Estudios de Lingüística del Español (ELiEs) |
El documento hipertexto en el discurso de transmisión de conocimientos / Arlette Séré |
2.1 De la página escrita al espacio multiplicador de la pantalla
Pasar de la página escrita a la pantalla no supone un simple cambio de soporte para adaptarse a los gustos del día, ya que se trata de un cambio radical en la concepción de las herramientas hasta ahora utilizadas en el discurso de transmisión de conocimientos.
La pantalla del ordenador se presenta como un espacio singular para semiotizar. Según el análisis de E. Souchier11, la escritura está formateada previamente por técnicas, es decir, procedimientos técnico-semióticos con una escritura ilegible para el usuario que permite componer y mostrar el texto como tal. De esta forma, toda informatización en pantalla representa una articulación de la tecnología y de la semiótica, y la escritura es siempre de orden superficial, ya que lo escrito en la pantalla resulta de cuatro marcos diferentes o pantallas sucesivas que mediatizan la escritura: 1) el hardware -o pantalla física-, 2) el marco del sistema, 3) el del programa utilizado -que conduce y limita las actividades-, y 4) el marco-documento -espacio de la actividad del escribiente o del lector-.
Estos diferentes marcos que se superponen ejercen constricciones en la actividad de escritura y de lectura y formatean el espacio del intercambio social. El usuario se somete a esos diferentes cuadros, siempre presentes en la pantalla y que influyen constantemente en su escritura y lectura. Las marcas de los sistemas y de los programas son numerosas, siempre presentes, ofrecen funciones que facilitan las operaciones requeridas para las tareas que hay que desarrollar, y condicionan la actividad de los usuarios: desde la elección de los formatos, tanto el de la escritura, como el de la vista de lo que está en la pantalla, hasta el conjunto de los instrumentos de navegación -vuelta atrás, paso al espacio siguiente, apertura de otros programas, etc..-. Estos condicionantes obligan a los usuarios a pensar en la organización de los textos de un modo diferente, pasando de la página al símil de página, siempre percibido como un espacio cerrado y tranquilizador, a pesar de que el documento se desarrolle de un modo continuo y sin verdaderos límites.
En este nuevo acercamiento a los textos, la dimensión de la espacialidad es dominante y la memoria debe adaptarse a este nuevo parámetro. La superposición de los documentos -mecanismo de jerarquización del saber- es la llave esencial de la individualización de la actividad, el usuario ya no tiene la referencia del espacio de la doble página -arriba / abajo, derecha / izquierda- que proporciona el hojear un libro, sino la de un desarrollo continuo. Con este procedimiento de superposición de datos abandona parte de su memoria a las nuevas herramientas y debe organizar, en primer lugar, una nueva memoria espacial y física, y, en segundo, aprender a ejercer una memorización de gestos relacionados con la manipulación de la pantalla.
Notas
11 Souchier, E. (1999), “De la lecture à l’écran. Vers une lecture sans mémoire?” Texte. Revue critique et théorie littéraire, 25-26, pp. 47-68.Estudios de Lingüística del Español (ELiEs), vol. 24 (2006) | ISSN: 1139-8736 |