ISSN: 1139-8736


3.2.1. Prescripción léxica

La noción de corrección en el léxico es muy simple porque, como las palabras se codifican en forma separada, solamente se considera correcto lo que está en la lista del lexicón (Bartsch 1987). La prescripción en el léxico actúa generalmente en dos direcciones: los extranjerismos y el purismo de estilo (que incluye los vulgarismos). Ambos aspectos son el resultado de una ideología que apunta en el primer caso a la estigmatización de lo foráneo (como un modo de defender la identidad nacional) y en el segundo a la estigmatización de lo inculto (como un modo de defender el statu quo de los grupos de poder).

Desde el punto de vista de la connotación social que supone el uso incorrecto de una forma lingüística, extranjerismos y vulgarismos funcionan de un modo opuesto. Mientras que los primeros pueden eventualmente interpretarse como un signo de cultura de élite, los segundos provocan la inmediata estigmatización social de quienes los emplean.

En la lucha contra los extranjerismos se manifiesta particularmente la función separatista de la lengua estándar (Gallardo 1978). En el corpus analizado aparecen galicismos (“bouquet” , “amateur” y “restorán”), anglicismos (“speaker” y “paquete”), y hasta un latinismo ( “versus” ). Por ejemplo:


Incorrecto

Correcto

Comentario

Le ofreció un bouquet de flores

Le ofreció un ramo de flores

“Bouquet” es un galicismo innecesario

Lo entrevistó el speaker.

Lo entrevistó el locutor.

“Speaker” es un anglicismo innecesario.

Un restorán céntrico.

Un restaurante céntrico.

Restorán y restaurant son galicismos innecesarios.

Se aprobó un paquete de medidas.

Se aprobó un conjunto de medidas.

“Paquete” es un anglicismo innecesario. No debe emplearse.

El número levemente predominante de galicismos coincide con la preocupación de la gramática normativa tradicional en torno a la influencia del francés que, en determinada época, le llevaba claras ventajas al inglés en materia de imperialismo lingüístico.

Sobre la selección misma de los extranjerismos, lo menos que puede decirse es que resulta curiosa. Las palabras elegidas no responden a lo que podría considerarse formas de uso corriente en el español del Uruguay. Incluso en algunos casos cuesta imaginar que la forma indicada como incorrecta se use efectivamente en lugar de aquélla catalogada como correcta (por ejemplo, “bouquet” en lugar de “ramo”).

En términos estrictamente lingüísticos, nótese que para la forma incorrecta “restorán”, se da como equivalente correcto una forma (“restaurante”) que no es más que una variante más adelantada del proceso asimilatorio de un préstamo que, no por ello, podría dejar de señalarse como un “galicismo innecesario”.

Para justificar la incorrección de los extranjerismos se recurre simplemente a explicitar lo innecesario de su uso, en el entendido de que ya existe una palabra en español para expresar el mismo significado. Se instala tajantemente el discurso prescriptivo del “deber ser” (“no debe emplearse”): para quien recibe el mensaje no deben quedar dudas de que existe un órgano prescriptor que tiene la última palabra en materia de corrección idiomática.

Justificar la incorrección de los extranjerismos por el mero recurso de la necesidad o no de su uso, implica soslayar las posibles connotaciones simbólicas que puede tener el empleo de una locución extranjera. De hecho, los extranjerismos son generalmente evaluados negativamente no porque estén en desacuerdo con las características de la lengua receptora, ni porque puedan ser perjudiciales para su estabilidad, o inaccesibles a algún segmento de la población, o históricamente “impuros”, sino por el mero hecho de ser extranjeros (Neustupny 1989).

Las incorrecciones debidas a redundancias léxicas involucran en esta campaña distintas clases de palabras: sustantivos, verbos, adjetivos y adverbios. Se trata de formas que ya contienen en su definición la especificación de la frase preposicional, o la cualidad expresada por el adjetivo adjunto. Por ejemplo:

Incorrecto

Correcto

Comentario

Entró para adentro.

Entró.

Es imposible entrar para afuera.

Voló por el aire Inmediatamente.

Voló inmediatamente.

Sólo se vuela por el aire.

Llegó con su hijo primogénito.

Llegó con su primogénito.

“Primogénito” significa “hijo que nace primero”.

Tiene buena ortografía.

Tiene ortografía.

“Ortografía” significa “correcta escritura”.


En las redundancias, los comentarios justificativos de la incorrección apelan a la lógica y obviedad de los casos consignados (ej.: “Es imposible entrar para afuera”). A veces se indica la etimología de las palabras (ej.:“ “primogénito” significa “hijo que nace primero” ”).

En algunos casos la norma prescriptiva se contradice con la norma social7 : un ejemplo de esto es la forma supuestamente correcta de la expresión “tiene ortografía”.

Cuando la norma prescriptiva entra en conflicto con la norma social no sólo es rechazada por la comunidad, sino que todo el aparato prescriptivo pierde credibilidad. La recomendación de usar una locución como “tiene ortografía” no puede menos que causar hilaridad entre quienes reciben el mensaje, con el consiguiente descreimiento hacia la autoridad prescriptora.

Dentro de las supuestas incorrecciones léxicas aparecen algunos casos de neologismos. Se trata de palabras no aceptadas por la normativa académica, en este caso directamente mencionada a través del diccionario de la Real Academia Española. De este modo se introduce la figura de la autoridad máxima de la lengua española, con la evidente expectativa de que su mera mención apuntale la validez y seriedad de las recomendaciones. Se considera entonces como incorrecto y (más aún) “inexistente”, cualquier término que no sea aceptado por la Academia. Por ejemplo:

Incorrecto

Correcto

Comentario

Primó su criterio.

Privó su criterio.

Primar no existe en nuestro lexicón. Privar significa tener general aceptación una persona o cosa; equivale también a “tener privanza” es decir, primer lugar en la gracia y confianza de un príncipe o alto personaje y, por extensión, de cualquiera otra persona.

Creen que se campeonarán.

Creen que resultarán campeones.

“Campeonarse” es un neologismo absurdo.

La prensa promocionó el turismo.

La prensa promovió el turismo.

El verbo correcto es promover, promocionar no está aceptado como verbo por la Real Academia Española.

Nótese que se incluye como incorrecta una expresión que, como “se campeonarán”, difícilmente tenga una frecuencia de uso significativa en el lexicón de un hablante uruguayo. En el caso de “tiene ortografía”, dijimos que la norma prescriptiva se opone a la norma social, que seguramente prefiere la expresión (supuestamente incorrecta) “tiene buena ortografía”. En el caso de “se campeonarán”, la norma prescriptiva y la social coinciden (el uso habitual es justamente el correcto, “resultarán campeones”), por lo cual resulta incongruente e innecesario insistir con ejemplos de este tenor.





Notas

7 Por norma prescriptiva entendemos aquélla establecida por las autoridades académicas, y por norma social la que surge de un uso consensual en la comunidad.





Volumen 23 (2006)
ISSN: 1139-8736