ISSN: 1139-8736
Depósito Legal: B-35783-2001

2.2 Estructura de la definición lexicográfica

Mientras que Ilson (1986) habla de diferentes estilos de definición y dentro del estándar codifica cuatro métodos de definición, Hanks (1987) prefiere hablar de distintas estrategias, que se subdividen a su vez en dos: la estrategia de sustitución y la estrategia de Cobuild (§2.2.3).

Ilson (1986: 210) considera que los diccionarios tienen cuatro métodos para explicar el significado: ilustración, ejemplificación, discusión y definición. El primer método consiste en presentar imágenes, tablas y otros elementos definitorios afines, que se encuentran, por ejemplo, en los diccionarios para niños o en diccionarios especializados. Mientras que a menudo se utilizan como suplemento a la explicación textual, muchas veces se usan de forma aislada para explicar una palabra. En el caso del segundo método, la ejemplificación, ésta intenta cubrir alguno de los dos objetivos siguientes: bien ejemplificar el significado de la entrada, el referente, bien ejemplificar su uso. Cuando se ejemplifica el significado de una palabra, se citan ejemplos de dicha palabra (dog: spaniel, labrador, cocker...) y puede remplazar a la definición. Por el contrario, cuando se ejemplifica el uso existe una definición junto con la ejemplificación. Ésta se ocupa de ilustrar no sólo el significado de la palabra sino también sus rasgos sintácticos, restricciones de selección, colocaciones y registro (Ilson 1986: 216). Como es evidente, diferentes tradiciones lexicográficas conciben de manera distinta la ejemplificación. En la praxis lexicográfica del OED (Oxford English Dictionary), por ejemplo, se prefiere utilizar ejemplos tanto en la definición como en el uso. Sin embargo, en el Cobuild el equipo lexicográfico opta por utilizar ejemplos únicamente para ilustrar el uso, ya que no creen que la ejemplificación deba convertirse en una mera extensión de la definición. A lo que se refiere Ilson (1986: 212) con el método discusión, es a la técnica base utilizada en muchos diccionarios para explicar las unidades léxicas tales como artículos, conjunciones o preposiciones. Las definiciones, el cuarto método, constituyen quizá el método más común para explicar el significado. La definición analítica clásica implica definir una palabra per genus et differentiae, es decir, con el superordinado del elemento léxico en cuestión más unas características diferenciadoras que lo hacen distinto de los demás miembros léxicos que forman parte del mismo grupo. La relación entre el elemento léxico y su definición cuenta con varias expresiones formales en la historia de la práctica lexicográfica.

En la actualidad, conviven distintas estrategias o métodos de definición por las que el lexicógrafo opta, sin decantarse siempre por una sola, combinando así distintos métodos. La estrategia de estructuración definicional denominada de sustitución consiste en que la propia definición puede, supuestamente, sustituir a su definiendum en todo contexto en el que éste pueda aparecer (Ilson 1986: 218). Hanks añade que esta estrategia constituye un formalismo en desuso que data de finales del XVII y principios del XVIII (Hanks 1987: 119). Según esta estrategia, se considera que dos expresiones son equivalentes, en cuanto al significado se refiere, si una puede ser sustituida por la otra. La búsqueda de intercambiabilidad llevó a los lexicógrafos a formular definiciones que pudieran sustituir a la palabra definida en todos los contextos (Hanks 1987: 119). Pero no era tan fácil, ya que en la práctica la estrategia de la sustitución no siempre era viable, las definiciones carecían de fluidez y de naturalidad:

As far as I can find out, there was no explicit discussion of the pros and cons of the awkwardness in the phrasing of the definitions that resulted and, more seriously, there was no discussion of whether the formulae so concocted faithfully reflected the facts of natural language or whether they introduced distortions (Hanks 1987: 119)

El principio de sustitución no sólo se aplicaba a la derecha e izquierda de la definición, sino que también se pretendía asegurar que cualquier entrada pudiera ser sustituida por su definición cuando aquella fuera utilizada en contexto.

Parece, cuanto menos sorprendente, el hecho de que la noción de sustitución haya tenido tanta aceptación por parte de los lexicógrafos (Pearson 1999: 84). Obviamente, existen algunos detractores de dicho principio pero es innegable la influencia que ha ejercido en la práctica lexicográfica actual.

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