ISSN: 1139-8736
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4.3. Noción de jerarquía parcial

Cuando utilizamos el término jerarquía, normalmente pensamos en un árbol de relaciones equilibrado y armonioso, como ocurre con la ontología de anclajes que hemos visto anteriormente1. Sin embargo, no todas las relaciones semánticas léxicas responden a esta idea de jerarquía. La misma tradición de la semántica léxica nos enseña que existen relaciones arbóreas, lineales, cíclicas, etc. En el caso que nos ocupa, tenemos que la meronimia no abarca la totalidad del léxico, es decir, que no todos los significados, ni siquiera los significados de los sustantivos, tanto entidades de primero como de segundo orden, poseen este tipo de relación. En cambio, todos los significados, y sobre todo los de los sustantivos, resultan jerarquizados por la hiponimia, que se acerca más a la imagen de la jerarquía que mencionamos al principio.

Es precisamente el hecho de que las jerarquías meronímicas no se extienden en la totalidad del léxico lo que hace que las denominemos jerarquías parciales. Una jerarquía parcial meronímica será aquella que se establece como resultado de relaciones meronímicas y holonímicas directas. Por ejemplo las dos siguientes:

Es más, las jerarquías parciales meronímicas no son siempre tan nítidas. De hecho, un mismo significado puede establecer distintos tipos de relaciones meronímicas con otros significados, lo que hace que las jerarquías parciales puedan ser mucho más complejas. Además, el hecho de que en una red semántica los merónimos puedan ser heredados a través de la relación de hiponimia (es decir, los hipónimos directos heredan las relaciones meronímicas del hiperónimo e hiperónimos de éste) hace que las jerarquías parciales se vean ampliadas a través de la jerarquía taxonómica de clase o hiponimia.

Si pensamos que la mayoría de los cálculos semánticos que pueden realizarse con una red semántica 2se llevan a cabo recorriendo las conexiones de un tipo de relación, lo que hace que la hiponimia pueda utilizarse en cualquier parte del léxico no funcional, claro está, concretamente en sustantivos, adjetivos y verbos (entidades de primer y segundo orden), nos daremos cuenta de que realizar cálculos semánticos en jerarquías parciales se ve limitado a una parte del léxico y, por lo tanto, resultan menos generales o globales, lo que explicaría que muchas veces se dudara de la propia relación de meronimia y la dificultades a la hora de estudiar, describir y representar las relaciones meronímicas.

No obstante, las relaciones meronímicas no son tan escasas como para que sean ignoradas. De hecho, operaciones como la herencia o la iteración proporcionan medios añadidos para extender la jerarquía, pudiendo llegar, en última instancia a conocimientos que no son tenidos en cuenta cuando se considera aquel del que partimos, por ejemplo, cuando hablamos de bacalao al pil pil no pensamos en el hidrógeno, si bien, contiene agua, la cual contiene hidrógeno. Este sería el caso de la iteración. Por su parte, la herencia de relaciones meronímicas es un claro ejemplo de interdependencia entre distintas relaciones semánticas, ya que la inclusión de clase permite obtener la relación de meronimia. Veremos algunos ejemplos amplios en el capítulo 6. También en el capítulo 6 utilizaremos los conceptos metodológicos de línea meronímica. Llamaremos líneas meronímicas a las distintas relaciones meronímicas encadenadas una tras otra que forman la jerarquía parcial. Estas líneas meronímicas pueden ser típicas o no-típicas, es decir, pueden cumplir las restricciones de tipo y subtipo (no consideramos línea meronímica A mero-3 B y B mero-4 C) o no (si consideramos línea meronímica A mero-3 B y B mero-4 C). Esa línea meronímica puede además formarse a través de lo que llamaremos iteración, herencia y transitividad.

línea meronímica típica iterativa
línea meronímica típica hereditaria
línea meronímica típica transitiva
línea meronímica no-típica iterativa
línea meronímica no-típica hereditaria
línea meronímica no-típica transitiva

El siguiente gráfico muestra una imágen de cada una de estas líneas meronímicas:

Si no se continúa la relación meronímica miembro-colección ni desde ninguno de los elementos relacionados (ni como holónimo ni como merónimo) , ni de sus hiperónimos, entoces decimos que no existe línea meronímica.


NOTAS

1  La organización de conceptos siempre tiende al orden, mientras que los significados léxicos se relacionan a partir de sus definiciones y no tienen porqué resultar tan ordenados.

2  Como, por ejemplo, la similitud, en el caso de la desambiguación léxica, es decir, la proximidad de dos nodos en la representación teniendo en cuanta un tipo de relación dado, o la triangulación, en el caso de la inferencia, es decir, la transitividad.

 

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