ISSN: 1139-8736
Depósito Legal: B-35783-2001

3. 6 Estructura definicional según el MLF

El elemento sin duda más importante de la articulación del MLF es la adopción de una concepción definicional de la representación y estructura del significado. La manera más adecuada de representar el contenido de las unidades léxicas es por medio de la estructura definicional 1. Trazar jerarquías léxicas mediante el análisis de definiciones lexicográficas no es nuevo. Amsler (1980) lo hizo en los ochenta para derivar información hiponímica con relación a los sustantivos del lenguaje general.

Para construir la definición, el lexicógrafo ha de proceder a la descomposición léxica gradual para llegar desde los lexemas más complejos hasta los más simples. Este método de descomposición ha sido objeto de numerosas críticas, sin embargo parece obvio que toda representación del significado de un lexema, en cuanto que implica paráfrasis de una entidad simple por medio de un número mayor de entidades simples, conlleva ineludiblemente algún elemento de decomposición (Wierzbicka 1995: 166). En esta línea Jackendoff (1990: 39) escribe:

the problem of lexical decomposition, then, is to find a vocabulary for decomposition that permits the linguistically significant generalizations of inference patterns to be captured formally.

Cada uno de los lexemas no analizables en términos de lexemas más simples constituye el archilexema de un dominio léxico.

El MLF postula que dicho vocabulario de decomposición se identifica con el propio léxico de la lengua. Esto permite, por una parte, disponer para cada lengua de un vocabulario de paráfrasis adecuado para ella y sólo para ella, salvando así el espinoso problema de los universales lingüísticos, de existencia tan disputada. Por otra parte, la adopción de este sistema posibilita al mismo tiempo explicar las relaciones léxicas que los lexemas entablan entre sí.

Trabajando, pues, desde las palabras hacia los conceptos (data-driven approach), las unidades léxicas remiten a un concepto que permite reconocer una entidad del mundo real como perteneciente a la categoría mental expresada por dicho concepto. Los contenidos de las unidades léxicas, por tanto, han de participar de las características inherentes a dichas categorías, entre las cuales la más importante es que están construidas en torno a modelos cognitivos idealizados, tal y como se desprende de los efectos de prototipo. No se trata, pues, de incluir rasgos suficientes y necesarios en la definición (Fodor et al. 1970) sino de incorporar a la práctica definicional la noción de prototipo aportada por la corriente cognitiva.

Dada la naturaleza nuclear de la definición en el MLF, la organización léxica se basa en el análisis definicional. En el caso de los predicados verbales, los que tengan el mismo genus en su estructura definicional, pertenecerán al mismo dominio o subdominio. El genus, pues, especifica el significado nuclear y nos remite a la unidad léxica en términos de la que se define aquélla, y con respecto a la cual mantiene una relación de hiponimia o meronimia. Se complementa con los differentiae, es decir, con características adicionales estructuradas de manera sistemática que hacen que el concepto se diferencie del resto que pertenece a la misma categoría conceptual.

La información necesaria para la construcción de las definiciones se extrae de obras lexicográficas ya existentes. En los últimos años, muchos lingüistas se han dado cuenta de la importancia de la información en los diccionarios para el diseño de estructuras conceptuales formalizables. Levin (1991), Atkins (1991) y Felbaum (1990) adscriben a los diccionarios un papel destacado en la construcción de bases de datos léxicas:

Monolingual collegiate-size dictionaries of a language can contribute information about a word's possible senses, and, for each sense, the relevant semantic class and the genus and differentiae that constitute its definition. (Levin 1991: 20)

De forma paralela a como se ha procedido para la construcción de entradas lexicográficas, la información necesaria para las terminográficas se ha extraído de bases de datos y diccionarios especializados, enciclopedias y consultas a expertos, principalmente. La competencia lingüística del experto, unida a la del terminógrafo son esenciales para que la definición resultante cuente con precisión y pertinencia en el contenido, por un lado, y una buena estructura formal, por otro.

Procedamos a estudiar más de cerca dos casos de definición, una lexicográfica y otra terminográfica, en el marco del MLF. Las unidades léxicas escogidas han sido berrear, por un lado, y cáncer y adenocarcinoma, por otro.


NOTAS

1 Hay que advertir que, en este modelo, la definición constituye un método de representación del significado; en ningún momento, no obstante, se postula que el armazón conceptual de la mente humana se estructure de manera definicional.

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