Estudios de Lingüística del Español (ELiEs)
Re(d)escritos: prensa, teatro, novelas digitales… / Elena Carpi


1.2 Internet y escritura: ¿obra abierta?

A lo largo de la historia10, los cambios tecnológicos influyen de manera inevitable en la escritura: el ordenador transforma el texto en un objeto que puede ser manipulado, revisado y re(d)escrito o manoseado como una vasija entre las manos de un alfarero. Permite, además, añadir conceptos derivados de aproximaciones sucesivas siguiendo el flujo del pensamiento, que pasa de la fase de brainstorming a la de decantación y ordenación de los conceptos. Análogas modificaciones afectan al acto de leer: la lectura en la pantalla, siendo aún, por motivos tecnológicos, agotadora, se transforma en una operación de escanerización, puesto que, como es sabido, ni se leen todas las palabras, ni se terminan las frases si no presentan conceptos interesantes para el lector11.

En las lecciones preparadas para las Norton Lectures, que Calvino habría dictado en Harvard en 1985, publicadas póstumas en 1988, el escritor italiano identificaba los valores literarios a conservar para el tercer milenio con seis paradigmáticas calidades: lightness, quickness, exactitude, visibility, multiplicity, consistency. Dos años después, hablando de las características de la interacción digital, Nielsen utilizaba el término “usability”, criterio que distingue las más eficaces formas de comunicación en la Red, que: “no dependen de cuál está de moda en cierto momento sino de cuál es más “usable” para los objetivos de comunicación.” (Nielsen, 2000, p. 4). La usability corresponde, de hecho, a la gramática y a la sintaxis de una página web, y permite elegir la manera heurísticamente más adecuada para que un sitio logre atraer durante el mayor tiempo posible un usuario y llegue a ser expresivo.

A la hora de describir los rasgos de la escritura en línea, la convergencia de ideas entre dos autores tan lejanos en formación y cultura, puede brindar a la reflexión crítica valiosas sugerencias. Cuando se habla de las consecuencias del uso generalizado de los ordenadores y de Internet, se acentúan, a menudo, las características negativas: la pureza de las lenguas nacionales estaría amenazada y el mismo inglés12, lengua dominante en la Red, sufriría estragos debidos a un uso masivo e indiscriminado del idioma por parte de hablantes incorrectos. La cultura humanística peligraría, porque la lectura y la escritura, consideradas actividades que necesitan reflexión, no podrían tener la rapidez y el atractivo de los medios audiovisuales digitales13. En efecto, las lenguas utilizadas en línea experimentan profundas modificaciones en la habilidad de lectura14 y de escritura así como evidentes cambios gráficos, y muestran marcadas preferencias por algunas estructuras gramaticales y sintácticas15. Se encuentran casi exclusivamente actos de habla expositivos y argumentaciones: si, además, se toma en consideración el concepto searliano de finalidad ilocutoria, se notará que aserciones, explicaciones y descripciones, denominados actos representativos, adquieren calidades distintas de las que tienen normalmente, puesto que la Red no garantiza el empeño del hablante en decir la verdad. Asimismo, se notan modificaciones en la aplicación de las máximas griceanas: el valor central del anonimato en Internet contradice de pleno la máxima de calidad que dicta: “Intenta contribuir con información verídica, y particularmente: 1) no digas lo que consideres falso, 2) no digas nada que no se pueda comprobar”.

El contraste virtual/real resulta falaz, al igual que el establecido entre herramientas digitales y libros: los ordenadores e Internet no provocan la muerte de la fabulación, ni de los géneros literarios o de los diferentes registros de escritura; al contrario, les proporcionan nuevas posibilidades expresivas que nacen de la interactividad, realizando sueños y posiciones teóricas de escritores y lingüistas que, a su aparecer, fueron acogidas con reacciones escépticas, irónicas o asombradas. En Opera Aperta (1962), Umberto Eco hablaba de la cultura de los primeros años 60 como de un marco en el que las reglas definidas empezaban a sustituirse “[…] Procesos en los cuales, en vez de una secuencia unívoca y necesaria de eventos, se establece un marco de probabilidad, una ambigüedad de situación tal, que pueda estimular elecciones operativas o interpretativas cada vez diferentes. (1962, p. 95)”. La “dialéctica entre forma y posibilidad de significaciones múltiplas” en las obras poéticas abogaba por “un sistema que ya no es el de la lengua en que se expresa, pero tampoco el de una lengua que no existe: introduce módulos de desorden organizado dentro de un sistema para aumentar sus posibilidades de información.” (1962, p. 118). Como recuerda el mismo Eco (1962, p. 47-49), Mallarmé había teorizado la necesidad de la creación de un libro compuesto de hojas sueltas, que se podrían combinar de manera que el discurso tuviera siempre sentido, obra abierta, “obra en movimientoante litteram (Eco, 1962, p. 47). Aunque pueda parecer una afirmación iconoclasta, la Red, compuesta de enlaces que conectan páginas distintas y formada de fragmentos a los que los motores de búsqueda dan unidad así como la palabra escrita en la Red - completada y re(d)escrita por autores intercambiables - representan posibles realizaciones del sueño del poeta Mallarmé. El hecho de que la escritura y los géneros digitales se abran a la interacción con el receptor modifica, como se verá más adelante, el significado mismo de la palabra 'autor', y permite el desarrollo de los sistemas tradicionales16 en metagéneros17: toda nueva taxonomía creada para describirlos habrá de tener en cuenta la relación entre los contenidos poéticos tradicionales y la novedad del soporte.

La prosa de la Red posee todas las características que Calvino deseaba que se conservaran en el nuevo milenio18: para ser comunicativa la palabra digital debe ser ligera, sencilla pero no obvia, comprensible pero no simple. Su ligereza debe tener consistencia: cada secuencia de letras debe expresar conceptos, ahondar en el significado, justamente a causa de la rapidez de lectura, y ser exacta, evitar juegos de palabras y artificios retóricos que a menudo obscurecen la verdad. Debe ser visible y múltiple, atraer al lector con los medios que le son propios - colores, imágenes, enlaces - transformándose así en hipertexto, compuesto cuyo prefijo significa a la vez 'superioridad' y 'exceso'.

Hablando de Internet, se destaca habitualmente el chocante nacimiento de una “nueva oralidad” (Millán, 2001, p. 14), haciendo sobre todo hincapié en la mezcla de los registros escrito-oral, pero se habla muy poco de la existencia de una tipología escrita y literaria que evoluciona a partir de la tradicional. El propósito de este capítulo es reflexionar sobre dicha metamórfosis, de averiguar cómo, con un soporte distinto, los sistemas tradicionales se re(d)escriben como metagéneros, caracterizados por el anonimato, la rapidez y la interactividad.




Notas

10 En el pasado, la invención de la imprenta, la modificación de las cajas de caracteres, el peso de la composición manual al offset, han supuesto otros tantos cambios en la manera de escribir.
11 Varios escritores han hablado del acto de leer como de una operación fragmentaria: en su decálogo Pennac (1992, p. 116) reclama para el lector el derecho de no leer, de saltarse las páginas, de no acabar un libro, de leer en cualquier sitio, de “picar”. En Calvino (1979, p. 256) se encuentra la siguiente descripción del acto de leer: “La lectura es una operación discontinua y fragmentaria. Mejor dicho: el objeto de la lectura es una materia polvorizada que tiene forma de punto. En la impetuosa extensión de la escritura la atención del lector distingue segmentos mínimos, uniones de palabras, metáforas, nexos sintácticos, pasajes lógicos, peculiaridades léxicas que revelan una densidad de significación extremadamente concentrada.” (La traducción es mía).
12 Acerca de este sujeto cf. Bayley (1998), Lan (2002) y Posteguillo (2002).
13 Contrariamente a lo afirmado en Crystal (2001).
14 El fenómeno es tan evidente que representa una base de reflexión para aplicaciones didácticas. Cf. Desoutter (2000).
15 Por ejemplo las formas activas verbales.
16 Entre otros, Shepherd & Watters, 1998; Posteguillo, 2002.
17 Utilizo el prefijo meta, con el significado etimológico de derivación, transformación, así como se encuentra en 'metamórfosis', 'metempsicosis', 'metafísica'.
18 Cf. también Carrada (2000).




Estudios de Lingüística del Español (ELiEs), vol. 24 (2006)   
 ISSN: 1139-8736