Estudios de Lingüística del Español (ELiEs)
Cortesía y descortesía: teoría y praxis de un sistema de significación / Alexandra Álvarez Muro


5.2.1 Velos de la información

La creación de nexos emocionales es particularmente característica de los habitantes de la ciudad de Caracas quienes, hasta en los más simples intercambios de servicios, parecen aludir a su condición de conocidos, de gente del mismo lugar. Esto lo logran ocultando información o dándola por conocida, como en el fragmento siguiente que responde a una pregunta del encuestador: ¿Cómo conociste a la que fue tu esposa?75, que recoge una pequeña historia de amor en la que un joven de 25 años (del grupo socioeconómico bajo) cuenta cómo conquistó a quien había sido novia de su hermano. Veremos algunos elementos que tienden, en la comunidad capitalina, a generar la sensación de que se está 'entre amigos' aún cuando muchas veces los hablantes acaban de conocerse.

Algunas estrategias llevan, antes que comunicar, a ocultar información. Me refiero a un uso de partículas deícticas que, antes de referirse a propiedades del contexto extralingüístico de la oración en la que ocurren, son más bien formas globalizadoras que parecen servir de velo a aquello que parecen señalar. Ya habíamos visto antes la evasión de la fuerza ilocutiva cuando el receptor hace caso omiso de la intención de un acto ilocutivo que lo incomoda. Veíamos que se utilizaba la risa, o la alusión del desconocimiento. Briz (1998: 144) contempla como atenuante eufemístico o bien la omisión de una palabra o la omisión de algunos de sus fonemas, dejándola incompleta (Es un..., vete a la m...).

En la historia que nos ocupa, una información velada es la implicación de traición al hermano, cuando dice el informante: Yo, siendo el hermano del...del hermano mío, bueno, yo me sentía raro porque... bueno, el hermano mío es muy chévere. La alusión solapada que se hace del problema central arroja un manto de oscuridad sobre el conflicto que se relaciona, o bien con la incomodidad que le ocasiona al mismo hablante, o bien con la intención de no incomodar al oyente de la historia, en este caso al investigador. He aquí , en (150), el relato:76

(150) Enc: ¿y...y cómo conociste a la que fue tu esposa?77 ...
Inf :/// bueno // esa es una historia ///bueno .. está bien ..te la voy a contar /// esa era / la novia del hermano mío //el segun .. el tercer hermano mío // estaban empatados /// ella estudiaba en el liceo / en Montalbán /// no me acuerdo el nombre en estos momentos // Lola Fuenmayor como que era /// resultó que ellos terminaron /// entonces ..un día nos pusimos hablar ella y yo //bueno / como yo no sabía que habían terminado ni nada ///ella me decía a mí que el hermano mío le hablaba / puro de beisbol // es que tu hermano me habla a mi de puro de pelota y eso de pelota porque /sinceramente eso a mí no me gusta // Digo vale / yo tampoco soy así ¿no?// porque a mí me gusta la música / o sea / me gusta más la música /// bueno empezamos a hablar // sacamos diferentes conversaciones /hasta que bueno..que llegó el día en que.. nos empatamos /// bueno que pasé varios sustos por eso // un día llegó el papá y bueno /nos sorprendió / bueno hablando // y bueno / yo me sorprendí / que bueno /// entonces un día / llegó a su casa a las / once de la noche // entonces ¿de dónde viene usted? y bueno /// entonces /el papá pensó que yo estaba haciendo algo malo ///y entonces / bueno / y entonces / bueno // ahí nos quedamos /y bueno /// sencillamente // pasó lo que pasó // y bueno /// (C115219)

También la afirmación del informante: Vale yo... yo tampoco soy así, ¿no?, porque a mí me gusta la música, o sea, me gusta más la música, se refiere a una manera de ser conocida por ambos personajes del relato, pero que no debería quedarle clara al encuestador, puesto que anteriormente se ha hecho referencia solamente al tema de conversación entre el hermano, el anterior novio, y la joven: Bueno, que ella me decía a mí que el hermano mío le hablaba puro de béisbol: "No, es que tu hermano me habla a mí de puro de pelota y eso de pelota porque... sinceramente, eso a mí no me gusta". Esta afirmación no describe necesariamente una forma de ser, sino más bien la preferencia de la joven por un tema de conversación.

Un uso similar se encuentra más adelante cuando cuenta: Y bueno, entonces seguimos así, hasta que, bueno, hablé con el papá. En este caso, el marcador parece referir a la afirmación anterior nos empatamos, ('nos ennoviamos') pero no permite que el oyente se haga una idea demasiado clara del valor de los acontecimientos. Más adelante, cuando afirma: Bueno, que pasé varios sustos por eso, el pronombre parece referirse globalmente a la relación entre el hablante y su novia; el hecho de que estén "empatados", como se repite luego: Bueno, como decía que yo también tenía un niño fuera de eso, bueno... Aquí el deíctico señala una situación decididamente no transparente, pues no se sabe si se refiere a la relación entre los jóvenes o a la institución del matrimonio.

Merece interés el uso de eufemismos, como por ejemplo hablar, por 'cortejar' en algunos pasajes de la narración, como en: entonces un día nos pusimos a hablar ella y yo; bueno, nos sorprendió, bueno hablando [...]. Mientras tanto, en otras frases se observa el uso del sentido recto del verbo, 'expresar el pensamiento' 'conversar': Bueno, que ella me decía a mí que el hermano mío le hablaba puro de béisbol. O en entonces empezamos a hablar, sacamos diferentes conversaciones hasta que, bueno que llegó el día en que... nos empatamos. No se trata de usos nuevos. El juego que hace nuestro hablante con las dos acepciones del verbo ya se encuentra en el Caballero Zifar (cf. De Stefano 1972):

"e en pasando por la calle, estaba a una puerta una dueña muy famosa, mucho más que su señora, pero que era amada de muchos e non se pudo tener que la oviese a fablar e dixo así: Señora, ¿podría ser que yo fablase conbosco aparte? ... e fincó con ella una gran pieça fablando".

Se da una sensación de comunión o enganche cuando los hablantes parecen tener un conocimiento compartido. A esto contribuyen lo que Domínguez (2003b) llama marcadores de (in)conclusión, como ni nada / y bueno78. Según Domínguez (2003b: 212) estos marcadores solicitan del interlocutor que elabore las implicaciones de lo dicho y que complete lo comenzado por el hablante apoyándose en un conocimiento del mundo aparentemente compartido. Ella lo explica así:

El término (in)conclusión se explica entonces así: por una parte, el marcador cierra la secuencia lineal del mensaje que se considera completado de esta manera: por la otra, deja abierta, inconclusa, la secuencia que se deriva (o se puede derivar) de lo dicho (Domínguez 2003b: 213).

En este sentido es indiscutible que la cantidad de contexto compartido es, en la comunicación familiar, inversamente proporcional a la información que debe hacerse explícita. En palabras de Tyler, el significado se encuentra, sobre todo "en el silencio resonante de lo no dicho" (in the resonating silence of the unsaid) (Tyler 1978:465, en Tannen 1984:24)

Tannen (1984) habla, en este sentido, de un estilo altamente participativo (high involvement style). Cabe señalar que la autora aplica este concepto a rasgos que aparecen en una conversación entre amigos, lo que no es el caso aquí, donde la sensación de intimidad parece ser una creación discursiva que no surge de la existencia real de una masa de información compartida. Lo curioso del texto aquí analizado es que se produce entre hablantes que no se conocían79. Asimismo puede añadirse que el fragmento de narrativa en cuestión se encuentra al comienzo de la grabación, por lo que puede decirse que el conocimiento compartido que existe entre encuestador e informante es, en este punto, realmente reducido.

Generalmente se considera el contexto situacional como un desencadenante del estilo y de cierto tipo de código. Así, el habla informal parece propia de las situaciones familiares o amistosas, mientras que el habla más formal responde a situaciones de mayor distancia social. Givón (1979) postula que al existir un contexto inmediato, esto es, un contexto situacional común, puede desarrollarse un modo de comunicación que él llama pragmático, que es más informal, menos planificado, más repetitivo, propio de los registros informales, del habla infantil y de las lenguas criollas. A este contexto situacional podríamos añadir un contexto pragmático general compartido compuesto por una serie de presuposiciones que tienen los hablantes sobre el universo y sobre sí mismos.

Los hablantes del corpus del cual proviene el pasaje estudiado comparten un mismo contexto situacional. Además del entorno físico que los rodea, hay entre los participantes de estos eventos comunicacionales un conocimiento general compartido, es decir, una competencia comunicacional más o menos equivalente. Sin embargo, esto no significa que exista algún tipo de intimidad.

Pero no siempre se considera el contexto como algo que "rodea" a los hablantes. Erickson y Schulz (1977), interesados en la interacción entre el contexto y el habla, sostienen que el contexto es algo dinámico, generado socialmente y mantenido en la interacción cara a cara. De esta manera, cambia constantemente según la posición de los participantes, sus acciones, etc. El contexto es una entidad susceptible de cambio, dado que a medida que el discurso se desarrolla, el fondo cognitivo se modifica: bajo la acción de los contenidos proposicionales introducidos de vez en vez, las informaciones preexistentes se amplían, se cancelan, se integran, se convierten en conocimientos recíprocos. Entre el texto y el contexto parece darse una relación de tal modo dinámica que, en el pasaje citado, no es el contexto el generador del texto, sino que ambos se van determinando y permiten que la sensación de intimidad se produzca en el texto mismo.

Puede decirse que la afectividad se usa, en este texto, para crear una identidad común entre hablante y oyente y lograr la comprensión de un relato por lo demás peligroso para la identidad del enunciador. Todo da para pensar que el joven le ha quitado la novia al hermano y, además, que se ha conducido inapropiadamente con la muchacha, sobre todo porque él ya tiene un hijo de otra pareja. La narración es una pequeña historia de vida donde el narrador se forja una identidad favorable por medio de la complicidad que genera en el oyente. Para Gumperz, la comunión conversacional es la base de la comprensión:

Comprender presupone empatía conversacional. Una teoría general de las estrategias discursivas debe entonces comenzar por especificar el conocimiento lingüístico y sociocultural que ha de compartirse para mantener la empatía conversacional, y luego ocuparse de lo que se trata: de la naturaleza de la inferencia conversacional responsable de la especifidad de la interpretación cultural, subcultural y situacional. (Gumperz 1982: 2-3).

Para Tannen (1989: 12), la conversación es una producción conjunta (a joint production). Esto se debe a que el oyente tiene una función activa en la interpretación y construcción del discurso. La familiaridad es una de las estrategias que "manda un metamensaje de comunión (rapport) entre quienes se comunican, lo que les lleva a sentir que comparten convenciones comunicativas y viven en el mismo mundo discursivo” (Bateson 1972 en Tannen 1989).

Si la afectividad (involvement) es la base de la comprensión, no es raro que sea una estrategia usada en la cortesía que, como definimos al principio, debe ser una comunicación lograda.




Notas

75 Se estudia más ampliamente en Álvarez (1993)
76 El relato pertenece al Estudio Sociolingüístico de Caracas (1977) dirigido por Paola Bentivoglio y Mercedes Sedano.
77 Hemos trascrito el texto según las recomendaciones de Cortés Rodríguez (2002)
78 Domínguez no cita expresamente y bueno como un marcador de este tipo, pero creo que puede considerarse como tal.
79 En este tipo de entrevistas, los participantes se ven por primera vez durante estas conversaciones (cf. Domínguez 1996).





Estudios de Lingüística del Español (ELiEs), vol. 25 (2007)   
 ISSN: 1139-8736