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3.5. La elección del dominio del cáncer
Antes de exponer por qué hemos escogido el dominio del cáncer para llevar a cabo nuestro análisis, aclararemos qué consideramos dominio en el ámbito de nuestro estudio.
Siguiendo la terminología usada por Meyer y Mackintosh (1996: 4), definimos dominio desde el punto de vista pragmático: "área del saber especializado que se describe para un proyecto terminográfico concreto, según los recursos y el destinatario de ese proyecto". Como afirma Melby1, "domain is an artificial categorization of the world for a particular purpose". La cita aclara que un dominio no es una parcela del saber delimitada por su propia ontología, sino más bien acotada por el propósito para el que es seleccionada.
La interrelación entre las disciplinas, con el objetivo de llevar a cabo una mayor comunicación entre la comunidad científica y así mejorar la productividad en investigación, ha hecho que los dominios de especialidad dejen de ser parcelas limitadas para convertirse en lugares en los que, en muchas ocasiones, confluyen varias áreas.
En biología y en medicina las áreas o dominios están enormemente entremezclados como resultado de la necesidad de una comunicación precisa y eficaz, algo obvio en tanto que la salud humana a menudo depende de ello. Esto se refleja, por ejemplo, en el uso y presencia, aún en la actualidad, de epónimos, que dan cuenta del descubridor de una patología, síntoma, etc.2, o el hecho de que con frecuencia sepamos la fecha exacta de aparición de un término, algo que no ocurre en otras disciplinas.
Sin embargo, esta comunicación ideal es una utopía en la realidad. A la vez que existe la necesidad de una comunicación "transparente", también en medicina encontramos una tendencia clara a la comprensión del lenguaje biomédico sólo por parte de los especialistas. Además, el problema en terminología científica no es la gran cantidad de información que hay que procesar, sino la estructura de los objetos que no son uniformes sino heterogéneos (Oeser y Budin 1991: 4).
El fenómeno de hermetismo que caracteriza al lenguaje biomédico, a través del cual éste se hace comprensible sólo por los especialistas, es particularmente evidente en el campo de la oncología. De hecho, existe una barrera terminológica infranqueable por el enfermo, fruto de una preocupación del especialista de no "informar más de lo necesario", para así evitar la producción de enfermedades "yatrógenas" (producidas por el médico). Como afirma Grinev et al. (1991: 183), esta actitud confiere un carácter esotérico a la terminología médica.
En nuestro proyecto nos hemos centrado en el dominio del cáncer, por diversas razones:
Imagine a time when every person in the land has equal and ready access to the best information, treatment and care for cancer, and where unnecessary levels of fear are set aside.
Macmillan Cancer Relief (1997).
Por otro lado, tal y como se lee en el lema de esta organización, hay que luchar por hacer lo posible para prevenir la aparición de este conjunto de enfermedades y eliminar los miedos existentes. La mayor participación de la sociedad en las tecnologías de la información, su mayor conocimiento de las mismas y la disponibilidad de los documentos científicos, hacen que los avances científicos queden al alcance de todos. Dexeus et al. (1997: 52) afirma:
El futuro de la prevención de los cánceres [ ] no puede abordarse desde un punto de vista exclusivamente tecnológico, pues el tema es mucho más amplio, y abarca desde aspectos semánticos, difíciles de entender para el propio sujeto a quien se dirige la "prevención", a hallazgos epidemiológicos o de investigación básica, que pueden condicionar nuevas políticas preventivas.
El especialista pone de manifiesto la importancia de una información adecuada a cada persona, y atribuye a la misma un estatus semejante al de la investigación o los avances científicos. Dicha información ha de hacerse accesible a todo tipo de público, algo que queda, o debe quedar, plasmado en los distintos tipos de texto, redactados para ser leídos por un público concreto.
NOTAS
1. Comunicación personal.
2. Esta tendencia queda patente en oncología con numerosos tipos de síndromes, tumores y agentes carcinógenos que reciben el nombre de su "descubridor": síndrome de Bloom, sarcoma de Kaposi, linfoma de Hodgkin, linfoma de Burkitt, Rous sarcoma virus.
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