ISSN: 1139-8736
Depósito Legal: B-8929-00


     4.2 Propuesta de definición de los tipos
de relación parte-todo


4.2.1 Esquemas merológicos generales
4.2.2 Extracción de relaciones meronímicas


    ¿Qué tipos de relación merológica es conveniente definir en un lexicón? La situación óptima sería incluir las que existan en el lexicón mental. Pero, por supuesto, no pueden hacerse afirmaciones taxativas sobre la estructura del pensamiento lingüístico. Por otra parte, los modelos mentales existentes (ver §2) formulan tesis notablemente diversas, especialmente desde el punto de vista cuantitativo, desde las tres decenas de relaciones postuladas por Chaffin y Hermann (1988) hasta los tres esquemas de Iris et al. (1988). Sin embargo, desde el punto de vista cuantitativo, todas las aproximaciones que hemos visto facilitan información en muchos aspectos similar, o asimilable, y toda ella de gran valor e interés.

    Una aproximación razonable a la construcción de un lexicón formalizado sería el intentar codificar los diversos tipos de información merológica postulados utilizando un número reducido de recursos. Ésta es mi intención, organizar el conocimiento merológico en el lexicón de un modo estructuralmente simple e informativamente optimizado.

    Vistos los modelos presentados en §2, creo que es posible representar la multiplicidad de relaciones que se postulan únicamente mediante tres esquemas merológicos fundamentales: parte-entidad, elemento-multiplicidad, y materia-entidad.

    Obsérvese que muchas de las relaciones parte-todo que se han postulado parecen responder a un mismo esquema subyacente realizado entre tipos distintos de entidad.

    En un modelo de lexicón estructurado taxonómicamente, dicho planteamiento resulta redundante, pues la información relativa al tipo de entidad es inferible de la jerarquía; por lo que no es necesario codificarla nuevamente en la relación parte-todo.

    Por ejemplo, la postulación de dos relaciones distintas en los casos de (34), realizada por Chaffin y Herrmann (1988) (ver tabla II.3) resulta innecesaria por redundante ya que ambas son tipificables como una única relación denominable, por ejemplo, componente funcional - objeto, que suceda, respectivamente, en cosas vivas y en artefactos.

    (34)
    a. Cosa Viva- Componente ('tulipán'-'pétalo')
    b. Artefacto Complejo- Componente ('cámara'-'lente')

    Sin duda existen matices diferenciales entre las posibles relaciones parte-cosa viva y parte-artefacto. Por ejemplo, el artefacto se crea a partir del ensamblado de las partes, mientras que en las cosas vivas las partes nacen con la cosa. Sin embargo, en mi opinión, también ello es atribuible a la propia naturaleza de ambas, es decir, al tipo de entidad al que pertenecen: por definición, los artefactos son compuestos (por el hombre) y las cosas vivas nacen y se desarrollan de forma autónoma y unitaria sin que sean compuestas a partir de partes preexistentes.


Fig. IV.3: Comparación de Modelos de Representación

    La diferencia entre ambas aproximaciones puede ser vista como en la fig. IV.3, que muestra en la parte superior una representación del tipo propuesto por Chaffin y Herrman, y en la inferior una representación en una estructura de rasgos tipificada en la que el tipo pertenece a una jerarquía.
 


Fig. IV.4: miembros de colectivos y de grupos
en un lexicón organizado taxonómicamente

    Desde este punto de vista, otro ejemplo de redundancia en el modelo de Chaffin y Herrmann es la postulación de relaciones diferenciadas colectivo-miembro y grupo-miembro. Véase en Fig. IV.4 cómo la estructuración jerárquica del lexicón ya desambigua entre ambas, por lo que son subsumibles en una única relación denominable, p.e. 'elemento de'.

    Ejemplos como éste y los de (34) parecen indicar que lo que realmente resulta interesante desde el punto de vista de la representación de las relaciones parte-todo es el tipo general de la relación, es decir, la información del modo de inclusión entre entidades que no es inferible a partir del resto de la información ya presente en la representación semántica.

    A continuación presentaré los esquemas merológicos generales que postulo, para pasar a continuación a analizar las aproximaciones de §2 basándome en dicha propuesta.
 

4.2.1 Esquemas merológicos generales

    A mi juicio, los diversos tipos de información parte-todo son expresables mediante los tres esquemas generales siguientes:

    Componente - Entidad. Una entidad es analizable en partes de tipos distintos.
    Elemento - Multiplicidad. Una entidad está compuesta de múltiples elementos de un mismo tipo.
    Materia - Entidad. Relación entre una entidad y la materia de que está hecha.

    En general, la relación de componente presupone algún tipo de funcionalidad diferenciada de la parte. Ya hablaremos de ello con más detalle, pero en principio parto de la hipótesis de que el hecho de que los hablantes distingan partes de un todo no es un hecho arbitrario o inmotivado, sino que por el contrario se fundamenta necesariamente en una motivación semiótica. La conceptualización diferenciada de una entidad respecto a otra en la que está incluida responde en último término a la necesidad de expresar algún tipo de comportamiento diferenciado de la parte en algún aspecto.

    Sin embargo, tal característica no puede considerarse distintiva respecto a la relación de elemento: necesariamente un elemento tiene una función diferenciable de la del conjunto en que se incluye -aunque tan sólo sea la de constituir el conjunto a partir de la acumulación de elementos-.

    Por su parte, el esquema materia-entidad implica una indiferenciación o no distinguibilidad de la materia respecto a la entidad que de ella está formada. En muchos casos este esquema responde simplemente a una diferencia en la conceptualización de una misma cosa -ver ejemplos (29) y (30) en la sección anterior-.

    A diferencia de lo que ocurre con los esquemas de componente y de elemento, en el caso materia-entidad no resulta evidente la designación de uno de los polos de la altenancia como 'todo' y del otro como 'parte'. Los esquemas componente-entidad y elemento-multiplicidad son analizables en términos de algún tipo de inclusión, sea ésta espacial (pétalo-flor), temporal (acto-obra de teatro), o simplemente conceptual (fe-religiosidad). En cambio, en una relación del tipo [silla] -[madera] no existe una clara inclusión de una cosa en otra en el espacio o en el tiempo. Puede considerarse que el objeto contiene la materia de la que está formado. Pero también puede verse el objeto como una realización puntual de la materia considerada como un todo global -la silla vista como una parte de la madera que hay en el mundo-.

    La convención que adoptaré aquí será la primera, considerar la materia como incluída en la entidad, por lo tanto en una relación [silla] -[madera] diré que silla es el todo y madera la parte. Quede claro sin embargo, que se trata únicamente de una convención.

    En relación a la inclusión de entidades, debe hacerse otro tipo de puntualización, más importante desde el punto de vista epistemológico. Como he sugerido, múltiples relaciones parte-todo son analizables como inclusiones de entidades en el espacio o en el tiempo; otras sólo como inclusiones conceptuales. Pero ello no debe llevar a postular que las inclusiones espaciales o temporales no son a su vez inclusiones conceptuales. Por el contrario, como he dicho (ver §4.1, y anteriormente §1) entendemos como objeto de la representación no las posibles 'entidades del mundo real' sino su conceptualización, o abstracción en un modelo -que desde un punto de vista mentalista sería un modelo de la mente; o desde un punto de vista más estrictamente lingüístico, un modelo del conocimiento semántico-. En consecuencia, aunque hablaré en lo sucesivo de inclusiones de tipo espacial o temporal, debe entenderse que tal terminología refiere un último término a inclusiones en el marco de la conceptualización del espacio o del tiempo -no a inclusiones decidibles objetivamente con independencia de la existencia de los hablantes o de un modelo de representación semántica-.

    Hechas las anteriores puntualizaciones regresemos a la especificación de los esquemas merológicos básicos.

    Dichos esquemas son interpretables de forma simple a partir de las nociones de delimitación y granularidad de Jackendoff (1991) -ver §2.2.2- del modo siguiente.
 

    Esquema parte-todo     Todo     Parte
    entidad-componente     - G     + D
    multiplicidad-elemento     + G     + D
    entidad-materia       - D

Tabla IV.1: Esquemas merológicos básicos analizados
según rasgos conceptuales de Jackendoff (1991)


Fig. IV.5: Representación simbólica de los esquemas merológicos básicos

    Los esquemas componente-entidad y elemento-multiplicidad se distinguen entre sí porque en el segundo caso el todo es granular (+G) y en el primero no (-G). Es decir, una multiplicidad se compone de múltiples partes de un mismo tipo (p.e. rebaño-animales domésticos). En cambio las diferentes partes componentes de una entidad son distintas entre sí (p.e. cuerpo- cabeza, brazos, piernas, ...).

    A su vez, el esquema materia-entidad se distingue de los anteriores en que en aquéllos las partes son entidades delimitadas (+D), mientras que en éste la parte es una masa, materia, o sustancia (por tanto, no delimitada: -D). Desde este punto de vista los tres esquemas son representables como en la tabla IV.1, y de un modo más gráfico e intuitivo pueden ser vistos como en la Fig. IV.5.

    A efectos de representación, cada esquema se codificará mediante uno de dos rasgos inversos, dependiendo del sentido de la relación. Elijo para los atributos que son realizaciones del esquema componente-entidad los nombres 'parte_de' y 'tiene_parte' (según la dirección de la relación) simplemente debido a su mayor generalización de uso; p.e. en WordNet se utilizan dichas etiquetas para designar ese tipo de relaciones indicativas de 'componente' o 'parte funcional'. Esta convención implica asumir para 'parte' un sentido aproximado de [parte funcional]. El esquema elemento-multiplicidad se representará mediante los descriptores 'elemento_de' y 'tiene_elemento' y el esquema materia-entidad mediante 'materia_de' y 'tiene_materia' (ver tabla IV.2).


Tabla IV.2: Terminología que se utilizará en las estructuras de rasgos

    Así, por ejemplo:

   (35)
    a. [tulipán
    tiene_parte: pétalo]

    b. [pétalo
    parte_de: tulipán]

    c. [rebaño
    tiene_elemento: oveja]

    d. [oveja
    elemento_de: rebaño]

    e. [vaso
    tiene_materia: cristal]

    f. [cristal
    materia_de: vaso]

    Evidentemente, la representación de una entidad no debe limitarse necesariamente a uno solo de dichos tipos, pues puede hallarse relacionada a otras entidades por esquemas merológicos distintos. Por ejemplo, una oveja, simultáneamente, tiene cabeza, patas, etc.; está hecha de carne; y puede ser parte de un rebaño:

    (36)
    [oveja
    [tiene_parte: cabeza, patas, ...
    tiene_materia: carne, ...
    elemento_de: rebaño]]

    A continuación analizaré los diversos tipos de relación parte-todo que se han postulado a partir de los anteriores esquemas básicos.
 

    Comparación con modelos simples: Iris et al. y WordNet

    La aproximación elegida es similar en cuanto a planteamientos a la de Iris et al. (1988), y en cuanto a tipo y número de relaciones a la utilizada de facto por WordNet (Miller et al., 1990).

    En el primer caso ello es debido a que se opta por un número reducido de esquemas conceptuales que subsumen las múltiples relaciones postuladas por Chaffin y sus colegas. Recordemos que Iris et al. postulan (vid §2.2.1) las relaciones ComponenteFuncional-Todo, Miembro-Colección, Segmento-Todo, e Inclusión de Conjuntos (taxonomía).

    Las dos primeras corresponden a Componente-Entidad y Elemento-Multiplicidad de mi propuesta. La Inclusión de Conjuntos, o relación taxonómica, no la trato en este trabajo como una de las relaciones merológicas. La organización jerárquica de un lexicón basándose en la relación de hiponimia es considerada, como suele ser habitual (p.e. vid modelos de Cruse, 1986) un tipo de relación diferente a las relaciones de parte.

    Argumenta Cruse que, mientras la taxonomía es una jerarquía de clases la meronimia una clase de jerarquías. Dicho razonamiento puede ser precisado en términos de inclusión de la siguiente forma: en una taxonomía o relación de hiponimia, dado que las palabras relacionadas de tal modo denotan categorías o clases de entidades -interpretables al modo logicista como conjuntos- ocurre que la clase denotada por el hipónimo está incluída como tal clase en aquella denotada por el hiperónimo. Sin embargo, en una relación merológica, lo que sucede es que cada instancia de la clase denotada por la palabra de la 'parte' está incluida en una instancia de la clase denotada por la palabra del 'todo'. Es decir, mientras la taxonomía sería, en términos de conjuntos, una relación de inclusión entre conjuntos, la meronimia sería una función entre conjuntos motivada por la relación de inclusión existentes entre sus elementos.

    Por ejemplo, la existencia de una relación taxonómica entre 'coche' y 'vehículo', implica que el conjunto de los coches está incluído en el conjunto de los vehículos; mientras que la existencia de relación meronímica entre 'cigüeñal' y 'coche' implica que dado un elemento perteneciente al conjunto de los cigüeñales y otro elemento del conjunto de los coches, el primer elemento está incluído en el segundo.

    Finalmente, Iris et al. postulan la existencia de un esquema Segmento-Todo -y ofrece los ejemplos 'rebanada de pan', 'grano de arroz' y 'taza de arroz'-. Desde mi punto de vista cabe destacar dos aspectos en este tipo de esquema.

    En primer lugar, aunque Iris et al. no lo manifiestan abiertamente, puede inferirse a partir de los ejemplos que Segmento-Todo no es un esquema que suela instanciarse entre conceptos lexicalizados. No es postulable una relación meronímica entre 'rebanada' y 'pan' o 'grano' y 'arroz' -como se hace sistemáticamente en los trabajos de la escuela de Winston, Chaffin y Herrmann-, ni mucho menos entre 'taza' y 'arroz'. En todo caso las correspondientes relaciones de inclusión serían entre 'pan' y 'rebanada de pan'; 'arroz' y 'grano de arroz'; y 'arroz' y 'taza de arroz'.

    Los lexemas 'rebanada', 'grano' y 'taza', en sí, no presuponen implicación alguna respecto al tipo de entidad con la que puedan estar relacionadas mediante un esquema merológico. Dichos lexemas son nombres partitivos, desde el punto de vista lógico, predicados relacionales, es decir, unidades léxicas que no son plenamente referenciales sino únicamente al establecer relación con una unidad léxica que sí lo es. Por utilizar uno de los ejemplos propuestos de forma recurrente, digamos que el concepto [rebanada] no implica parte división o segmento de pan, sino, de modo general, de cualquier entidad susceptible de ser cortada en rebanadas.

    En algunos casos, los menos, sí que es postulable una relación Segmento-Todo entre conceptos lexicalizados, por ejemplo entre 'mendrugo' y 'pan'. No existe para mí mayor diferencia entre esta relación y la que se establece entre 'pan' y 'trozo de pan' -aparte del hecho de la lexicalización y del matiz semántico de que 'mendrugo' suele denotar trozo de pan viejo o desechado-, por lo que analizaré ambos casos a partir del mismo esquema fundamental. Un argumento más en ese sentido lo tenemos en que mi trabajo se basa en la premisa de que el mismo sistema debe ser utilizable para analizar relaciones de parte entre entidades, independientemente de que éstas se hallen o no lexicalizadas en el lenguaje.

    En general, como se ha sugerido y se discutirá ampliamente más adelante, cualquier tipo de construcción partitiva es analizable también mediante alguno de los tres esquemas merológicos generales. En particular, los ejemplos de construcción partitiva definidos por Iris et al. como relaciones Segmento-Todo son analizables mediante el esquema entidad-materia.

    Consideremos 'rebanada de pan'. El grupo partitivo denota una entidad delimitada e individual (perceptible separadamente). Tiene ciertas características formales: grosor reducido en relación a su anchura y longitud (por tanto, idealizando, aspecto bidimensional). Además tiene una característica determinante de tipo agentivo: ha sido obtenida por corte transversal de un pan ('rebanar'). Finalmente, en cuanto a relación merológica, su característica fundamental es la siguiente: se trata de una entidad hecha de lo mismo que esta hecho el pan. En realidad no es otra cosa que pan, cortado en rebanadas. En pocas palabras, una [rebanada de pan] está hecha de [pan].

    Por consiguiente, este tipo de relación Segmento-Todo está basado en el esquema entidad-materia. El hecho de que la entidad individuada (el segmento en la terminología de Iris et al.) muestre ciertas propiedades diferenciadas respecto al todo (la materia) -forma, medio de obtención, etc.- no es nada distinto de lo que ocurre en cualquier otra relación parte-todo: las entidades relacionadas, la parte y el todo, tienen rasgos similares y rasgos disimilares, lo relevante para la merología es la relación de inclusión en la que se hallan. De igual forma, un [mendrugo] establece con [pan] una relación hecho de, aumentada con otras características de orden no merológico (p.e. el pan es viejo o desechable).

    En cuanto a WordNet 1.5 (ver §3.1), aunque en la documentación del sistema (p.e. Miller et al., op. cit.) se anuncia que la intención es incluir todos los tipos de relación propuestos por Winston, Chaffin y Herrmann (1987), en realidad únicamente se implementan tres tipos de relación parte-todo: part-of, member-of y substance-of, las cuales corresponden en líneas generales a los esquemas que propongo.

    La elección realizada de facto por WordNet parece ser debida a una necesidad de simplificación en cuanto al número de relaciones, causada por la gran cantidad de léxico que es preciso representar. Esta intención simplificadora coincide con mis planteamientos. En mi caso, sin embargo, no se trata de que me limite a representar únicamente las relaciones más simples, sino que la intención es representar mediante estructuras simples todo tipo de información merológica.
 

    Comparación con los modelos de Winston et al. (1987) y Chaffin y Herrmann (1988)

    El referido grupo de psicolingüistas ha desarrollado dos modelos generalizantes, Chaffin y Herrmann (1984) y Winston, Chaffin y Herrmann (1987) -ver tabla II.2 en §2.1.2-, similares entre sí. Como vimos en la sección correspondiente dichos modelos fueron detallados en Chaffin y Herrmann (1988), análisis que resulta en un mayor número de relaciones -ver tabla II.3 en §2.1.2-.

    Me referiré básicamente al modelo general de Winston et al. (1987) -en el resto de la sección: WCH1987- dado que, como se ha dicho, se ha convertido en referencia fundamental para la mayoría de estudios e implementaciones formales de la meronimia. A partir de los comentarios sobre WCH1987 haré referencia a su especialización, Chaffin y Herrmann (1988) -en el resto de la sección, CH1988-.

    La relación Componente-Objeto de WCH1987 está incluída en su totalidad en mi esquema componente-entidad. Simplemente uso el término 'entidad' en lugar del de 'objeto' por ser más general y a fin de abarcar no únicamente entidades físicas concretas, sino entidades de todo tipo; de hecho los autores proponen ejemplos de dicha relación que no son clasificables como 'objetos', a menos que se entienda 'objeto' en un sentido amplio como sinónimo de 'entidad'.

    Las especializaciones que hacen CH1988 de esta relación radican fundamentalmente en diferencias de tipo de entidad ('evento dramático', 'cosa viva', 'artefacto'), siendo por tanto redundantes en cuanto a información merológica, por lo que son subsumibles en un mismo esquema componente-entidad. Asimismo, también resulta redundante la distinción que establecen entre artefactos simples y complejos, dado que la diferencia es inferible en la representación a partir del número de relaciones tiene_parte de la entidad: un artefacto complejo tendrá diversos componentes y un artefacto simple solo uno o dos, o muy pocos -dependiendo también de dónde quiera trazarse el límite entre artefactos simples y complejos-.

    La segunda relación de WCH1987, Miembro-Colección, corresponde exactamente al esquema elemento-multiplicidad: una entidad concebida como amalgama o agrupación de múltiples elementos de un mismo tipo. La diferenciación de CH1988 entre Colección-Miembro ('ganado' - 'animal') y Grupo-Miembro ('rebaño' - 'animal') es directamente inferible del tipo de entidad inclusiva: colectivos (o, según la terminología que se adopte, agregados) frente a grupos, representable en la taxonomía. El sistema de tipos que propondré (ver §6) incorpora esta distinción básica, a partir de las distinciones definidas en el modelo de Jackendoff (1991) -ver §2.2- entre conceptos delimitados y no delimitados. En líneas generales, los grupos ('rebaño', 'equipo') son concebidos como entidades cerradas o delimitadas en el espacio, el tiempo o el número de componentes; mientras que los agregados ('gente', 'ganado') no sufren tales delimitaciónes.

    Respecto a la subclase de CH1988 Organización-Unidad ('ejército' - 'batallón') la información de que la entidad incluida es a su vez una multiplicidad es asimismo redundante por inferible, tanto a partir de la jerarquía de tipos ('batallón': grupo; frente a 'soldado': individuo), como de la propia existencia para la misma de relaciones merológicas tiene_elementos. En todo caso el esquema parte-todo fundamental sigue siendo el mismo: una entidad compuesta de múltiples entidades de un mismo tipo.

    Veamos a continuación la relación Material-Objeto de WCH1987 y las relaciones Masa-Material ('ensalada' - 'lechuga') y Objeto-Material ('bicicleta' - 'aluminio') de CH1988. Corresponden al esquema general materia-entidad o alternancia entre una entidad y aquéllo de lo cual se concibe que está hecha. Sin embargo CH1988 establecen un matiz importante: la distinción entre la pura alternancia Objeto-Material y la relación de ingrediente (Masa-Material, en su terminología). En el primer caso se concibe la totalidad del objeto o entidad como hecha de una determinada materia y una sola. En el segundo la entidad inclusiva se concibe como constituida a partir de materias de diversos tipos (p.e. 'ensalada': lechuga, tomate, etc.).

    Nuevamente, esta distinción es inferible en el lexicón a partir del número de relaciones tiene_materia que establece la entidad inclusiva (una sola, o varias), luego ambos subtipos de relación pueden ser mantenidos dentro de un mismo esquema materia-entidad.

    La relación y subrelaciones de Porción-Masa de WCH1987 y CH1988 corresponden al esquema Segmento-Todo de Iris et al. (1988), por lo que me remito a lo comentado anteriormente respecto al mismo: básicamente, los nombres partitivos como 'grano' o 'trozo' no son partes sino constructores de relaciones de parte.

    Mi análisis de las relaciones Lugar-Área de WCH1987 y Área-Lugar o Tiempo de CH1988 -con sus subtipos ÁreaNatural-Lugar ('desierto'-'oasis'), ÁreaDenominada-Lugar ('Florida'-'Everglades') y TiempoDenominado-Ocasión ('Pascua'-'Viernes Santo')- es el siguiente: nuevamente, dichas relaciones son instancias del esquema general componente-entidad, con la especificidad de que remite a entidades de tipo locativo o temporal. En consecuencia no es preciso proponer un tipo diferenciado de representación para ellas.

    Winston et al. aducen para justificar la especificidad de la relación la no funcionalidad y la no separabilidad de las partes respecto al todo. En mi opinión el primer argumento no es válido y el segundo no es suficiente. En el primer caso, sin duda debería definirse de modo preciso qué debe entenderse por funcionalidad para emitir un juicio riguroso. Pero utilizando únicamente una aproximación intuitiva creo que no es descabellado pensar que, desde el punto de vista de la comunidad de humanos que tenga relación con la entidad en cuestión (y sin duda la noción de funcionalidad debe establecerse en relación a dicha comunidad), por ejemplo un oasis tiene una clara función distintiva respecto al desierto en el que se enmarca. Del mismo modo, en una comunidad católica el Viernes Santo tiene una especificidad muy marcada respecto a la Semana Santa en general.

    En cuanto a separabilidad de la parte, sin duda, en el mundo real, un lugar no es físicamente separable de un lugar en el que está incluido -y mucho menos un tiempo, pues el tiempo, por definición, es un continuo y no es físico, en el sentido de material-. Pero esta característica no es distintiva respecto a otras relaciones de parte. Un objeto tampoco es separable de la materia de que está hecho. Y en cuanto a componentes de entidades, es dudoso que por ejemplo pueda separarse la palma de la mano, el filo del cuchillo, la nuca de la cabeza, el sistema nervioso del cuerpo o la trama del relato.

    De todos modos, lo relevante a efectos de representación es que se trata entidades (temporales o espaciales en este caso) que se conciben como incluidas en otras que las comprenden; y que las entidades incluidas no forman parte de un conjunto de entidades de idéntico tipo que conjuntamente constituyen la entidad inclusiva. Por tanto la relación corresponde al esquema componente-entidad. Por otra parte, otro tipo de relaciones que pueden considerarse pertenecientes a esta misma área, como [día] - [mes] o [provincia] - [estado], dado que en estos casos se define una relación de entidad global a multiplicidad de elementos del mismo tipo, son clasificables como relaciones elemento-multiplicidad.

    Las relaciones Fase-Actividad de WCH1987 y CH1988 -que se realizan en el lenguaje principalmente mediante verbos (p.e. 'viajar'-'llegar'), pero también pueden expresarse mediante nombres deverbales ('viaje'-'llegada')- son análogas a las anteriores, en especial a Área-Tiempo de CH1988, por lo que no cabe postular pertenencia a un esquema merológico distinto.

    Quedan por analizar las relaciones de Representación ('persona'-'retrato') y Evento-Rasgo ('boda'-'novia') de CH1988. No entraré en ellas porque no creo que sea claro que se puedan considerar relaciones merológicas -de hecho Winston et al. (1987) no las incluyen en su modelo, y Chaffin y Herrmann (1988) las consideran únicamente similares a la relación parte-todo-. Posiblemente para incluirlas dentro de las relaciones parte-todo hubiera que considerar como 'todo' la noción más general habitualmente denominada guión o script, comprensivo de todo tipo de expectativas y actantes asociados a una situación.

    Como nota final, debe apuntarse que las consideraciones realizadas hasta aquí son asimismo aplicables a los tipos básicos de relación de Cruse (1986) -ver §2.1.3-. En cuanto a sus análisis sobre factores de interferencia de niveles y sobre tipos de cohesión, queda fuera de mi objetivo en este trabajo el realizar representaciones diferenciadas para dichos matices semánticos. Las diferencias de tipo de cohesión (partes unidas vs. partes integrales, p.e. dedo-mano vs. palma-mano; y partes sistémicas vs. partes segmentales, p.e. arterias-cuerpo vs. cabeza-cuerpo) no se verán reflejadas en la representación -la totalidad de los ejemplos anteriores se considerarán componente-entidad, sin más matices-. Para la representación de opcionalidad de relación y factores similares asumo las soluciones de EuroWordNet (Climent et al. 1996; ver §3), pero no las trataré en lo subsiguiente.

    Asimismo, también queda fuera del alcance de este trabajo la definición de mecanismos de computación de la transitividad de las relaciones de parte. Asumo al respecto el principio formulado por Winston et al. (1987) e implementado en WordNet (ver §3), que admite la transitividad dentro de un mismo tipo de relación parte-todo, así como la herencia por vía taxonómica de las relaciones de parte.

    Así pues, como resumen de la sección, remarcaré nuevamente que, como he intentado argumentar, las relaciones parte-todo que diversos autores han propuesto, son representables en un lexicón mediante tres esquemas fundamentales: componente-entidad, elemento-multiplicidad y materia-entidad. Ulteriores diferencias, que han motivado la postulación de múltiples tipos y subtipos diferenciados de relación, son inferibles a partir de los tipos de entidad (es decir, de la estructura jerárquica del lexicón), o a partir del número de relaciones merológicas de un mismo tipo que las entidades establecen.
 

4.2.2 Extracción de relaciones meronímicas

    A modo de aplicación de lo discutido hasta aquí en esta sección se han realizado dos experimentos de extracción de relaciones parte-todo de los tipos fundamentales definidos a partir de fuentes preexistentes de información léxico-semántica: el corpus de definiciones del diccionario monolingüe VOX (1987) por una parte -método 1-; y la red semántica WordNet y diccionarios bilingües Inglés-Español y Español-Inglés -método 2-. En el apéndice 1 se presentan ambos experimentos y una muestra de los datos obtenidos.

    De estas aproximaciones resultan los siguientes porcentajes para cada esquema merológico básico:
 

    esquema     método 1 (dicc. monolingüe)     método 2 (WN + bilingües)
    parte-entidad

48 %

88%

    elemento-multiplicidad

35 %

9%

    materia-entidad

16 %

3 %

    TOTAL

100 %

100 %

Tabla IV.3: Porcentajes por tipo de esquema en experimentos
de extracción de relaciones meronímicas

    Pese a que los datos anteriores deben ser tomados con prevención debido al carácter de primera aproximación de los experimentos efectuados, parece claro que el tipo de esquema más común en el lenguaje (o como mínimo en la codificación del léxico en las fuentes utilizadas) es el parte-entidad; siendo con diferencia materia-entidad el esquema menos utilizado.

    Este último dato resulta extraño ya que parece evidente que cualquier entidad, o como mínimo cualquier entidad física, está hecha de algún tipo de materia. Sin embargo en muchos casos éste es considerado un tipo de conocimiento general sobreentendido que no es preciso reflejar en bases de conocimiento léxico. Por otra parte, también es común que este conocimiento no tenga reflejo léxico diferenciado, sino que se utiliza el mismo lexema para denotar una entidad y la materia de que se compone, mediante extensión de significado. Por ejemplo, el conocimiento común indica que [un espárrago] está hecho de [espárrago]; perteneciendo ulteriores precisiones relativas a composición a áreas de léxico especializado (p.e., en el caso del espárrago, botánica, biología).

    Por otra parte los bajos porcentajes en relaciones importadas en WordNet son achacables en gran medida, además, a la propia estructura de WordNet, en la que, al parecer se ha prestado poca atención a dicho tipo de relación.

    Los bajos porcentajes de elemento-multiplicidad pueden considerarse normales y un reflejo de la existencia de un menor número de tipos de conceptos relativos a entidades múltiples en relación al conjunto de masas y entidades no granulares.
 


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Climent S. (1999) Individuación e información Parte-Todo. Representación para el procesamiento computacional del lenguaje. Estudios de Lingüística Española (ELiEs).

ISSN: 1139-8736
Depósito Legal: B-8929-00