ISSN: 1139-8736
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2.3.5.2. Definición y características específicas de las colocaciones

Why do builders not produce a building or authors not invent a novel, since they do invent stories and plots? No reason as far as dictionary definitions of words are concerned. We don’t say it because we don’t say it. (Bolinguer y Sears, 1968: 55, cfr. Baker 1992: 47).

De la cita anterior se desprende el carácter arbitrario de las colocaciones que pueden definirse como "the tendency of certain words to co-occur regularly in a given language" (Baker 1992: 47).

El BBI (1997: IX) define las colocaciones como "recurrent semi-fixed, combinations". Sin embargo, más adelante, en el capítulo de introducción al uso del diccionario (XV) se dice: "In English, as in other languages, there are many fixed, identifiable, non-idiomatic phrases and constructions. Such groups of words are called recurrent,combinations, fixed combinations or collocations". Si observamos cómo el BBI clasifica los fenómenos de colocación léxica, vemos que no se trata de una falta de homogeneidad y criterio el hecho de que primero definan las colocaciones como "semi fixed" para más tarde convertirlas en "fixed". Esto se debe más bien, en nuestra opinión, a que dentro del BBI tienen cabida tanto las colocaciones más libres como to access data, to gather speed, to nominate a candidate, hasta las más fijas o lexicalizadas como son cellular phone, credit note, digital clock, laptop computer.

Mel’… uk y Zholkovsky (1970: 44), en la elaboración del ECD (Explanatory-Combinatorial Dictionary), dicen así: "the dictionary should include the information underlying the correct and idiomatic usage of the words it has". Es decir, el diccionario debe incluir la información necesaria para la codificación correcta del mensaje. Con esta concepción del diccionario, prestan los autores especial atención al fenómeno de las colocaciones como clave para la codificación de un mensaje por parte del usuario del diccionario.

Hausmann (1985) describe las colocaciones como combinaciones polares de una base (basis) y un colocador (collocate). El autor asume que sólo las unidades léxicas pueden formar parte de una colocación. Excluye por tanto de su descripción el criterio seguido por otras tendencias, como el contextualismo británico1 o la visión de los fraseologismos terminológicos expuesta más arriba (Gouadec 1994), que destacan el interés de la combinación del material léxico basándose en la frecuencia estadística.

El fenómeno de la colocación ha sido definido de muchas maneras y los componentes de la colocación han recibido las más diversas denominaciones, base y colocador en la terminología de Hausmann, palabra clave y valor de una función léxica en la terminología de Mel’… uk. Sin embargo, lo verdaderamente importante para distinguir las colocaciones de otros fenómenos de combinación de palabras es que en ellas, la base o palabra clave mantiene su significado y goza de plena autonomía. Además son dos los elementos que se combinan para dar lugar al fenómeno de la colocación.

En la lingüística británica el término colocación ha desempeñado un papel crucial, entendido como la co-ocurrencia o combinación sintagmática de los objetos léxicos o lexemas, independientemente de la clase de palabra y la estructura sintáctica. Según Firth (1957a: 11): "we know a word by the company it keeps" y es este "keeping company" lo que el autor llamó colocación y que forma parte de su significado. Así por ejemplo, open y window forman una colocación, independientemente de que open sea un adjetivo o un verbo. Precisamente por este estatus de "independencia" del que gozan las colocaciones, han sido llamadas sintagmas neutros (neutral syntagma) por Lipka (1990: 166). Por tanto, las colocaciones son relaciones léxicas desde el punto de vista sintagmático, pero no necesariamente relaciones semánticas; son asociadas de forma sintagmática, aprendidas y memorizadas. Otros ejemplos de esta independencia son strong argument, the strength of his argument y his argument was strengthened. Esto demuestra que el fenómeno de colocación afecta tanto al nivel de la sintaxis como al de la formación de palabras.

Tal como vimos en el capítulo de introducción (§ 1), y retomando la terminología de Rosch (1975), creemos que existe una prototipicidad en cuanto a la frecuencia y regularidad de uso de las UF en ciertas situaciones comunicativas. Ya en nuestra infancia, aprendemos a reconocer los objetos y fenómenos que nos rodean no sólo grabando las palabras que los designan en nuestra memoria, sino también sus cualidades y relaciones típicas. Son a veces esas relaciones típicas entre palabras, para designar un acontecimiento a lo que se refieren las "colocaciones".

En cuanto a la descripción de las colocaciones, tomamos la terminología de Hausmann (1985: 119) e Irsula (1991: 160) para establecer un orden jerárquico de sus elementos constituyentes. La colocación se compone de un elemento determinante o base y de un elemento determinado o colocador. Los estudios fraseológicos de la lengua general toman generalmente al verbo como centro de la valencia. Nosotros, al trabajar con un lenguaje de especialidad, tomaremos principalmente el sustantivo como base y los verbos serán los colocadores que nos ayudan a explicar los vínculos de la base con fenómenos o acontecimientos de la realidad. El verbo como centro de la valencia se limita a determinar cantidad y calidad de argumentos, imponiéndoles ciertas restricciones. Puesto que los lenguajes de especialidad tienen una mayor carga de sustantivos que de otros elementos, nos inclinamos a dar igual protagonismo al sustantivo. Además, constataremos la importancia del adjetivo en la carga semántica.

Béjoint y Thoiron (1992: 515) hacen algunas observaciones relevantes con respecto a la definición del BBI, situándose en la perspectiva terminológica. Los autores mencionan varias dimensiones: La dimensión sintagmática, la petrificación y la frecuencia.

(a) En cuanto a la dimensión sintagmática, las colocaciones son unidades sintácticas. Sólo concibiéndolas desde este punto de vista se pueden clasificar en nombre + nombre, nombre + adjetivo, adverbio + adjetivo, etc. Sin embargo, ciertas unidades en las lenguas de especialidad son más largas que la unión entre dos unidades; consideremos tumor cerebral maligno, en este tipo de colocaciones es difícil distinguir si un elemento X, en nuestro caso cerebral es parte del término tumor o bien si es simplemente un colocador incluido en la secuencia de colocación, junto a maligno.

(b) La petrificación o mejor aún la fijación, hace referencia al carácter de "fixed, identifiable" con que define el BBI el fenómeno de las colocaciones, esto se aclara con la propiedad de "non-idiomatic". Por tanto se sitúan las colocaciones entre las expresiones libres y las idiomáticas. Esta distinción puede ser más o menos fácil de identificar en la lengua general pero sin duda entraña dificultades en las lenguas de especialidad. En las lenguas de especialidad las expresiones idiomáticas son menos frecuentes que en la lengua general aunque es muy difícil atribuir un mayor o menor grado de fijación a una colocación, debido a que, en el discurso especializado, la elipsis de parte de la colocación es un fenómeno muy frecuente, sobre todo en los casos en los que el hiperónimo es muy abierto. Así, volviendo al ejemplo anterior, es fácil encontrar en un texto la unidad tumor cerebral maligno y más adelante tumor cerebral cuando se está refiriendo en realidad a tumor cerebral maligno, como expresión anafórica del término genérico. Este recurso lo describe Sager (1990: 293) desde la densidad de los términos: "la variación estilística de los términos está motivada por la densidad de términos a lo largo de un segmento de texto dado, y en proporción directa con ésta". Sin embargo, son pocos los estudios que han profundizado sobre el uso dinámico de la terminología, que se refleja en el uso de formas de abreviación en contexto. Hope (1983, apud. Sager 1990) señala dos aspectos posibles para estudiar esta estrategia:

En cualquier caso, desde el punto de vista de la descripción del uso, se hace imperante la necesidad de recoger precisamente el uso distinto desde situaciones comunicativas concretas.

(c) El tercer elemento que creemos conveniente considerar es la frecuencia. El BBI se refiere a "recurrent combinations" como sinónimo de colocación. En este sentido, es importante destacar que en los textos especializados en español, las colocaciones no siguen normalmente una estabilidad en el orden, lo que dificulta enormemente la determinación del grado de frecuencia de las mismas. Además, hay que distinguir la frecuencia desde los distintos actos comunicativos y los diversos tipos de interlocutores.

Desde el punto de vista de la fijación, como muestran Cowie et al. (1983: XVI) una de las principales dificultades en la indicación de colocaciones es poder ofrecer al lector una idea del grado de apertura posible de las colocaciones propuestas. La lista de colocaciones ha de ser completa o bien debe darse una indicación por la cual el lector pueda extrapolar el ejemplo a su caso particular. Esto, como observan Bejoint y Thoiron (1992: 520), nos lleva al problema de la categorización. Para enunciar un acontecimiento, el hablante escoge una opción dentro de un grupo de posibilidades; existen por tanto colocaciones sinónimas que expresan el mismo acontecimiento y también colocaciones antónimas, que expresan un acontecimiento opuesto. Hay que contemplar un radio colocacional2 para cada base. Para el trabajo del traductor tiene enorme importancia tener acceso a este radio colocacional, puesto que el espectro colocacional para una base nos ayudará a desentrañar particularidades semánticas de la base en un contexto determinado. En este sentido, los colocadores expresivos, mostrarán verbos con un número reducido de argumentos, específicos de un grupo limitado de sustantivos; por su parte, los colocadores racionales, comprenderán verbos con un amplio radio colocacional, comunes a un gran número de sustantivos.

Heid (1993: 350) apunta a las dificultades del procesamiento computacional de los datos colocacionales; dado el carácter de intercombinabilidad de las colocaciones, éstas pueden combinarse para dar lugar a otra colocación, es decir, se pueden construir colocaciones que tengan una colocación como base o como colocador. Esta dimensión de variación sintáctica de las colocaciones nos lleva a considerar las mismas desde una perspectiva macrotextual, tomando la totalidad del texto como punto de partida.


NOTAS

1. Principalmente el proyecto Cobuild que cuenta con diversas herramientas de extracción de datos
  colocacionales, basándose en la estadística.

2. Radio colocacional es el conjunto de colocadores que pueden combinarse con una base.

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