1.3.3. La terminografía

Aunque la necesidad de estructurar sistemas conceptuales especializados y compilar términos no es nueva, la necesidad de una disciplina que abarque estos aspectos sí es reciente, ya que ha florecido en estos últimos años, fruto de los avances y las necesidades de comunicación. La terminografía responde a una necesidad inmediata y se basa en los métodos existentes en la lexicografía, tales como la recolección de contextos que documenten las unidades descritas, la preparación de definiciones, la búsqueda de equivalentes lingüísticos o los niveles de uso (Rey 1995: 132).

La adopción de la denominación ’terminografía‘ de forma oficial se remonta a 1975 cuando la International Organization for Standarization (iso) lo introdujo para hacer referencia a la parte de la terminología dedicada a la producción de diccionarios terminológicos (Bergenholtz y Tarp 1995: 10) aunque su uso, como señala Pérez Hernández (2000: 110), se encuentra documentado mucho antes. Quizá por esta razón, a excepción de algunas publicaciones (Cabré 1993, 1999; Meyer y Mackintosh 1996, Rey 1995, Sager 1996) que extrapolan la diferencia entre lexicología/lexicografía a este ámbito, los términos ’terminología‘ y ’terminografía‘ suelen usarse indistintamente para englobar aspectos teóricos y aplicados de la terminología, incluyendo ocasionalmente otras denominaciones como ’terminology processing‘ (Wright y Budin 1997) o ’terminology management‘ (Sager 1990) para hacer referencia a la terminografía.

Ahora bien, bajo el concepto de terminografía no sólo se incluye la terminografía prescriptiva y la descriptiva. También se tiene en cuenta el trabajo terminográfico elaborado de forma sistemática por los científicos a lo largo de los siglos y cuyo fruto son los diccionarios, glosarios y bases de datos terminológicas, y el trabajo terminográfico ad hoc realizado por traductores, intérpretes, etc.

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