ISSN: 1139-8736


4. Sustantivaciones deverbativas: aspectos semántico-comunicativos, lecturas procedimentales/eventivas y/o lecturas sustanciales

Los pocos análisis prácticos que hemos realizado al preparar esta comunicación (muy lejos de ofrecer una panorámica representativa de lo que les pasa a los significados al sustantivarse verbos) nos señalan los siguientes fenómenos e incluso nos hacen percibir ciertos mecanismos generadores de nuevos significados, módulos sememogenésicos con un grado relativamente alto de recurrencia.

No podemos ni queremos presentar a continuación descripciones pormenorizadas de los sememas verbales confrontándolas con las lecturas que admiten los sustantivos deverbativos correspondientes. Sólo, a título de ejemplo, efectuaremos unos análisis detallados, siguiendo nuestro modelo modular-integrativo (Wotjak 1990; 1994), y nos guiaremos por la convicción de que una simbolización lo más cercana a los functores elementales permitiría una descripción más adecuada tanto del significado como de la configuración cognitiva con la que comparte functores y algunos co-partícipes sememizados y, no en última instancia, también de la actantificación así como de la interrelación entre semántica y sintaxis. En la mayoría de los casos nos limitaremos, sin embargo, a alegar – bajo forma de perífrasis – una descripción más somera de los significados del sustantivo.

4.1 Veremos que la existencia de dos categorías morfosintácticas claramente diferenciadas y previstas de características combinatorias y funcionales-combinatorias divergentes y, por regla general, bien discernibles, no significa que se dé una diferenciación igualmente diáfana en cuanto a su potencial designativo-semántico. Podríamos agrupar los ejemplos, escogidos al azar y sin ninguna pretensión de exhaustividad, rigiéndonos por la coincidencia con ciertos mecanismos sememogenésicos, que no por casualidad podrían parecerse a los módulos onomasiológicos introducidos por Dokulil para la formación de palabras.

4.2 Grosso modo, podrían distinguirse sustantivos deverbativos con una sola lectura, sea ésta sólo procedimental/eventiva (=subgrupo A bajo 2.5.1 y 2.5.2), sea ésta última una lectura sustancial discreta no procedimental (=subgrupo B – bajo 2.5.3) de sustantivos con dos o más lecturas (=sustantivos de lectura múltiple por diferenciar en lectura binaria, triple, cuatruple). En todos estos casos, en definitiva, sólo el contexto y especialmente los verbos que se combinan en el discurso con el sustantivo deverbativo en cuestión (=los llamados verbos diagnósticos) podrán indicarnos qué significado entre los varios, ya codificados simultáneamente o alternativamente a nivel simbólico, se encuentra actualizado.

No podremos indicar aquí los verbos “diagnósticos” más prototípicos para la monoseme- mización ni qué tipo de lectura del sustantivo ambiguo en cuestión se prefiere en los textos, ni qué preferencias o restricciones puede haber para que a partir de determinados verbos nazcan sustantivos ambivalentes o monosemémicos - sin lugar a dudas, una tarea importante para futuras investigaciones en este campo relativamente virgen.

4.3 Sería interesante investigar si sustantivos con lectura procedimental admiten en esta lectura el plural o sólo toleran el uso en singular, lo cual nos parecería más evidente. En una gráfica que hemos añadido al final del texto, se puede ver que en algunos casos no hemos juzgado oportuno marcar una lectura no procedimental, pero no obstante parece tolerarse un uso en plural. Este hecho nos induce a preguntarnos sobre si nos hemos equivocado con las indicaciones en esta gráfica, en las columnas B1, B2 hasta Bn, admitiendo que el uso en plural podría constituir un test para averiguar la existencia de un significado no procedimental (cfr. también los ejemplos y comentarios algo controvertido que se encuentran en Couto 1997).

Podemos observar, además, que a veces no resulta fácil determinar si se admiten ambas subespecificaciones para la lectura procedimental A1 y A2 o bien varias subespecificaciones para la lectura no procedimental B1, B2, etc.

4.3.1 La lectura procedimental que focaliza el suceso, proceso o acción puede dar lugar a dos subgrupos: una lectura activa y accional A1 así como a una lectura A2.

La lectura A1 de re =accional se marca por perífrasis que empiezan por acto/acción de + VERBO y que caracteriza un acto o una acción que realiza un AGENTE/x con vistas a un DESTINATARIO/ y, utilizando un INSTRUMENTO/z (=OPER x,z) y un PACIENTE/w, predicación que se asemeja bastante, o totalmente, al semema verbal correspondiente. Esta identidad o alto grado de afinidad semántica se basa en las semejanzas relativas a los functores o predicados semánticos constitutivos así como a los slots argumentales, incluyendo sus especificaciones semántico-funcionales (=casos semánticos o profundos) y semántico-denotativo-referenciales (clasemáticas = restricciones selectivas). De estas semejanzas en el plano del contenido, particularmente en las microestructuras respectivas, no se deduce ninguna coincidencia en cuanto a las actantificaciones respectivas de estos slots, ya que el AGENTE/x suele actantificarse con el verbo base como sujeto, mientras que con el sustantivo deverbativo aparece, como en la diatesis pasiva del verbo, una preposición =por/de? + sustantivo/ actantificación que como filler llena la casilla vacía argumental del AGENTE.

No podemos detallar ni todas las actantificaciones que pueden observarse junto con los sustantivos recogidos en la lista (gráfica) ni contrastarlas con las actantificaciones prototípicas -–incluyendo las llamadas secuencias actanciales – de los verbos correspondientes. Las actantificaciones en el caso de los verbos se deben a su función estructuradora de oraciones y su potencial generador de escenas o de otras configuraciones cognitivas proposicionales más o menos complejas, mientras que el sustantivo sintácticamente sólo aparece como filler de un slot argumental determinado del semema verbal o bien como indicador de un co-partícipe de una configuración cognitiva que se evoca incluso cuando no se recurre a verbos coactivadores prototípicos de estas escenas.

4.3.2 La lectura A2 (de dictu?) se indica por la perífrasis el hecho de (que) + forma pasiva (pasiva refleja) del VERBO (sin mayores especificaciones, es decir, sin denominar generalmente ni el AGENTE, ni el DESTINATARIO ni el PACIEN-TE/ TEMA, etc., o sea con una focalización global pasiva del suceso en sí).

4.3.3. Para el subgrupo B de sustantivos deverbativos con lectura no procedimental, sustancial, también podemos proceder a una subclasificación que, esta vez, comprende no sólo dos, sino un mayor número de subclases desde B1 hasta Bn, lo cual refleja un enriquecimiento considerable del inventario designativo-semántico frente a los sustantivos con su lectura procedimental, ampliamente congruente con la lectura del verbo correspondiente. Las distintas subclases Bx (1...n; hemos diferenciado 5 por el momento) de sustantivos con lectura no procedimental aportan concreciones y precisiones y sirven para indicar ulteriores restricciones (cfr. 1 y 2).

 

(1) Compárese un sustantivo con dos lecturas como matrícula que en la segunda lectura B2 = lo que se utiliza habitualmente para indicar que se ha matriculado un coche (véase chapa pedida en Cuba) tiene un significado restringido y muy concreto.

 

En nuestra opinión, la lectura B1 sustancial suele corresponder a una perífrasis terminativa y resultativa del tipo lo que (PACIENTE/RESULTADO) se ha/ha sido + participio pasado del VERBO (diatesis pasiva) o también lo que alguien/AGENTE ha + participio pasado del VERBO correspondiente (diatesis activa). Se trata de un objeto discernible, discreto, generalmente contable (y susceptible de emplearse en plural) que se considera como resultado actual (hic et nunc) de una acción expresada por el verbo, es decir, se concibe como producto de una acción anterior cuyo calidad específica marca semánticamente el producto y no hubiese podido obtenerse sin llevar a cabo la acción indicada por el semema eventivo del verbo base (cfr. 2).

 

(2) Al considerar el sustantivo traducción, nos damos cuenta de que, además de una lectura A1 accional, el sustantivo polisémico ostenta otro significado metonímico no procedimental <lo que se ha traducido> (=RESULTADO de la acción de TRADUCIR).

 

La lectura B2 también focaliza un objeto discreto, generalmente contable (y susceptible de utilizarse en plural), como B1, un argumento de la configuración nuclear verbal eventiva y suele representar un PACIENTE/RESULTADO/PRODUCTO de la acción expresada por el verbo. Se diferencia de B1, sin embargo, por el hecho de que designa un objeto/algo que sirve/se suele utilizar habitualmente para efectuar la acción expresada por el VERBO (B2a) o bien que designa algo que habitualmente se suele hacer con el VERBO (B2b) en cuestión. Hemos incluido esta segunda lectura en B2b aunque se nota cierta divergencia en ella frente a la primera B2(a), donde se evidencia su interpretación teleológica, que asemeja estos sustantivos a aquellos con una característica funcional como INSTRUMENTO y que llevarían una característica semántico-referencial como <artefacto>. También pueden utilizarse en plural; todos los sustantivos en B2(a,b) se contrastan con los sustantivos de la subclase B1 por el hecho de que designan algo institucionalizado, habitualizado o convencionalizado.

Sólo en muy pocos casos, concretamente con comportamiento, podemos indicar una marca como la lectura B3= modalidad (la misma lectura con vista ya parecería más problemática). Sólo con entrada, salida, aparcamiento, parqueo, delegación (podría añadirse recepción que no hemos analizado) aparece la lectura B4 =indicación del lugar, mientras que con comida, desfile, entrega, inauguración, lanzamiento y manifestación (de un libro) se suele poder asociar un determinado lugar, donde se acostumbran efectuar las actividades mencionadas y con las que parecen poder utilizarse verbos “diagnósticos” como ir, dirigirse, etc. (en la lista indicado por ?).

Podría postularse, tal vez, otra lectura B5 que comprendería, por ejemplo, aquellos sustantivos cuyas lecturas sustanciales no procedimentales implican no cosas/algo, sino personas, tanto como DESTINATARIOS o PACIENTES (nunca como RESULTADOS) de la acción expresada por el VERBO en cuestión. Tomemos el ejemplo de delegación donde tendría que parafrasearse no lo que se ha delegado, sino (conjunto de) las personas que se han delegado. Algo parecido se da con conquista, donde además de B1 = algo se ha conquistado y B2= lo que suele haberse conquistado (= conquistas sociales) podrían indicarse también bajo una subclase B5 personas que se han “conquistado”, donde se produce una transposición metafórica (cfr. la metáfora de “lucha” para relaciones amorosas, en cuyo campo se inscriben conquistas).

4.3.4 La falta de estudios representativos se hace evidente cuando se intenta catalogar los sustantivos dependiendo de si sólo admiten una lectura procedimental (que puede o no abarcar una diversificación en A1 y A2) – una sola lectura no procedimental (que puede subdividirse o no en una segunda, tercera subclase B1 y B2/B3/B4, Bn) – o bien que ostentan una lectura múltiple.

Podemos comprobar, además, que pueden presentarse sustantivaciones que se diferencian formalmente, quizás debido a que sólo existe el sustantivo en plural, por ejemplo: intereses (uso financiero y, tal vez, no derivado directamente del verbo base interesar), frente a interés e intereses que evidentemente se derivan de interesar(se) por algo/alguien y que han conservado también la actantificación del argumento TEMA con la preposición por, o tal vez porque existen dos derivaciones distintas como en el caso de esperanza (que ha heredado el significado de esperar = “hoffen” en alemán) y espera como semema sustantival que perpetua el significado “warten” en alemán). Considerando toma, tenemos que tener en cuenta que sólo se usa con un uso comunicativo-designativo restringido, y que no constituye una aceptable sustantivación para el significado verbal de tomar en (3).

 

(3) Se toma mucha cerveza aquí.

 

4.5 Volviendo al ejemplo de traducción (ya mencionado en 2), podríamos mostrar las dificultades que pueden darse con sustantivaciones que admiten, al lado de una lectura eventiva, otra lectura sustancial argumental (OBJETO AFECTADO=> RESULTADO); en este contexto se pueden plantear dudas (reforzadas por el plural) sobre si en (5) se ha actualizado una lectura eventiva tal y como se da indudablemente en (4).

 

(4) La traducción de este libro le ha costado a mi amigo varios meses de trabajo.

(5) Las traducciones de libros alemanes al árabe y al japonés suelen requerir mayores esfuerzos por parte de los traductores.

 

En oraciones como las en (6) y (7) el cotexto apunta a que se procedería a una interpretación discursiva donde pasa al transfondo la lectura eventiva (=windowing en el sentido de Talmy; backgrounding en el sentido de Longacre 1985 o landmark en el de Langacker 1990) dando lugar a una lectura argumental resultativa (foregrounding según Longacre; saliency en el de Fillmore 1976; trajector en el sentido de Langacker).

 

(6) La traducción de Borges le ha costado a mi amigo sólo 25 marcos.

(7) Ha borrado la traducción grabada en su disquete.

 

Al comparar los significados semémicos de traducción con traducir, nos enfrentamos con la calamidad de que para ambos sirve virtualmente la misma microestructura con una configuración nuclear que abarca los mismos slots argumentales, pero con actantificaciones distintas, como puede apreciarse en (8); pero al mismo tiempo debería reflejarse la ambivalencia de focalizaciones o mejor dicho de énfasis (cfr. para esto Kunze 1991; 1993) que sólo se da en el semema del sustantivo con sus actualizaciones cotextuales alosemémicas subsiguientes como lectura eventiva o lectura resultativa y sustancial.

 

(8) traducir/traducción con lectura eventiva:

arg1 = AGENTE actantificado como sujeto (verbo) o prep.1+ sustantivo; prep.1 = por

arg2 = OBJETO AFECTADO/TEMA actantificado como complemento directo(cd) en el verbo/prep.2 + sustantivo; prep.2= de en el sustantivo

 

Con la sustantivación en lectura no eventiva, sino sustancial se está efectuando una transposición semántica importante: el arg2 =TEMA/OBJETO AFECTADO pasa a ser identificado con el resultado material del proceso traductor: la traducción= texto traducido. El co-partícipe admitido e introducido por la misma preposición de, en este caso, no se refiere al argumento TEMA (=texto original), sino o bien al autor de este texto original o bien al argumento definido como AGENTE (traductor), que no suele actantificarse con traducción por medio de la preposición por. Una explicación detallada, que sobrepasa los límites de este trabajo, debería recurrir a una descripción pormenorizada de la microestructura semémica compleja del verbo traducir, que posibilitaría, a través de la coactivación del conocimiento enciclopédico compartido, la integración de otros co-partícipes y la correcta interpretación de las UL que aparecen en oraciones con traducción.





Volumen 23 (2006)
ISSN: 1139-8736