Estudios de Lingüística del Español (ELiEs)
Cortesía y descortesía: teoría y praxis de un sistema de significación / Alexandra Álvarez Muro


4.2 El gusto

Hemos dicho que el poder en el discurso remite a rasgos relacionados con el contenido de lo que se dice o hace, las relaciones sociales de las personas que participan en el discurso y con los sujetos que representan50. Estos rasgos tienen la función de cohesionar al grupo y de protegerlo de los extraños, unificar y separar, construir la actitud de pertenencia al grupo, o lo que Fishman (1972) llama “autoidentificación contrastiva” (contrastive self-identification) (cf. Fasold 1984:15).

También para Fairclough y Wodak (2000: 392-393) la ideología está ligada a la construcción de la identidad grupal; pero estos rasgos no solamente representan a los grupos, sino que tienen la función de estratificar a la sociedad y crear los límites que unifican a los grupos y los distinguen de los demás. Eso corresponde también con la creación de las funciones de estatus. A partir de la conciencia que tienen de las normas lingüísticas y conversacionales, los hablantes fabrican una imagen de esas normas y por consiguiente un discurso de la norma de la oralidad y se construyen, a partir de ahí, como hablantes cultos con funciones sociales determinadas (Barros, 1997:35). Fairclough y Wodak (2000), sostienen que las construcciones de la identidad que están vinculadas con el poder son también procesos ideológicos claves. Es por ello que la ideología es un proceso que articula representaciones particulares de la realidad y construcciones particulares de la identidad, especialmente la identidad colectiva de grupos y comunidades.

Eelen (2001) concibe la idea moralista de la cortesía como ideología porque los asuntos del bien y el mal, la justicia, la igualdad y la integridad de la persona individual se reúnen bajo esta etiqueta. Estas normas se interpretan como máximas morales; de modo que la cortesía, en el nivel cotidiano, viene a ser un sistema de normas morales.

Como vimos al principio, la ideología trasciende la visión cotidiana de la cortesía y contagia también a la teoría sobre la cortesía. Sus normas pasan a ser máximas morales dentro del Principio de Cortesía de Leech (1983), porque se basan en la creencia de que el comportamiento social de un individuo debe llenar las expectativas de respetabilidad, modestia, calidez y refinamiento (Eelen 2001). Ello sucede porque las teorías de la cortesía conceden prioridad a lo social sobre lo individual, a la acción normativa y a la resistencia al cambio. La cortesía es, para Eelen (2001), variable, evaluativa, argumentativa y discursiva.

En este mismo sentido, la noción de habitus de Bourdieu (1979: 72) busca un balance mayor entre el individuo y la sociedad, lo que se facilitaría estudiando los procesos más que los productos; supone que lo social/cultural es el resultado de la interacción social y no lo contrario. Sin embargo, también las teorías consideran la cortesía como lo apropiado, sin analizar quién determina lo que es apropiado; afirman que las normas de cortesía son compartidas por todos, no se acepta la variación en la cortesía, aun cuando quienes no siguen sus normas son excluidos socialmente, considerados retrasados o anormales.




Notas

50 Según Siever (2001:101) representación (Darstellung) se refiere al contenido, expresión (Ausdruck) a las intenciones y lo conativo (Apell), a las relaciones; el significado de la representación a lo dicho; de la expresión al sentido; y las relaciones, a la manera.





Estudios de Lingüística del Español (ELiEs), vol. 25 (2007)   
 ISSN: 1139-8736