirse como módulos de rasgos asociados a las ul, que se describen como unidades denominativo-conceptuales, dotadas de capacidad de referencia, que pueden ejercer funciones distintas y que, integradas en el discurso, constituyen bien núcleos predicativos bien argumentos de los predicados. Estas unidades, que no son inicialmente ni palabras ni términos sino sólo potencialmente términos o no términos, pueden pertenecer a ámbitos distintos. El carácter de término se activa en función de su uso en un contexto y situación determinados.
  3. Los términos son unidades de forma y contenido en las que el contenido es simultáneo a la forma. Un contenido puede ser expresado con mayor o menor rigor por otras denominaciones del sistema lingüístico, que constituyen nuevas unidades lingüísticas de contenido especializado relacionadas semánticamente con la primera, o por denominaciones de otros sistemas simbólicos, que conforman unidades no lingüísticas de contenido especializado.
  4. Los conceptos de un mismo ámbito especializado mantienen entre sí relaciones de diferente tipo. El conjunto de estas relaciones entre los conceptos constituye la estructura conceptual de la materia. Así, el valor de un término se establece por el lugar que ocupa en la estructuración conceptual.
  5. 5. El objetivo de la terminología teórica es el de describir formal, semántica y funcionalmente las unidades que pueden adquirir valor terminológico, dar cuenta de cómo lo activan y explicar sus relaciones con otros tipos de signos del mismo o distinto sistema. La finalidad aplicada de la recopilación y análisis de las unidades de valor terminológico usadas en un ámbito es muy diversa y permite muchas aplicaciones. En todas ellas se activa la doble función de los términos: la representación del conocimiento especializado y su transferencia, aunque en grados y modos distintos, y en situaciones también diversas. Dado que las ut son el modo privilegiado, aunque no el único, de expresar y representar el conocimiento especializado, cada ut se corresponde con un nodo cognitivo de un dominio de especialidad. Así, el conjunto de términos usados en un ámbito configurará su dominio conceptual a través de relaciones específicas (causa-efecto, todo-parte, contigüedad, anterioridad-posterioridad, etc.). Además de representar la realidad especializada, las ut sirven también para la transmisión de este conocimiento, es decir, son unidades de comunicación especializada que responde siempre al esquema comunicativo de un emisor-especialista, si bien puede diversificar sus destinatarios. La mayor o menor importancia de estas dos funciones dependerá del escenario, descriptivo o prescriptivo (§1.3.3.1), de producción de esta terminología (Cabré 2000: 6, 7). Por lo tanto, las ut, al igual que la terminología, tienen una vertiente cognitiva, una social o comunicativa y una lingüística dentro de la cual la ut debe ser tratada como signo lingüístico dentro de un contexto dado, con unas connotaciones culturales determinadas (Cabré 1999: 13).

En este sentido, el interés de la sociolingüística y la pragmática en el ámbito de la terminología ha fomentado la idea de que las condiciones de producción son importantes; a partir de ahora, habrá que tener en cuenta no sólo la materia que se trata, sino también la finalidad que se persigue y el discurso en el que aparece un término. Estas circunstancias darán lugar inevitablemente a variantes:

Les conditions d’usage (...) constituent un champ à part entiére; elles s’intercalent dans le lien entre le terme comme mot d'une langue et comme indice de concept (en effect, c’est bien parce qu’on est dans telle ou telle entreprise, que l’on considère tel ou tel niveau d’expertise, que l’on peut justifier des divergences dans la dénomination). Cette organisation permet de rendre compte des cas courants où un même concept est dénommé par plusieurs termes dans une même entreprise, ce qui évite la normalisation trop brutale (Condamines 1994: 39).

En resumen, todos estos aspectos apuntan hacia la variación terminológica en los textos especializados (Faber 1999), fenómeno que viene a cuestionar la rigidez de la tgt. En la descripción de esta variación habría que incluir los siguientes factores: a) variación dialectal (topolectal, cronolectal, sociolectal y tecnolectal) y b) variación funcional 9 (plano horizontal y vertical). La variación horizontal, como ya vimos, está determinada por dos aspectos: la temática y la perspectiva desde la que se trata dicha temática. La primera servirá para establecer una clasificación pero hay que tener en cuenta que esta temática se segmenta de forma arbitraria, nunca es uniforme. Esta arbitrariedad permitiría explicar "a faster transfer of knowledge between various fields in various languages" (Pavel 1993b: 21); es decir, el fenómeno de la movilidad 10 de términos y conceptos de una disciplina a otra sin tener que recurrir a la homonimia. En cuanto a la perspectiva, es evidente que existen numerosas formas de tratar un mismo tema según la finalidad que se persiga por lo que esta perspectiva, más que la temática en sí misma, es la que confiere la característica de especialidad a un discurso.

Por tanto, esta nueva teoría asume necesariamente que la realidad puede ser conceptualizada de forma difusa (conocimiento general) y de forma precisa (conocimiento especializado)11. Dicha conceptualización dará como resultado unos dominios de conocimiento que no son ni uniformes ni estáticos sino que se irán reconceptualizando a medida que surjan nuevos descubrimientos y se creen nuevas asociaciones. De la estructuración sistemática de estos ámbitos de conocimiento surgirán las distintas materias o disciplinas que serán por tanto "cortes" artificiales de la red constituida por el conocimiento 12. Se pone de relieve por tanto la importancia de las interdisciplinas y la multidimensionalidad, ya que las áreas temáticas no se conciben como compartimentos estancos y fijos, sino como un espacio de trabajo o análisis. Desde esta perspectiva, la segmentación del conocimiento especializado en áreas temáticas es abierta al igual que la posibilidad de analizar una materia desde ángulos o dimensiones diferentes (Cabré 1998a: 180).

En lo que se refiere a la variación en el plano vertical, ya vimos que ésta se puede clasificar teniendo en cuenta dos factores: los destinatarios y el nivel de especialización del discurso. Dependiendo de los receptores de un mensaje su terminología será más o menos complicada a la vez que el nivel de especialización de la materia requerirá una mayor o menor variación expresiva. Esta variación, a su vez, supondrá una determinada densidad terminológica: a mayor especialización menor variación y más opacidad en los términos y viceversa. Todos estos aspectos se resumirían en el Principio de la Variación:

(...) Este principio es universal para las unidades terminológicas, si bien admite diferentes grados según las condiciones de la situación comunicativa. El grado máximo de variación de la terminología lo cumplirían los términos de las áreas más banalizadas del saber y los que se utilizarían en el discurso de registro comunicativo de divulgación de la ciencia y de la técnica; el grado mínimo de la variación sería propio de la terminología normalizada por comisiones de expertos; el grado intermedio, la terminología usada en la comunicación natural entre especialistas (Cabré 1998c: 63).


Notas

9 Recordamos que fue la variación funcional la que nos permitió establecer la existencia del lenguaje especializado y también describir sus variantes (§1.2.2).

10 "As well as being influenced by general-language concepts, the terms of one domain may also be influenced by specialized concepts from another" (Meyer y Mackintosh 1996: 6).

11 "There is thus a difference of degree between the intradisciplinary structure of concepts in the bounded subspace of a special subject or discipline and the less well-defined, less ‘disciplined’ structure of ‘general knowledge’ " (Sager 1990: 19).

12 "The term domain is also problematic. Indeed, we doubt that such a thing as a clearly delimitable and self-contained domain of specialized knowledge even exists. (...) knowledge in today’s world is multidisciplinary" (Meyer y Mackintosh 1996: 3).


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