2.1. Fórmulas gramémicas
1. Formal y tradicionalmente se distinguen en la estructura comparativa:
-dos segmentos X e Y,
(Luis tiene más libros) (que Juan).
-un cuantificador comparativo (más, menos
y tanto -los más comunes-),
Luis es menos alto que Juan.
-el término que intensifica el cuantificador,
Luis sabe tantas canciones como tú.
-el núcleo de la estructura comparativa
Un jersey más largo que ancho.
-la partícula comparativa (que, como, de)
Luis recibe menos visitas que Juan.
Esto quiere decir que no se considerarán comparativas aquellas estructuras que no respeten dichos formalismos, apreciación que no compartimos, puesto que partimos de la idea de que una excesiva formalización de los signos puede conducirnos a una pérdida importante de significado.
La definición de la estructura comparativa es más exhaustiva. Coincidimos con esta propuesta de Gutiérrez Ordóñez (1994):
Por regla general, se establece que significado y
significante deben ir juntos, es decir que para que haya estructura comparativa,
no sólo la frase debe indicar comparación desde un punto
de vista semántico, sino que formalmente debe mantener las construcciones
antes citadas. En el apartado siguiente mostraremos nuestra disconformidad
ante dicha observación.
2. La comparación de igualdad: Si la comparación constituye por sí un auténtico cajón de sastre, las estructuras comparativas de igualdad no parecen facilitar con su presencia posibles aclaraciones. Como vimos en puntos anteriores, con la igualdad se establece un símbolo = entre dos segmentos, teniendo en cuenta que se trata en realidad de un símbolo @ , puesto que el enunciado es relativo a conocimientos implícitos de los interlocutores y por lo tanto la igualdad no puede ser interpretada como sinónimo de exactitud (si excluimos casos en los que hay pruebas palpables "un kilo de plumas pesa tanto como un kilo de hierro", donde la unidad kilo es la que aporta la exactitud precisa al enunciado).
Partiendo de este principio de igualdad como sinónimo de similitud, he aquí las distintas manifestaciones posibles:
- la conjunción como
Como es el elemento sintáctico por excelencia para hablar de comparación. Prueba de ello es que puede sustituirse -siempre que el locutor esté estableciendo una comparación- en todos los casos por la locución "igual que". Veremos más adelante las discrepancias existentes ante la naturaleza de dicha palabra.
Tanto sufre distintas variaciones morfológicas en concordancia con la unidad que intensifica. Como, por su condición de conjunción, siempre es invariable. Los objetos que aparecen precedidos por tan(to) son de distinta naturaleza. Pueden referirse a:
-la aptitud del objeto (V. Lamiquiz, 1991, habla de "sustancia clase") son: no contables, globalizadores y siempre se manifiestan en singular:
-el espécimen del objeto ("sustancia ejemplar"): contables, plurales y concretos:
3. Función del intensivo: Si nos
detenemos en estos ejemplos:
En los cuatro ejemplos, los intensivos pueden suprimirse, puesto que sintácticamente su supresión no modifica las relaciones sintagmáticas de la frase. Lo que sí parece es que el contenido semántico quede, en cierto modo, alterado:
En 1. decimos,
Luis tiene ganas como tú.
sin embargo,
Luis tiene años como tú.
parece incorrecta.
En los dos casos, se ha producido una elipsis verbal en el segundo miembro de la comparación -como tú tienes ganas y como tú tienes años. La diferencia radica en el carácter de fijación de la expresión "N0 tener ganas de N1". Veamos otro ejemplo:
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