ISSN: 1139-8736
Depósito Legal: B-35783-2001

2.3.1 Estructura de la definición terminográfica: Concepto y término

Desde un principio, los teóricos que se han dedicado al estudio y descripción de la definición en terminografía han tenido clara la necesidad de otorgar prioridad al concepto sobre el término. El papel nuclear de los conceptos en la gestión terminológica es indiscutible. Sin embargo, en la práctica terminográfica real, es innegable que el concepto de concepto es, quizá, uno de los más difíciles de delimitar y definir.

En Sager (1990: 23 y ss) se recogen las siguientes definiciones de concepto establecidas en diversas instituciones estandarizadoras:1

Además añade las siguientes puntualizaciones:

  1. Un concepto se usa para estructurar el conocimiento y percepción del mundo circundante y no necesita ser expresado.
  2. Distintas escuelas de pensamiento tienen definiciones diferentes del concepto concepto (Versión final del Draft International Standard ISO/DIS 704, 1985).

A continuación, el autor propone que dada la gran diversidad de opiniones, para los propósitos de la terminología es mejor dejar el concepto sin definir (Sager 1990: 24).

En el marco del trabajo de investigación que nos ocupa, no creemos que sea necesario debatir la naturaleza de concepto. Esta tarea nos llevaría a multitud de cuestiones de naturaleza filosófica que quedan lejos de los objetivos de esta tesis. Lo que se necesita para una gestión terminográfica sistemática y rigurosa es una definición de concepto que satisfaga las demandas reales por parte de los terminógrafos y redunde en una mayor calidad terminográfica, por un lado y que responda satisfactoriamente a las necesidades de los usuarios del producto terminográfico, por otro.

En relación con la diferenciación entre significado y unidades léxicas especializadas, no se puede pasar por alto la tendencia, cada vez más extendida, de complementar e, incluso, sustituir la definición por representaciones gráficas variadas o por productos multimedia (Galinski y Picht 1997: 58). Este interés por buscar otras formas gráficas y semióticas de representación, va más allá del texto convencional que sigue a cada una de las entradas de un diccionario y subraya, de nuevo, la importancia conceptual de la definición.

En nuestra propuesta, el conocimiento del mundo en general y el experto en nuestro caso, se segmenta para construir los conceptos que no son más que una formalización posible de una parte del conocimiento. Estos conceptos serán punto de referencia para el término, que se puede definir en este contexto, como formalización de uno o varios conceptos, para su uso en la comunicación experta, preferentemente. Lo que se ha de definir, pues, no es el término sino el objeto o idea en cuestión, y más concretamente su representación conceptual (De Bessé 1997: 68). De la misma forma, en terminografía bilingüe el establecimiento de equivalencias en ambas lenguas se realiza a través de la representación conceptual, de manera que la equivalencia no es entre los términos sino entre los conceptos designados por dichos términos (Dubuc y Lauriston 1997: 84).


NOTAS

1 Cabe destacar la diferenciación previa que establece Rey (1995: 32): la palabra noción se utilizará al hacer referencia a terminografía descriptiva mientras que, para tratar cuestiones teóricas, se utilizarán, indiferentemente, noción y concepto.

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