ISSN: 1139-8736
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4 Terminografía basada en corpus: aspectos fundamentales de la gestión terminológica

Hemos visto en el capítulo anterior que la terminografía es, por encima de todo, una actividad práctica derivada de la terminología, que comparte, tanto con ésta como con otras disciplinas, aspectos relevantes que nos llevan a considerarla un ámbito de estudio de marcado carácter interdisciplinar. Sin embargo, como señala Cabré (1993: 263), el hecho de que sea esencialmente práctica, no convierte a la terminografía en una actividad puntual que cada especialista pueda resolver de forma individual, sino que debe regirse por "una serie de supuestos de base exigidos por la teoría, y debe respetar una serie de recomendaciones técnicas, formales y de proceso de trabajo determinadas internacionalmente".

Es necesario, por tanto, que toda labor terminográfica parta de un profundo conocimiento de los presupuestos teóricos sobre los que se asienta la terminología y que su metodología de trabajo responda a una planificación sistemática, tanto de las fases que comprende su labor como de los materiales con los que debe (o puede) contar para llevarla a cabo.

En este capítulo no nos proponemos hacer un repaso detallado de la teoría terminológica tradicional concebida inicialmente, como ya hemos mencionado, por Wüster; tampoco pretendemos hacer una crítica exhaustiva de aquellos aspectos en los que, a nuestro entender, la teoría tradicional se aleja de la realidad de la práctica terminográfica descriptiva en la que se enmarca nuestra labor investigadora y, por tanto, nos resulta inadecuada o demasiado restrictiva. Hemos hecho ya mención a algunas de las voces que se han elevado para resaltar las insuficiencias de la teoría clásica de la terminología. Volveremos a analizar algunas de estas aportaciones en las secciones que siguen, con el ánimo de adoptar e integrar en nuestro trabajo algunas de estas propuestas renovadoras, sobre todo las que se hallan en consonancia con las teorías lingüísticas expuestas en el capítulo segundo.

El objetivo principal de este capítulo es, por tanto, el establecimiento de los supuestos de base que la teoría terminológica aporta (o debe aportar) a la labor terminográfica y veremos algunas de las recomendaciones técnicas, formales y de proceso de trabajo que guiarán nuestra labor terminográfica. Como ya hemos mencionado en el capítulo introductorio, el trabajo que aquí presentamos forma parte de un proyecto de investigación y desarrollo concebido desde sus orígenes para que constituya un trabajo terminográfico sistemático multilingüe de gran envergadura, ya que se propone abarcar los términos de toda una subárea de especialidad, como es el caso de la terminología oncológica.

La concepción y posterior realización de un trabajo terminológico sistemático debe responder a una cuidadosa planificación, estructurada en fases sucesivas de trabajo, tanto previas a la compilación propiamente dicha del repositorio terminológico, en las que se delimita el tema, la función y las dimensiones del trabajo, como posteriores, en las que se unifique la presentación del trabajo y se revisen y supervisen los resultados obtenidos. Las fases fundamentales de un trabajo terminológico sistemático las encontramos resumidas en Cabré (1993: 292), reproducidas en la Figura 14. Aunque el cuadro que presentamos corresponde a la estructura de un trabajo monolingüe, hay que tener en cuenta que, en el caso de trabajos multilingües, las tres primeras fases han de realizarse por separado en cada una de las lenguas de trabajo, fusionando los resultados una vez finalizada la tercera fase:

 

Fase 1: Definición y delimitación del trabajo

tema

destinatarios

funciones

dimensiones

Fase 2: Preparación del trabajo

adquisición de la información

selección de los asesores

selección de información

fijación del corpus de vaciado

estructuración del campo

propuesta del plan de trabajo

Fase 3: Elaboración de la terminología

vaciado

fichero de vaciado

fichero terminológico

Fase 4: Presentación del trabajo

Fase 5: Supervisión del trabajo

Fase 6: Tratamiento y resolución de los casos problemáticos

Figura 14: Estructuración de un trabajo terminológico sistemático.

Las seis fases de trabajo nos parecen igualmente importantes, ya que el desarrollo de cada una de ellas dependerá en gran medida de la correcta realización de las fases anteriores. En nuestra exposición, tanto en este capítulo como en los dos siguientes, nos centraremos en el estudio del desarrollo de las fases en las que se integra nuestro trabajo, es decir, las fases segunda y tercera: la preparación y explotación de las fuentes documentales para la extracción de la información terminológica (a través del uso intensivo de córpora textuales informatizados) y la representación de dicha información (en una base de datos terminológica basada en el conocimiento).

Haremos también especial referencia a la selección, preparación y uso de los materiales de trabajo, que hemos intentado adaptar a las necesidades específicas de nuestro trabajo, tanto en el caso de los materiales de consulta como en lo referente a los materiales específicos y de ayuda y soporte al trabajo. En nuestro caso, el uso de la documentación ha sido exhaustivo, ya que una parte central de nuestro trabajo se ha centrado en la explotación computacional de los materiales específicos de trabajo.

Además, en el trabajo documental realizado sobre el método de trabajo, hemos analizado los estándares internacionales existentes en cuanto a la representación de la información terminológica, tema del que trataremos en el apartado 5.5.4 y algunas de las clasificaciones oficiales más utilizadas tanto en la industria sanitaria como en el seno de la comunidad científica biomédica (véase § 4.3.3.3), para obtener una documentación sobre los términos lo más actualizada y certera posible.

Como ya mencionamos en el capítulo anterior, argumentaremos el hecho de que la terminología (y por ende, los términos) no pueden aislarse del contexto lingüístico y social en el que se producen, por lo que hay que tener en cuenta quién produce el lenguaje especializado, para quién, en qué medio y con qué propósito. En nuestra opinión, la situación de "aislamiento contextual" de los términos es, en muchos sentidos, paralela a la que existía en la lingüística chomskiana en los años sesenta y setenta, por lo que los avances hechos en lingüística deben llevarse a la terminología, disciplina que también se ocupa de dar cuenta del lenguaje, aunque no en su totalidad.

Argumentaremos también que, en el caso de los terminógrafos, su necesidad de fuentes de información es aún mayor que la de los lexicógrafos (véase 2.7.1), ya que no sólo necesitan obtener información lingüística sobre las unidades que estudian, sino que, además, deben estudiar en profundidad la estructura de conocimiento (los conceptos y las relaciones) que es transmitida por medio de los términos. Pensamos que, junto con la insustituible consulta a los especialistas, el uso de un corpus textual informatizado también puede ser una herramienta muy útil para asistir al terminógrafo en tan complicada misión ya que, al fin y al cabo, un corpus especializado no es más (ni menos) que el testimonio magnético, la materialización de la comunicación especializada.

Pasamos, por tanto, a considerar estos aspectos, que hemos englobado en dos grandes bloques. En el primero detallaremos, en tres secciones diferentes, las tres caras del poliedro que conforman la terminología y, en consecuencia, los términos: en la primera, veremos los diferentes aspectos o dimensiones que conforman las unidades terminológicas, haciendo especial énfasis en la necesidad de estudiar y dar cuenta de la dimensión comunicativa de las unidades terminológicas; en la segunda, detallaremos los medios usados tradicionalmente para describir el conocimiento especializado y en la tercera exploraremos la forma en la que los córpora textuales informatizados pueden ayudar al terminógrafo a obtener información sobre las diferentes dimensiones de los términos y sobre el conocimiento especializado que éstos transmiten.

Terminaremos el capítulo con un segundo bloque en el que estudiamos las implicaciones que el uso de los córpora poseen en la labor terminográfica, prestando especial atención a los aspectos que diferencian a los terminógrafos de otros usuarios de corpus, en lo que se refiere al diseño, selección de textos y herramientas de manejo de corpus.


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