ISSN: 1139-8736
Depósito Legal: B-35784-2001
Copyright: © Alexandra Álvarez Muro

5.4.2. LA FIGURA RETÓRICA COMO ELEMENTO DE COHESIÓN

Entendemos retórica, en el sentido de van Dijk (1989) como la manipulación conciente de los rasgos textuales específicos, para diferenciarla de la realización involuntaria, dependiente de los factores situacionales.

El siguiente texto con el que quisiéramos ejemplificar la función cohesiva de los elementos poéticos y retóricos es una definición de lo que son los encantos, habitantes de los páramos, descendientes de seres mitológicos indígenas, que hoy en día se conciben como unos viejos que viven en las lagunas. El encanto consiste en hacer ver a los hombres un mundo al revés, es decir, el mundo como ellos normalmente lo viven, lleno de casas y seres humanos, cuando lo que hay en esos parajes es soledad, lagunas y seres míticos. En el texto que estudiamos, que hemos considerado como el principal, la definición rodea a otro texto que narra un caso de encantamiento. El segundo texto pertenece al tipo de relatos llamados precisamente ejemplos, narraciones parecidas a las parábolas cristianas, que refieren una anécdota para argumentar; este texto se estudia en la sección 6.2.2.1. y se transcribe en (29).

Dentro de los límites de esta definición hay una estructura circular generada por el tratamiento concéntrico de los temas presentes en el discurso. El texto se divide en cinco bloques consecutivos, de los cuales el primero Encanto es que como en el páramo hay tantas lagunas, hay tantas cosas... y el quinto ...ya le digo...así es el páramo... constituyen una introducción y una coda, respectivamente.

Los otros bloques están reunidos cada uno alrededor de un tópico. El segundo describe cómo en los páramos hay dos viejos que viven en las lagunas y mandan en ellas, por oposición a las víctimas del encanto, quienes no ven la laguna, sino casas y gente. ...y en el páramo hay un viejo... o no será uno sino varios...que son los legítimos dueños del páramo...y esos son los que mandan en las lagunas...existen en las lagunas y eso/ Pero el que está para encantarse por lo menos ...va uno a un páramo de ésos...y puede haber un lagunón del tamaño de todo el centro de Mucunután.. ..y uno si está para irse a encantar..no permita Dios....uno no ve laguna sino un caserío de teja...llega uno y lo que ve es gente....y gozar allí con la gente...y la cosa...

El tercer bloque refiere al dar y recibir y aceptar el alimento, que es la forma como se realiza el encantamiento. Este, puede decirse, es el bloque central de los cinco y también el núcleo semántico de la definición. ...Pero el mal onde est á... es que esa gente que llega uno a esa casa... .y que le saquen café...o le den leche...o le den alguna cosa que uno reciba...diga usted....allí quedó....allí quedó encanta'o. El cuarto bloque, como el segundo, refiere nuevamente a la oposición dueños-víctimas, simbolizada a su vez en la oposición de los elementos laguna-casa Y el que está encantá'o pues ése no está viendo agua...ese está en una casa ahí /Ahora, los dueños ésos sí están ahí en un lagunón....ahora el que está encanta'o está viviendo en una casa/ Ya le digo...así es el páramo. Hay un ordenamiento concéntrico esbozado en la figura siguiente: una estructura circular del texto, conocida en retórica como quiasmo, produce necesaria y marcadamente la cohesión del mismo, uniendo sus partes como en una cestería (Cuadro 4).

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