ISSN: 1139-8736
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Segunda parte: Aspectos teóricos
2. La comparación
2. 3. Como conjunción y como relativo
1. Aparece aquí un problema del que
han dado buena cuenta numerosos autores: descubrir la naturaleza de
como.
Las dos hipótesis más frecuentes son las del como
comparativo y las del como relativo.
A. Moreno Ayora (1992) define así la comparación
de igualdad mediante como:
"Son bastante numerosos los ejemplos en que la forma como sirve
para establecer una comparación entre dos realidades. Esa comparación,
además está interpretada a un mismo nivel jerárquico.
El hecho A se parece, se asemeja en muchas de sus cualidades o características
al hecho B. Ambos hechos se repiten con idénticas cualidades, aunque
no lleguen a identificarse en su totalidad (...). Esta equiparación
entre las dos circunstancias o los dos comportamientos, es la que queda
formulada sintácticamente mediante la forma como. Esta es,
además, una palabra que puede quedar sustituida en todos los casos
por la expresión equivalente "igual que".
L. Gómez Torrego (1985) opina que como
debe ser llamado
"adverbios conjuntivos, pues participan de las dos categorías:
como conjunciones, introducen proposiciones; como adverbios, desempeñan
la función de complemento circunstancial dentro de su proposición".
A. Bello (1988) de como dice:
"Adverbio relativo. No es necesario dar ejemplo de su significado
modal, que es el primitivo y propio, ni de los secundarios de causa, fin
o condición, que suele tomar a menudo. (...)"
Hácese conjunción ligando elementos análogos,
v. gr. «La naturaleza, como quien tiene necesidad, no reposa, sino
siempre está piando y suspirando por más»: líganse
naturaleza y el antecedente envuelto en quien. «Es laborioso como
pocos»: líganse él, tácito, y pocos. «Le
miran como padre»: líganse le y padre. (...)
J. Alcina y J.M. Blecua (1983). Sobre las construcciones
con como:
"Es uno de los relativos de más variado número de construcciones
por la riqueza de valores que llega a alcanzar, al perder su capacidad
pronominal de aludir a un antecedente. En la caracterización tradicional
de las construcciones con como, se mezcla la idea dominante de modo
con la igualación entre dos términos. Esto hace que no se
haya fijado un criterio concreto para distinguir entre las oraciones llamadas
por la Gram. Acad. adverbiales de modo y las adverbiales comparativas entre
las que figura igualmente un tipo de oraciones comparativas modales. En
esta exposición se entenderán como modales las que no valoren
un intensivo de la oración principal. Las restantes, involucradas
en esta mezcla de los conceptos de modo y de comparación, serán
llamadas valorativas, caracterizadas formalmente por la presencia de un
intensivo cuyo sentido desarrolla la construcción introducida por
como."
El Esbozo de una Nueva Gramática (RAE, 1978)
presenta las oraciones comparativas de la siguiente manera:
"Son aquellas en que expresamos el resultado de la comparación
de dos conceptos que, mirados desde el punto de vista del modo, cualidad
o cantidad de los mismos, se nos ofrecen como semejantes, iguales o desiguales
(...). Las comparativas de modo no deben confundirse con las adverbiales
de la misma denominación, aunque se les parezcan mucho. (...)"
(...)
Si la comparación de igualdad se refiere a la cualidad, empleamos
comúnmente la fórmula sintáctica tal...cual.
Si la comparación se refiere a la cantidad, usamos el sintagma tanto...cuanto.
En vez de cual y cuanto, puede emplearse también el
adverbio como, que puede sustituir a los dos (...)."
Nosotros partimos de la idea de que el como
comparativo es una conjunción y como tal es substituible por igual
que:
1. Luis es guapo como Job.
Luis es guapo igual que Job.
2. Luis tiene dinero como su padre.
Luis tiene dinero igual que su padre.
3. Luis duerme como un lirón.
Luis duerme igual que un lirón.
En los tres ejemplos, podemos anteponer los segmentos.
El como comparativo no ejerce función,
sin embargo conlleva toda la carga semántica de la comparación.
Es él quien introduce la noción de grado. No creemos que
el eje de graduación se centre en el intensivo. En Gutiérrez
Ordóñez (94), el autor considera que "la niña es tan
guapa como su madre" es comparativa, mientras que "la niña es guapa
como su madre" es modal. "El comportamiento -citamos- del transpositor
muestra diferencias. Dado que el como comparativo no es anafórico
ni ejerce función, permite la presencia dentro del segundo segmento
de magnitudes gemelas al término intensificado". De ahí que,
siga el autor, "la niña es guapa como su madre >
*la niña es guapa como fea su madre".
Sigue Gutiérrez Ordóñez, "las
estructuras del tipo la niña es guapa como su madre mantienen
otra diferencia respecto a las comparativas. No permiten la presencia de
comparativas relativas:
Es tan guapa como lo guapa que es mamá.
?Es guapa como lo guapa que es mamá.
Se refiere aquí a relativo sin antecedente
en función de aditamento (con verbo elidido). Aunque más
adelante, ofrece una segunda posibilidad "si se da prioridad a la existencia
de rasgos como el paralelismo entre los dos segmentos y la existencia obligada
de elipsis, habría que defender que son comparativas con un alto
grado de reducciones:
La niña es tan alta como su madre.
La niña es Æ alta como su
madre.
La niña es Æ Æ
como su madre.
Este es el camino que decidimos defender. Para ello
creemos necesario llevar a cabo un enfoque distinto basado en la diferenciación
entre verbos plenos y los llamados copulativos y pseudocopulativos.
Consideremos los siguientes ejemplos:
Verbos copulativos
1. Luis está tan rojo como una amapola.
2. Luis se puso tan rojo como una amapola.
1a. Luis está Æ rojo como
una amapola.
2a. Luis se puso Æ rojo como una
amapola.
1b. Luis está Æ Æ
como una amapola
2b. Luis se puso Æ Æ
como una amapola.
En 1., a la constatación de estar añadimos
una valoración en la que comparamos el rojo del rostro de Luis con
el color rojo de las amapolas. En 1a., a la constatación
de estar añadimos la valoración de rojo como una amapola.
Perdemos el intensivo tan, sin embargo no parece que semánticamente
haya variación alguna de significado entre "tan rojo como C "y "rojo
como C", puesto que de ambos se deduce, "estar muy rojo". En 1b.,
a la constatación de estar añadimos "como una amapola"
y puesto que presuponemos que el oyente sabe cómo es una amapola,
estamos entonces diciendo rojo.
La cesura no debe hacerse entre los segmentos "estar
rojo" y "como una amapola", sino "estar" y "rojo como una amapola".
Veamos otro ejemplo:
1. Luis es tan pesado como un disco rayado.
1a. Luis es pesado como un disco rayado.
1b. Luis es como un disco rayado.
El análisis es exactamente el mismo que con estar
o ponerse. Lo que nos lleva a ratificar que como C tiene
valor adverbial (Luis es pesado de narices, hasta decir basta) y
que el adjetivo forma parte de lo que tradicionalmente se ha venido llamando
segundo segmento de ahí la imposibilidad de decir *Luis es de
narices.
Con verbos plenos:
1. Luis duerme como un ángel.
2. Luis canta como Juan.
1a. Luis duerme tanto como un ángel.
2a. Luis canta tanto como Juan.
1b. Luis duerme igual que un ángel.
1c. Luis canta igual que Juan.
Si formulamos la pregunta ¿Cómo duerme
Luis?:
? Como un ángel
* Tanto como un ángel.
? Igual que un ángel.
Está claro que ese "cómo" interrogativo
pregunta por el modo o la manera. Con la pregunta ¿Ha dormido
bien Luis? Si podemos obtener Como un ángel, Igual que un
ángel y en ningún caso Tanto como un ángel
puesto que la presencia del intensivo modifica el significado de la frase
y se refiere a la cantidad.
¿Cómo canta Luis?
Como Juan.
* Tanto como Juan.
Igual que Juan.
Resultados diferentes para estructuras similares. Podíamos
pensar que el elemento catalizado en los ejemplos es distinto:
Luis duerme como un ángel duerme.
Luis canta como Juan canta.
Se trata de la misma solución que con los verbos
copulativos: Luis duerme como un ángel responde a una estructura
de tipo N0 + V como C, mientras que Luis canta como
Juan, responde a una estructura N0 + V + como C.
De ahí que a la pregunta ¿Cómo duerme Luis?
la respuesta "como un ángel" sea inapropiada y sin embargo "duerme
como un ángel" correcta.
Por eso consideramos que no se trata de valorar como
como un relativo sino de presentar otra estructuración en la frase.
2. Tanto los lingüistas que defienden
la teoría de "como-relativo" igual que los que consideran "como-conjunción",
basan sus hipótesis en la catalización de los elementos elididos,
puesto que parece que sólo ellos tengan la solución a este
dilema.
Las frases Luis canta tanto como baila y Luis
tiene tantas cartas como sobres no pueden fraccionarse en dos segmentos
sin que el resultado sea inaceptable:
Luis canta tanto/Luis tiene tantas cartas.
*como baila/*como sobres.
La secuencia es operativa pero se asemeja más
a una frase exclamativa o consecutiva con entonación ascendente
y alargamiento del intensivo.
Los relativos se caracterizan por reproducir, en
la medida de lo posible, las características morfológicas
de género y número de su antecedente. Son transpositores
de enunciados con funciones de rango inferior. Independientemente de su
papel de transpositor, desempeñan una función propia en la
frase transpuesta. Pueden llevar omiso el antecedente. En el caso de como,
adverbio relativo, cumple la función de adyacente circunstancial
dentro de la oración que transpone.
Luis canta tanto como (Luis) baila.
Luis tiene tantas cartas como (Luis tiene) sobres.
En estos dos ejemplos no vemos aparecer ninguna de las
características arriba enumeradas. Considerar que hay relativización
sólo porque se repite un elemento del primer segmento no nos parece
suficiente para defender esta postura.
Para J. A. Martínez (1983)
"la construcción comparativa consta de una oración,
uno de cuyos componentes (más, menos, etc.) funciona como núcleo
de una oración transpuesta. Presenta dos variantes principales:
una en que la oración (elíptica) está transpuesta
por el /que2/ "comparativo"; y otra, en que la oración (sin elipsis)
se somete a una triple transposición: adjetivada por el /que2/,
se sustantiva mediante el artículo. Artículo + /que2/ es
una combinación necesaria para expresar la significación
cuantitativa que sirva de norma o patrón de la medición comparativa.
En esta segunda variante, el segmento encabezado por lo que, el
que, la que, etc. es funcionalmente un sustantivo o quizá un
adverbio de cantidad; en cualquier caso, para ser adyacente de más,
menos, etc. necesita de una preposición que lo transponga. Que
ésta sea la preposición de, y no otra, quizá
se deba a la analogía con otras construcciones que muchos consideran
igualmente comparativas (e.g. Pedro pesa más de sesenta kilos -su
analogía con otras ya consideradas salta a la vista Pedro pesa más
de lo que pesa su padre; Pedro pesa tres kilos más de lo que pesa
su padre)."
Antes de hacer este resumen, el autor ha puntualizado:
"Dado que el como de las comparativas de igualdad, aun siendo
adverbio relativo, jamás puede confundirse con un /que2/ relativo,
no hay razón para que se desarrolle una construcción con
de "comparativo" (e.g. He leído tantos libros como leíste
tú; Ahora compro tantos libros como leo)".
Partamos de estos dos últimos ejemplos:
1. He leído tantos libros como leíste tú.
2. Ahora compro tantos libros como leo.
Catalizamos N1,
1a. He leído tantos libros como libros leíste
tú.
2a. Ahora compro tantos libros como libros leo.
[Relativización N1]
1b. He leído tantos libros como los que leíste tú.
2b. Ahora compro tantos libros como los que leo.
Observamos que los elementos reintroducidos (libros)
en los dos ejemplos, a pesar de estar representados por la misma palabra,
no se refieren al mismo objeto de la comparación. En segundo lugar,
si como efectivamente fuera un adverbio relativo, ocuparía
ya la función de circunstancial y sería transpositor de libros,
mientras que observamos que ni es transpositor, ni satura la función
del relativo.
[como=: igual que]
1c. He leído tantos libros igual que leíste tú.
2c. Ahora compro tantos libros igual que leo.
Sáez del Álamo (1999), al analizar el
ejemplo Juan compró menos libros que esos, habla de partícula
comparativa que, seguida de un sintagma nominal con referencia cuantitativa.
En Compré tantos libros como (los que) me habías pedido,
ni uno más, dice el autor:
"La partícula comparativa como de las comparativas
de igualdad también puede preceder a un sintagma nominal con referencia
cuantitativa, sin que se adviertan diferencias semánticas cuando
la secuencia los que se omite."
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