ISSN: 1139-8736
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5.5. FORMAS DE LA COHESIÓN: LOS MODOS SINTÁCTICO Y PRAGMÁTICO

En algunos estilos de habla se da un fenómeno que puede calificarse como simplificación e implica, por una parte, una aceleración de las modificaciones en pro de la economía y, por la otra, la creación de nuevas estructuras, más sencillas que las del estándar desde un punto de vista cognitivo (cf Los procesos de simplificación se han estudiado en relación con las lenguas en contacto, pero también con problemas de lenguaje y el habla infantil.

Para estudiar la simplificación en el nivel discursivo, hemos tomado como base metodológica una afirmación de Givón que, como dijimos, supone que hay dos modos que rigen el discurso, que se dan en todos los niveles de la adquisición y a través de todas las lenguas y estilos: uno más elaborado, y otro más simple y más embrionario.

Cuadro 4. Un quiasmo del habla cotidiana

Givón (1979) ha llamado estos dos modos de construcción del lenguaje el modo pragmático y el modo sintáctico, y considera el primero como más ligado al contexto que el segundo y a éste como más sintactizado, más elaborado que aquél. El primero se caracteriza por la estructura sujeto-predicado, un mayor uso de la subordinación y un orden de palabras gobernado por la semántica, aunque puede incluir relaciones pragmáticas de tópico. El segundo, en cambio, prefiere la coordinación a la subordinación, se caracteriza por una estructura tópico-comentario y un orden de palabras gobernado por la pragmática.

La simplificación se manifiesta tanto desde el punto de vista cuantitativo como desde el punto de vista cualitativo. La falta de elementos con respecto a la lengua estándar puede ejemplificarse en la ausencia de artículos y preposiciones; y en el uso de formas analíticas como marcadores sintácticos para señalizar los tiempos verbales y el plural. Los rasgos de simplificación forman parte de un conjunto de procesos que parecen caracterizar a los procesos de cambio lingüístico, como lo demuestra, en el paso del latín clásico al latín vulgar, la reducción de los tiempos verbales, la preferencia por la analiticidad tanto en la frase nominal como en la frase verbal, el mayor uso de preposiciones y la marcación sintáctica del orden de palabras, generada por la desaparición de los casos. Sin embargo se da también en algunos registros del habla cotidiana.

Podemos reconocer este modo simplificado, el pragmático, en los distintos niveles de la lengua, al igual que el sintáctico; el primero en los estilos informales ya sea con un menor número de elementos o bien con elementos más sencillos cualitativamente. Esto último se observa a través de la preferencia por estructuras analíticas, que aunque puedan ser más largas que las sintéticas, deberían ser más fáciles de procesar en lo cognitivo; y en la preferencia por estructuras muy similares como la repetición, la reduplicación y la redundancia que implican el uso de procedi-mientos pragmáticos con valor sintáctico. Si el concepto de repetición puede tenerse como el más general, se reserva el uso de reduplicación para algunos procesos fonéticos, y la redundancia para la repetición de elementos semánticos.

En trabajos anteriores me he referido a los procesos de simplificación en el nivel sintáctico (Álvarez, 1999). Con relación al nivel fonológico sostuvimos, en Álvarez y Obediente (1996), que la simplificación de la sílaba a CV era una tendencia del español general, si bien es característica de la región caribeña, no exclusiva de ésta.

En Caracas, se observa la ausencia de elementos en la sintaxis por ejemplo, en la omisión de los verbos ser y estar en contextos no permitidos por la norma estándar, que solamente lo autoriza en el caso de oraciones exclamativas e interrogativas, como en (a) y (b) donde se encuentra antes de un adjetivo predicativo y antes de un gerundio (cf. Álvarez, 1992). Asimismo, puede verse -aunque no es privativo de este dialecto y se conoce en la lengua española desde hace mucho tiempo- una reducción en la omisión de la preposición a en casos considerados como de 'alta transitividad' por Hopper & Thompson (1986), como en los ejemplos citados en (25), en acusativos como en (c) donde la preposición debería estar presente porque el niñito es +humano, +definido y +específico. Algo similar sucede en los complementos indirectos que inician frase, como en (d) donde no parece sentirse la necesidad de anteponerla. Si bien estos rasgos pudieran no ser exclusivos del español de Caracas, podría estudiarse en qué medida hay una preferencia de los hablantes de este dialecto por esta clase de omisiones.

(25)

(a) El allá no explota, no dice nada, ni llama la atención ni nada. El ø tranquilo, como si no le importara4
(b) ...ahorita tú ves a los muchachos vale que... qué pava, cómo estás? y broma, un besito y ø pellizcándole el cachete y broma.
(c) Cada vez que uno va a agarrar ø el niñito, el perro tira a morder.
(d) El le gusta todo a la hora.

Otra estructura simplificadora es la del llamado ser focalizador, considerada como una variante de las oraciones hendidas5, o seudohendidas6. En estas estructuras, la forma conjugada del verbo ser señala, como foco de la información, al elemento que le sigue, como en Yo quería ERA fresas (cf. Sedano, 1990). Esta misma estructura se encuentra en el palenquero kuando é sindí jue un machetaso en el lomo (Cuando él sintió fue un machetazo en el lomo)7. Es importante hacer notar que, aquí, además de eliminarse partículas de la lengua estándar, se presentan frecuentemente faltas de concordancia, como la de estos ejemplos.

La redundacia y la repetición son estructuras simples, dado que implican la utilización de mecanismos pragmáticos. Como un ejemplo de redundancia en la sintaxis, puede considerarse el uso no enfático del pronombre sujeto -ampliamente estudiada por De Granda (1991) -como en el ejemplo de la ciudad de Caracas:

Cuando yo era muchacho... chico... a mí lo que me gustaba era mucho... mucho trabajar, a mí me gustaba trabajar...yo cuando era muchacho yo salía...yo estudiaba y trabajaba... (IFAB 1977: 2BH)

Asimismo hay en el país otras estructuras redundantes como la doble negación, una estructura no enfática que se usa para contradecir o refutar la información o las presuposiciones afirma-tivas del discurso previo (cf. Schwegler 1992). En Venezuela, oimos por ejemplo, en el no me lo mate no de una canción popular8; así como también otras variantes de esta construcción como yo tampoco no quiero en la zona de Barlovento (cp. Rojas). Montes Giraldo (1985) refiere asimismo la reduplicación de la afirmación, sí tengo sí, y del adverbio ya, en él ya llegó ya, en el eslogan de un partido político ya está bueno ya. Este último tipo de reduplicaciones podría explicarse con el señalamiento de Bartens (1995) en relación a que, en la doble negación, el segundo elemento es un marcador de foco, análisis que se podría extender a los demás casos.

Quien escuche atentamente el español de Venezuela puede encontrar, intuitivamente, que el habla del centro puede llegar a ser, en los estilos más informales y en el habla de los estratos más bajos, más rítmica que la de los Andes, pero a la vez más descosida. Mientras aquella es golpeada y repetitiva, ésta fluye entrelazándose y formando una espesa trama. Las estructuras simplificadoras que se dan en el plano sintáctico se encuentran también en el nivel discursivo global (cf. Álvarez, 1999).

El habla cotidiana muestra muchos ejemplos de simplifi-cación, aún en hablantes de que tienen un lenguaje muy desarrollado, en todas las situaciones en las que el hablante integra el contexto en su discurso. Trataremos entonces de observar la preferencia por una o por la otra modalidad9. En lo que sigue, analizaremos dos textos elegidos al azar dentro de las posibilidades que nos ofrecen las recopilaciones de materiales sociolingüísticos venezolanos10, ejemplificaremos con el texto de Mérida, transcrito en (24) y uno de Caracas, transcrito en (27). Para el análisis se toma en cuenta en primer lugar la superestructura del texto, es decir, la estructura sintáctica global y los elementos que propician la cohesión del mismo; en segundo lugar, nos referimos a la estructura semántica global y a aquellos elementos que propician la coherencia.

(27)

Cuando yo era muchacho.. chico
a mí lo que me gustaba era mucho... mucho trabajar
a mí me gustaba trabajar...
yo cuando era muchacho
yo salía
yo estudiaba y trabajaba
porque a mí me gustaba tener
siempre me gustaba tener real en el bolsillo
y bueno yo decía: "bueno'
Un muchacho que también era muy amigo mío
él me dijo: "Mira.. chico..vamos a vender periódicos
y yo le decía: bueno vamos
¿Con cuánto se puede empezar?
Me dijo: bueno..vamos a empezar con unos diez bolívares
Bueno ...le dije a mi papá
Mira, yo necesito diez bolívares
¿Por qué?
No.. que yo mañana voy a ..voy a vender con un muchacho
voy a vender periódicos.
entonces yo me fui parando unos.. unos centavitos
con esos...con esos diez bolívares
porque en esa época uno agarraba por lo menos..
vendía...cincuenta Noticias
uno se ganaba un fuerte
entonces pa aquella época un fuerte era bastante...
entonces...yo me iba todos los días con él
y estaba estudiando...
estudiábamos en esa época en la tarde ¿no?
estudiábamos en la tarde...
y entonces...vendíamos Noticias
después fuimos vendiendo otras revistas...
que si...que si Gaceta Hípica... cuando salía la Gaceta los martes...
nosotros aprovechábamos los martes también para vender la revista
la..la Gaceta Hípica se vendía se vendía...
la gente se desesperaba por los caballlos
...querían saber ya quiénes corrían
                                  quiénes no corrían
entonces nosotros nos íbamos allá
cuando sabíamos que iba a salir los martes la... la Gaceta...
ya estábamos allá...
comprábamos Gacetas y vendíamos Gacetas


Notas

4 Los ejemplos provienen del Corpus Sociolingüístico de Caracas, de Bentivoglio y Sedano (1977) que reposa en el Instituto de Filología "Andrés Bello", UCV.
5 (es allí donde la presión es mayor)
6 (La pierna es lo que más me molesta)
7 Friedemann, Nina y Carlos Patiño Roselli (1983)
8 Friedemann, Nina y Carlos Patiño Roselli (1983)
9 Givón habla también de la entonación, con mayor carga funcional en el modo pragmático, pero no trataremos ese tema en este trabajo.
10 En cuanto a los materiales se trata del Corpus sociolingüístico de Caracas de 1977, recogido en la Universidad Central de Venezuela (IFAB 1977) y del Corpus Sociolingüístico de Mérida de Domínguez y Mora (1995). Los textos elegidos para este trabajo son de hombres pertenecientes al grupo socioeconómico más bajo y del grupo generacional de más edad.

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