Estudios de Lingüística del Español (ELiEs) |
Cortesía y descortesía: teoría y praxis de un sistema de significación / Alexandra Álvarez Muro |
1.3 Las teorías
El estudio teórico de la cortesía se encuentra, como dijimos anteriormente, en un nivel distinto al de las ideas que sobre el tema tienen los miembros del grupo social, tanto en la opinión popular, en la actividad cotidiana, como en las normas contenidas en los manuales. El nivel de las teorías científicas constituye un segundo nivel, que ha sido llamado Politeness2 o P2, y se define como "una noción más técnica, que solo puede obtener su valor dentro de una teoría general de la interacción social" (Watts et al 1992:3)13.
El estudio de la cortesía debe diferenciarse entonces de la concepción popular de la misma (Eelen 2001); en este sentido, la concepción científica del fenómeno social de la cortesía debería prescindir de la evaluación, poniéndose la búsqueda objetiva por encima de la discusión sobre lo que es cortés y lo descortés, y de la distinción evaluativa que ello implica. Ehlich (1992: 73) subraya que los conceptos de cortesía son parte integral de la cortesía misma, de su historia, su evolución, su desarrollo y su implementación; es por ello que la conceptualización de la cortesía desarrollada en la investigación científica debería distinguirse del fenómeno de la cortesía y los conceptos de cortesía que existen en una sociedad.
La crítica de Eelen (2001) se centra en que las teorías sobre la cortesía suelen no tomar en cuenta el comportamiento descortés porque, en estos trabajos, cuando se menciona este comportamiento, se lo asocia con una carencia de cortesía, implicando que la descortesía es la ausencia de la primera. El foco de las teorías está en el comportamiento cortés, esto es, en el lado cortés de la distinción; sin embargo, siendo ambos, lados de la misma moneda, habría que estudiar también la descortesía. Para ello, hay que centrarse en la percepción del comportamiento y no solo en su producción.
Según Eelen, la teoría sobre la cortesía o P1 comprende, por una parte, una acción y, por la otra, un lado conceptual. Esta acción puede ser i) expresiva, cuando está codificada en el habla y cuando el emisor tiende por lo tanto hacia un comportamiento cortés, usa términos de cortesía, expresiones formularias, etc. ii) clasificadora, cuando se usa la cortesía como instrumento de categorización, en este caso engloba las evaluaciones de otras personas como corteses o no corteses; iii) metapragmática, cuando cubre instancias de habla sobre la cortesía como concepto, esto es, cuando la gente la define (2001: 35)
En estos trabajos, para Eelen (2001), el receptor está ausente de los modelos teóricos porque se supone que es el emisor quien trata de lograr algo, pero hay que tener en cuenta que la evaluación depende del oyente y no del hablante (p. 104). La mayoría de las teorías se centran en el hecho de que la cortesía busca evitar el conflicto y que a la vez es un medio de indexación social, porque el comportamiento cortés de una persona dependería de su posición social y de su relación social con el oyente (Eelen 2001).
En los trabajos sobre el tema, se estudia frecuentemente los actos de habla en sí mismos y no su percepción por parte del oyente, mientras que el hablante, cuando actúa, trata manipular la evaluación de éste, de quien depende todo el éxito de su propia actividad (p. 111). En todo caso, la misma teoría, con los mismos instrumentos, debería ser capaz de abarcar tanto cortesía como descortesía (p.112). Eelen recomienda distanciarse de los manuales y considerarlos como normas y no como abstracciones.
Las teorías anglosajonas de la cortesía conservan, para Eelen (2001) los rasgos de evaluación que corresponden a la concepción cotidiana de la cortesía. Al no tomar en cuenta al receptor y quedarse en la producción de la cortesía, se quedarían en el nivel de quienes participan de la cortesía (P1) y no se elevan al nivel teórico (P2)14.
El hablante busca dirigir la evaluación del oyente en cierta dirección, pero que lo logre o no depende ultimadamente del oyente […] El reconocimiento de la importancia del momento evaluativo lleva a un punto de vista donde la cortesía y la descortesía resultan ambas del acto de evaluación del oyente. Debido a que ambas residen en el juicio evaluativo del oyente, más que en el comportamiento del hablante, ambas pueden capturarse a través de los mismos instrumentos conceptuales (p. 111-112).
Notas
13 "a more technical notion which can only have a value within an overall theory of social interaction".Estudios de Lingüística del Español (ELiEs), vol. 25 (2007) | ISSN: 1139-8736 |