ISSN: 1139-8736 Depósito Legal: B-35784-2001 Copyright: © Alexandra Álvarez Muro |
6.2.2.1. LA DEFINICIÓN
En las grabaciones de habla de la Cordillera de Mérida, Venezuela sorprende una lenta verbosidad en algunos pasajes que responden a las preguntas del encuestador. Estas respuestas son definiciones y pertenecen a un género más bien expositivo, aunque las intervenciones no se corresponden siempre a la idea de una respuesta concreta que ella conlleva. La definición es una proposición que expone con claridad y exactitud los caracteres genéricos y diferenciales de una cosa, material o inmaterial. Evidentemente que, si bien estas definiciones exponen los caracteres de un objeto, la forma de estos textos no se asemeja a las definiciones que conocíamos.
Por esta razón analizamos una pequeña muestra de textos del habla rural . Se tomaron pasajes en los que se respondía a preguntas sobre conceptos: algunos resultaron muy parecidos a los que habitualmente oímos. Estos textos se componen de un concepto que comprende lo definido y de elementos descriptivos que proporcionan la distancia con otros conceptos limítrofes. En unos se define el concepto con el concepto superior que lo comprende, como por ejemplo en (a), donde el concepto neblina, está incluido en planta. En (b) se ve claramente el concepto superior fruta y su delimitación: es una fruta muy sabrosa, para comer tostada; características que la distinguen de otras de la misma especie, así como otras, como que es alta, y ella las maraquitas igualito como decir la arveja.
(a)
E: ¿Qué es es la neblina?
  I: Es una planta
(b)
E: ¿Qué son las habas?
  I: Es una fruta muy sabrosa pa comé tostada
ésta es una mata alta
ella echa las maraquitas igualito como decir la arveja
Sin embargo, otros ejemplos encontrados en el corpus no se corresponden con el concepto tradicional de definición. De estos últimos tomamos como muestra dos pasajes: el primero respondía a una pregunta sobre la esclavitud; el segundo, a la inquietud del encuestador sobre los encantos, es decir, sobre un elemento del mundo mágico-religioso de la zona.
Para el análisis se tomó en cuenta la repetición de ciertos tópicos subordinados en cada definición. Nos referimos al tópico simplemente como al tema de una unidad de información, y no como a una expresión formulaica lexicalizada, como se conoce en la teoría literaria (cf. von Wilpert 1969). En este trabajo, el análisis conduce a saber cómo se comporta una unidad de información en relación con un tópico y cómo se distribuyen estas unidades en el conjunto del texto.
Uno de los retos de la lengua oral es el de colaborar con la comprensión y con la memoria del interlocutor. A ello contribuyen la formulaicidad, la repetición y, por qué no, la estética. Según Serrano (1981), el lenguaje poético sería la estrategia más importante elaborada por las culturas orales a fin de almacenar mayor cantidad de información. La composición de las obras de Homero se ha tenido como altamente formulaica y se piensa que esta característica se debe al hecho de que estas obras debían ser repetidas por entero ante la audiencia. En la escritura, en cambio, no es necesario contribuir a la retentiva, por lo que se desarrolla, sobre todo, la función de representación implícita en el lenguaje (Ong 1987).
Las estrategias poéticas trascienden aquellos tipos de texto que sirven tradicionalmente a las actividades de naturaleza más artística. La existencia misma de la oratoria como el arte de utilizar el lenguaje para convencer, deliberar, conmemorar hechos o divulgar ideas, hace pensar que la función poética pasa los límites de lo artístico para inundar otros campos que alcanzan lo cotidiano. Quizás pueda hablarse de una filtración de unos géneros en otros, algo así como una inter-generalidad.
En la concepción de Bakhtin, el género es básico para el arte verbal y está determinado en primer lugar, por su orientación hacia el oyente y las condiciones definidas de la performancia y la percepción. Así, como la oda formaba parte de una celebración social, la oración lírica lo era de un culto religioso, por ejemplo. Además, está orientado en la vida, por su contenido temático, creando cada género formas de ver y conceptualizar la realidad. Esta unidad temática trasciende el lenguaje, porque no depende de las palabras aisladas ni de las formas linguísticas, únicamente, sino que es también inseparable de la situación del enunciado (cf.Bakhtin, citado por Morris, 1997:175). Esto es especialmente interesante para ciertos casos de intertextualidad que observamos en las narraciones merideñas y que tratamos a continuación. Son característicos del arte verbal de la región y expresan, de un modo muy singular, las creencias de la zona.
i) El güey
Como vimos antes, Sánchez (1993) plantea la posibilidad de encontrar dos órdenes discursivos en un mismo tipo de texto. Esto lo estudiaremos en tres textos de la región merideña. El primero de ellos es una definición que alberga en su seno un relato y recuerda las parábolas, aquellas historias bíblicas que servían para ejemplificar las enseñanzas y que vemos a continuación, en (29) (cf. Molina Molina, 1993). Para distinguir lo que llamamos la definición, del relato, hemos transcrito la primera en letra normal y el segundo en itálicas (ver también 5.4.2.).
(29)
Resumen
Orientación
Complicación
Coda
La historia está enmarcada en una definición: El informante, para explicarle al encuestador lo que es un encanto, narra un "ejemplo"3. El compadre ha perdido un buey desde hace mucho tiempo y ha hecho numerosos viajes al páramo para encontrarlo. En un último intento, casi se convierte en víctima del encantamiento, es decir de ver lo que no es. Ve una casa llena de gente, y al acercarse a preguntar por su buey le ofrecen leche unas muchachas. Sabiendo que el encanto se produce al recibir el alimento, derrama la leche haciendo ver que se la ha tomado. Sale el viejo dueño de la casa y le ofrece la posibilidad de buscar su buey. El compadre lo hace y, en efecto lo encuentra entre otras bestias. El dueño le ofrece una soga de rejo para que amarre el animal y dos panes para el camino, con la condición de que no voltee para atrás bajo ningún concepto hasta no pasar un determinado cerro, ya que el buey puede regresarse. Al llegar al punto permitido el hombre mira hacia atrás y ve que tiene en la mano, en vez de una soga, un bejuco de millo y en vez de panes, bostas de vaca. No vio que la realidad eran las lagunas y no los caseríos.
El segmento comprendido entre las líneas (1-24) se ha considerado aquí como la definición propiamente dicha, que se completa en las líneas 167-172. Entonces, la condensación o resumen de la narración está en el trozo que va de las líneas (25-35). En el resumen, el narrador señala su intención de 'echar este cuento' y define claramente que él no es el primer receptor de la información, sino que ésta ha sido transmitida por otros, que a su vez se lo contaban a sus padres; allí señala también cuál es el núcleo de la narración: que él tenía un compadre allá que se le había perdido un güey/ ya que hacía años (34-35).
En la orientación o situación inicial que constituye la segunda parte del relato en (36-49) se identifica el contexto de la historia, y comienza con una locución muy característica de la zona, en modo condicional: sería que se le había perdido un güey. Esta forma se utiliza muy frecuentemente en el corpus rural y se observa tanto en las respuestas de los informantes como en las preguntas de los encuestadores. La forma indirecta denota una manera cuidadosa de comenzar o de adentrarse en un tema, como en (28a,b).
(a)
E. ¿Cómo serían esas casas?
I: Eso sí no tengo yo presente/ eso serían...como unas chozas poco más o menos.
(b)
E. ¿Y así serían las chozas donde...?
I. Poco más o menos, así serían las casas de ellos habitar/ las chozas de ellos habitan
La historia o complicación podría definirse en el segmento abarcado entre las líneas (50-163) del anexo y la coda o comentario en el trozo (164-166). La tercera parte es la historia propiamente dicha, donde se cuenta lo que es realmente el encanto como se vio en la definición de nuestro texto: el dar alimento los dueños del páramo y recibirlo los encantados. Debe señalarse la existencia de dos relatos simultáneos: la realidad y la irrealidad: el primero es la búsqueda del animal; el segundo el mundo del mito (cf. Molina 1972). En la terminología de Goffmann (1974) se trata de dos marcos que implican dos maneras de organización de la experiencia y están relacionadas con la forma subjetiva de involucrarse en ella. Uno de estos marcos es el mundo de los dueños del páramo que viven en las lagunas. El otro es el de los hombres que ven caseríos y gente. Para nosotros, el marco de la irrealidad está en el mito de los dueños del páramo. Para los habitantes de esta zona, esa parece ser precisamente la realidad; por lo que el encantamiento es todo lo contrario, es ver caseríos donde hay lagunas, gente donde hay dueños. Allí precisamente radica el encanto: en ver lo que no es. En otro orden de cosas, se trata de una paradoja, en la que se nos dice: esto no es la realidad. El segmento final del relato o la coda (164-166) revisa brevemente la situación del alimento -nuevamente refiriéndose a la esencia del encantamiento, para enlazar, a su vez, con el final de la definición inicial, a la cual, como hemos sostenido, se subordina este relato.
Asimismo puede verse que la evaluación del mismo se concreta sobre todo a dos formas. En primer lugar, a la repetición. En segundo lugar en la repetición de la fórmula quesque le dijo, esque le dijo, o y que le dijo; esta fórmula hace hincapié en la irrealidad de lo contado. El relato acentúa el hecho de que se trata de una historia oída por el narrador. Asimismo, es una gran sustitución de la realidad, es decir, la laguna, por la 'alucinación', el encanto.
ii) La vuelta de Lola
El texto que hemos llamado La vuelta de Lola, expone las razones por las que un lugar de la carretera que inicia el camino hacia el Páramo, saliendo de la ciudad, donde existe un establecimiento de ese nombre que le da la denominación al sitio. Lo interesante de este texto es su evidente relación con el orden evaluativo. La descripción de La Vuelta (30), que responde a la pregunta del entrevistador: ¿Y por qué la llaman la vuelta de Lola? El informante enumera las razones que extraemos del texto y presentamos a continuación:
(30)
porque ahí había una señora
que tenía una pulpería.....
y se llamaba Lola, algo así, le decían Lola,
entonces había una vuelta....
entonces la gente decía "vamos para la vuelta de Lola"...
entonces uno daba...llegaba y daba la vuelta ahí
y era...Lola era la señora....
entonces...la pulpería se llamaba Lola también
entonces le pusieron la Vuelta de Lola por eso...
porque daban la vuelta.....
La descripción se sucede en una estructura metonímica, en la cual los argumentos se colocan unos al lado de los otros: hay una vuelta, allí hay una pulpería que lleva el nombre de su dueña, la dueña se llama Lola, la gente llama a la vuelta: La Vuelta de Lola. Como es habitual en los textos de la región, la descripción tiene repeticiones - con variaciones - que presentan las causas de la designación del lugar.
iii) Definición y figura retórica: la esclavitud
El texto que vemos en el Cuadro 9 define la esclavitud por medio de un descripción de ciertos tópicos relacionados con ella: la obligación de trabajar constantemente, la falta de descanso y la ausencia de los días de fiesta. Asimismo se detalla el hecho de que la comida esté limitada, porque ésta se pesa y debe durar un lapso de tiempo previamente estipulado. Los tópicos de cada unidad forman una red, suerte de macroestructura - o estructura global del significado del texto - (cf. van Dijk 1983), que implica el concepto de esclavitud: trabajar continuamente, medir la comida. Los tópicos están contenidos, en este texto, en las unidades de información que se repiten, aunque no de manera igual; la repetición implica así la variación del mismo tema: Estos tópicos o subtemas, que hemos reunido tipográficamente, forman una red de unidades de información que desplegados paulatinamente y repetidos luego, en forma especular, por una parte en sentido contrario y por la otra de manera diferente: la repetición implica así la variación del mismo tema.
Como vemos en el Cuadro 8, el primer tema se refiere al hecho metalingüístico mismo: la definición, según los antiguos. El segundo grupo se refiere al primer subconcepto de la esclavitud, la obligación del trabajo. En tercer lugar, está la ausencia de descanso y de días de guardar. El cuarto conjunto se refiere a la continuidad del trabajo. Estos conjuntos se ordenan de una manera concéntrica alrededor de un núcleo formado por las unidades referidas al tópico de la restricción de los alimentos, a su vez encapsulado en el conjunto y esas cosas/esas cosas así.
Notas
3 Vale la pena recordar que el ejemplo es un tipo de argumento retórico, además de la máxima y el entimema. El ejemplo une lo particular a lo general, y trata generalmente de palabras o hechos, reales o ficticios. De modo pues que, aquí también, la narración de la Cordillera de Mérida se sitúa en una larga tradición que usa la narración para explicar algo.
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