ISSN: 1139-8736
Depósito Legal: B-47372-99

Segunda parte: Aspectos teóricos
2. La comparación

2.1. Fórmulas gramémicas
 

    1. Formal y tradicionalmente se distinguen en la estructura comparativa:

    -dos segmentos X e Y,
                    (Luis tiene más libros) (que Juan).

    -un cuantificador comparativo (más, menos y tanto -los más comunes-),
               Luis es menos alto que Juan.

    -el término que intensifica el cuantificador,
               Luis sabe tantas canciones como tú.

    -el núcleo de la estructura comparativa
               Un jersey más largo que ancho.

    -la partícula comparativa (que, como, de)
               Luis recibe menos visitas que Juan.

    Esto quiere decir que no se considerarán comparativas aquellas estructuras que no respeten dichos formalismos, apreciación que no compartimos, puesto que partimos de la idea de que una excesiva formalización de los signos puede conducirnos a una pérdida importante de significado.

    La definición de la estructura comparativa es más exhaustiva. Coincidimos con esta propuesta de Gutiérrez Ordóñez (1994):

"las comparativas son estructuras de la lengua que tienen naturaleza de signo: presentan un significado (comparación) unido solidariamente a un significante (estructuras del tipo más... que, más... de, etc.)". Si una secuencia manifiesta el significado "comparación", pero no se concreta en una estructura, habrá comparación, pero no estructura comparativa".     Sin embargo, la definición de estructura comparativa parece mantenerse inestable, y son varias las cargas semánticas que se translucen a través de la comparación: cantidad (Luis tiene más lápices que Juan), cualidad (Luis tiene más esperanzas que Juan), tiempo (Luis sale menos veces que Juan), ....

    Por regla general, se establece que significado y significante deben ir juntos, es decir que para que haya estructura comparativa, no sólo la frase debe indicar comparación desde un punto de vista semántico, sino que formalmente debe mantener las construcciones antes citadas. En el apartado siguiente mostraremos nuestra disconformidad ante dicha observación.
 

    2. La comparación de igualdad: Si la comparación constituye por sí un auténtico cajón de sastre, las estructuras comparativas de igualdad no parecen facilitar con su presencia posibles aclaraciones. Como vimos en puntos anteriores, con la igualdad se establece un símbolo = entre dos segmentos, teniendo en cuenta que se trata en realidad de un símbolo @ , puesto que el enunciado es relativo a conocimientos implícitos de los interlocutores y por lo tanto la igualdad no puede ser interpretada como sinónimo de exactitud (si excluimos casos en los que hay pruebas palpables "un kilo de plumas pesa tanto como un kilo de hierro", donde la unidad kilo es la que aporta la exactitud precisa al enunciado).

    Partiendo de este principio de igualdad como sinónimo de similitud, he aquí las distintas manifestaciones posibles:

    - la conjunción como

    Como es el elemento sintáctico por excelencia para hablar de comparación. Prueba de ello es que puede sustituirse -siempre que el locutor esté estableciendo una comparación- en todos los casos por la locución "igual que". Veremos más adelante las discrepancias existentes ante la naturaleza de dicha palabra.

Luis ha llegado tarde como siempre.
Luis come pescado como su padre.
Luis es listo como un zorro.
Luis es como una espiga.
    - las correlaciones tan/tanto/tal ... como

    Tanto sufre distintas variaciones morfológicas en concordancia con la unidad que intensifica. Como, por su condición de conjunción, siempre es invariable. Los objetos que aparecen precedidos por tan(to) son de distinta naturaleza. Pueden referirse a:

    -la aptitud del objeto (V. Lamiquiz, 1991, habla de "sustancia clase") son: no contables, globalizadores y siempre se manifiestan en singular:

Ana posee tanta belleza como cordura.
Luis sabía tanto latín como Juan griego.
    Algunos lingüistas estiman que una frase como "Ana posee tanto la belleza como la cordura" no sería comparativa, sino que tanto, inmovilizado por su naturaleza adverbial, revelaría una coordinada comparativa.

    -el espécimen del objeto ("sustancia ejemplar"): contables, plurales y concretos:

En la casa había tantas cucarachas como ratones.     -el distintivo del objeto ("sustancia atributo"): calificación del objeto mediante adjetivos en función de atributo o epítetos. Luis está tan triste como su padre.
Las serpentinas tan largas como enroscadas pendían de la pared.
    -la expresión del objeto ("sustancia acción"): la comparación viene determinada por el núcleo verbal. El aire soplaba tan suave como fresco.
Luis vende tantas roscas como barras.
Ana grita tanto como habla.
    -la figuración del objeto: en este apartado se incluye lo que se ha venido llamando expresiones prototípicas, estereotipos, ... Consideramos que se trata de figuras, en el sentido retórico de la palabra. Como tales, no son extrañas, ni incomprensibles, simplemente responden a combinaciones sintagmáticas particulares. Estas asociaciones suelen conformar expresiones figuradas y muchas veces están muy cerca del símil o de la metáfora: Luis y Juan son tan diferentes como el día y la noche.
Luis iba tan cargado como una mula.


    3. Función del intensivo: Si nos detenemos en estos ejemplos:

1. Luis tiene tantas ganas como Juan.
2. Luis es tan inteligente como Juan.
3. Luis corre tanto como Juan.
4. Luis corre tan rápidamente como Juan.
    En 1., tantas funciona como adjetivo, en 2. como adverbio, en 3. como pronombre sustantivo y en 4. como adverbio.

    En los cuatro ejemplos, los intensivos pueden suprimirse, puesto que sintácticamente su supresión no modifica las relaciones sintagmáticas de la frase. Lo que sí parece es que el contenido semántico quede, en cierto modo, alterado:

    En 1. decimos,
               Luis tiene ganas como tú.
    sin embargo,
               Luis tiene años como tú.
    parece incorrecta.

    En los dos casos, se ha producido una elipsis verbal en el segundo miembro de la comparación -como tú tienes ganas y como tú tienes años. La diferencia radica en el carácter de fijación de la expresión "N0 tener ganas de N1". Veamos otro     ejemplo:

Luis alberga esperanzas como tú.
Luis tiene razones como tú.
    En los tres ejemplos, si catalizamos el verbo elidido, obtenemos los siguientes resultados: Luis (1) tiene ganas como tú (1’) tienes ganas de N1.
Luis (2) alberga esperanzas como tú (2’) albergas esperanzas de N1.
Luis (3) tiene razones como tú (3’) tienes razones para N1.
    Podemos invertir los segmentos, [ant] Como tú Luis alberga esperanzas.
Como tú Luis tiene años.
    El problema se plantea cuando reintroducimos los intensivos y llevamos a cabo la anteposición: *Como tú Luis tiene tantos años.     Tal vez este factor distintivo necesite de una diferenciación entre comparativas con como y comparativas correlativas.
 
 



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