ISSN: 1139-8736
Depósito Legal: B-47372-99

Segunda parte: Aspectos teóricos
2. La comparación

2.0. Introducción

    Si interpretamos el acto comparativo como conjunto de relaciones semánticas y por lo tanto como estructura semántica dentro de un enunciado, tendremos que partir de un triple enfoque:

    - Hay que establecer una diferencia entre tema y rema, que pertenece al orden psicológico. El tema, de lo que habla el locutor, es el objeto del discurso; el rema es la información que el locutor cree aportar al tema.

    - De esta oposición, hay que distinguir entre puesto y presupuesto. El puesto es lo que afirma el locutor y el presupuesto es lo que el locutor presenta como "común" para los dos interlocutores. El puesto y el presupuesto tienen un componente de interpretación lingüística puesto que aparecen al mismo tiempo que el enunciado y están ligados a los fenómenos sintácticos más generales de éste.

    Teniendo en cuenta estos factores, la comparación "que consiste en fijar la atención en dos o más objetos para descubrir sus relaciones o estimar sus diferencias o semejanzas" (RAE) exigirá un modelo de referencia que se fundamente en el presupuesto y como éste pertenece al componente interpretativo de la descripción semántica de la lengua, es decir, a un conjunto de conocimientos que asigna a cada enunciado, independientemente de cualquier contexto, un significado, será relativo a los saberes de los interlocutores y un mismo presupuesto podrá no ser entendido de la misma manera por dos personas o dos culturas.

    - Aparece aquí el valor de la experiencia individual de los interlocutores y el tercer componente, el retórico, que se encarga, con un significado A’ unido a un enunciado A y las circunstancias X en las que A se pronuncia, de prever el significado efectivo de A en una situación X. Veamos el ejemplo siguiente:

Luis es tan listo como Juan.
Puesto: Luis es listo
Presupuesto: Juan también es listo.
Sobreentendido: Hay que tener cuidado con Luis (si consideramos que Juan es muy listo); Luis es entonces tonto (si pensamos que Juan no es listo y la frase ha sido dicha de manera irónica), etc. (dependiendo de la enunciación de ese enunciado).
    Los objetos relacionados en las comparaciones no son intercambiables: el primer objeto es comparado con el segundo y no éste con el primero: Luis es comparado con Juan, pero no Juan con Luis. Así pues, tampoco serán intercambiables los contenidos: si Luis es más listo que Juan, Juan no será menos listo que Luis.

    Esta afirmación parece ilógica: si X < Y, no por ello Y > X. Solamente desde una perspectiva científica, podemos llegar a una conclusión de ese tipo: Si Luis (70 k) es más grueso que Juan (50 k), Juan entonces será más delgado que Luis.

    La comparación, más que ningún otro acto enunciativo, es siempre relativa: relativa a los conocimientos de los interlocutores, a los saberes comunes de esos interlocutores, relativa a lo que se considera normal o punto de partida para establecer la comparación. El acto comparativo está muy cerca del argumentativo, puesto que comparar es enfatizar, poner de relieve una frase de manera deliberada. En el acto comparativo, lo implícito y lo explícito se aúnan de manera indisoluble -en lo que sobreentienda el oyente está la disolución-: por un lado, está el modelo relativo (implícito) y por otro el modelo circunstancial (explícito).
 
  PRESUPUESTO PUESTO SOBREENTENDIDO
DISCURSO      
TIEMPO Se situa en el pasado del conocimiento. eventualmente ficticio, al cual el locutor hace ademán de referirse. Simultáneo al acto de la comunicación. Aparece por vez primera, en el universo del discurso, en el momento de ese acto. Es posterior al acto, como sobreañadido por la interpretación del oyente.
PERSONA Lo que presento como común en los dos personajes del diálogo, como objeto de una complicidad que ligará a los participantes al acto de la comunicación.
 

NOSOTROS

Lo que afirmo en tanto que locutor.
 
 
 
 

YO

Lo que dejo concluir a mi interlocutor.
 
 
 
 

SINTAXIS      
  Negación                       +

Afirmación                    +

Subordinación              +

  Negación                      -

Afirmación                   -

Subordinación             -

  El fenómeno de la presuposición parece estar en estrecha relación con construcciones sintácticas muy generales, de ahí, que debamos tratarlo dentro del componente lingüístico.   La relación con la sintaxis aparece con más dificultad.
SENTIDO      
  Pertenece al sentido literal , de ahí que confiemos la búsqueda de los presupuestos en el componente lingüístico, el cual se ocupa del enunciado en sí sin consideración de las condiciones de sus manifestaciones.   Está excluido del sentido literal. Está previsto en el componente retórico que tiene en cuenta las circunstancias de la enunciación.

    Tradicionalmente, se han establecido tres tipos de estructuras comparativas: la de superioridad, la de inferioridad y la de igualdad. Se caracterizan las tres por estar formadas por dos miembros X e Y, puestos en relación mediante los símbolos > (superior), @ (igual), < (inferior), con el que se identifican una o más características comunes a X y a Y, sin que esto implique que X supere, se identifique o quede limitado totalmente con respecto a Y.

    Se establece una gradación de tal manera que:

    - n funciones de X > n funciones de Y y por lo tanto Y pueda ser < X;
    - n funciones de X @ n funciones de Y y por lo tanto Y pueda ser @ X;
    - n funciones de X < n funciones de Y y por lo tanto Y pueda ser > X.

    La comparación puede referirse

    1. enteramente a X:

Luis es más fuerte que listo.
X(fuerte) > X(listo)
Luis es tan fuerte como listo.
X(fuerte) @ X(listo)
Luis es menos fuerte que listo.
X(fuerte) < X(listo)
    2. hacer alusión a alguna característica de X:

    X(n) > Y(n)
                    Luis es más loco que Juan.
                    Luis tiene más casas que Juan.
                    Luis vive más plácidamente que Juan.
                    Luis vive más que Juan.

    X(n) < Y(n)
                    Luis es menos loco que Juan.
                    Luis tiene menos casas que Juan.
                    Luis vive menos plácidamente que Juan.
                    Luis vive menos que Juan.

    X(n) @ Y(n)
                    Luis es tan loco como Juan.
                    Luis tiene tantas casas como Juan.
                    Luis vive tan plácidamente como Juan.
                    Luis vive tanto como Juan.

    3. y en el caso de la comparación de igualdad, X puede aparecer convertido en Y:
              Luis está hecho un señor.

    3a. e incluso identificarse con Y:
              Luis es un señor.

    Consideramos que el eje de la comparación debe girar en torno al símbolo @ , puesto que la enunciación al estar siempre presente, de una manera o de otra, en el interior de un enunciado, de lo que se tratará es de cernir esos distintos modos de presencia, así como los grados de su intensidad.

    Pero, ¿Cómo "fijar las relaciones" entre los objetos? ¿De qué tipo son estas relaciones?, ¿Qué se está comparando? y ¿En qué nos basamos para llevar a cabo una comparación?

    Estudiemos los ejemplos siguientes:

1. Luis llegó más tarde que ayer.
2. Luis ha ido menos al cine que al teatro.
3. Luis viajará a Roma más a menudo este año que a Lisboa en toda su vida.
4. Luis es más guapo que listo Juan.
5. Luis tiene más casas que Juan.
    En 1., Yo, locutor, afirmo que Luis llega tarde y añado de cara a un oyente que más tarde que ayer. Estoy hablando del tiempo que Luis invierte en llegar a un lugar, de lo que se puede sobreentender que Luis llega siempre tarde, aunque no hay que caer en el error de pensar que "más tarde que ayer" signifique muy tarde, puesto que Luis pudo retrasarse dos segundos el primer día y tres el segundo día. En cualquier caso, estamos ante una comparación que podríamos llamar temporal, puesto que lo que estamos poniendo de relieve es una información que se centra en dos adverbios de tiempo.

    En 2., Yo, locutor, establezco que Luis va al cine y que va al teatro, pero este año, mes, semana o día, ha acudido menos veces al cine que al teatro. Como en el primer ejemplo, se pueden sobreentender muchos enunciados, entre ellos que Luis va mucho al teatro o que el mes pasado vio dos películas y éste sólo una, sentido éste que en ningún momento negaría el presupuesto. La comparación aquí de los objetos relacionados es locativa, ya que el locutor centra su información en dos complementos de lugar. El locutor quiere que su oyente sepa adónde va Luis.

    En 3., el oyente sabe que Luis va a viajar a Roma este año y que ya ha ido a lo largo de su vida alguna vez a Lisboa. Pero aquí a la comparación temporal también añadimos la espacial o locativa.

    En 4., sabemos que Luis es guapo y que Juan es listo: estamos comparando los atributos de dos "objetos", así pues nos encontramos ante una comparación atributiva.

    En 5., focalizamos nuestra atención en el numero de casas de Luis; estamos ante una comparación cuantitativa.

    Con estos cinco ejemplos queremos poner de manifiesto que habrá tantos tipos de comparación como objetos focalizados. No creemos que se pueda hablar simplemente de comparación cualitativa o cuantitativa, porque como hemos visto los aspectos enfatizados pueden ser variables.
 
 


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