ISSN: 1139-8736


7. La gradabilidad en la antonimia léxica

El criterio de gradabilidad nos introduce en el estudio del comportamiento de las escalas graduables33 en las que se incluyen determinados pares de antónimos. El concepto de escala graduable alude a un tipo de estructuración en el que caben distintos valores derivados de juicios objetivos o subjetivos representados mediante segmentaciones arbitrarias dentro de un continuo sustancial y recubiertos por unidades discretas que mantienen relaciones de equipolencia. La importancia de esta pauta de comportamiento reside en que es la más utilizada desde un punto de vista estrictamente lingüístico en la delimitación de los tipos de antónimos, hasta el punto que algunos reservan el término antonimia para los pares léxicos sujetos a la propiedad de la gradabilidad.

Apelando, en principio, a este criterio distinguiremos entre antónimos graduables, es decir los que pueden ubicarse en escalas de valoración, y antónimos no graduables, es decir, los ajenos a este tipo de comportamiento.

No obstante, la inclusión de numerosos pares de antónimos, sobre todo adjetivales y deadjetivales, en el primer grupo no implica un comportamiento semejante en todos ellos. De hecho, encontramos subclasificaciones de este extenso conjunto de pares, como la elaborada por D. A. Cruse (cf. esp. 1986: 206-214), basada en las propiedades semánticas de los adjetivos ingleses en enunciados neutros y comparativos34.

Por nuestra parte, queremos destacar los siguientes hechos comunes a la antonimia graduable:

De la combinación de las anteriores pautas de funcionamiento se obtienen distintos tipos de antonimia graduable.

En primer lugar, es necesario delimitar aquellos pares en los que ambas unidades pueden ubicarse en una escala graduable, de aquéllos en los que sólo uno de los miembros es graduable dentro de una escala relativa. Denominaremos a este último tipo antonimia graduable asimétrica, por mostrar las unidades afectadas por la antonimia un funcionamiento escalar asimétrico, de manera que desde una perspectiva lógica sólo una de ellas está sujeta a gradación, en tanto que la otra registra una especie de valor cero. A ella pertenecen pares como normal / extraño, sobrio / borracho , mate / brillante, igual / distinto, sano / enfermo, despejado / nublado, puro / impuro, recto / torcido, seco / mojado, junto / separado, oscuro / claro, limpio / sucio, vacío / lleno. Todos tienen en común el funcionamiento desigual o asimétrico respecto a la gradación35 de los miembros, de modo que sólo uno de los miembros puede oscilar de valor dentro de su escala (extraño, borracho, brillante,....), en tanto que el otro no. Debe tenerse en cuenta, sin embargo, la posibilidad de establecer grados del primer miembro de la oposición (normal, sobrio, mate, igual, sano, despejado, puro, recto, seco, junto, oscuro, limpio, vacío), siempre desde el punto de vista de la percepción de los hablantes que traslada al discurso el grado máximo del otro miembro al mínimo de su antónimo o a la inversa, pese a no ser éste graduable, o simplemente gradúa un hecho según su propia subjetividad, como se constata en enunciados como: Este chico es poco normal, Está más sano que una manzana, El suelo está muy limpio, El bar está menos vacío que de costumbre...

Frente a ellos, reconocemos un grupo que designamos como antónimos graduablessimétricos, en el que los valores de ambos miembros de la oposición pueden representarse escalarmente. Dentro de este grupo se detectan diferentes formas de funcionamiento en las subescalas correspondientes a cada miembro, que permiten la subclasificación en, al menos, tres tipos que denominaremos antónimos inclusivos bilaterales, antónimos inclusivos unilaterales y antónimos exclusivos.

En la antonimia graduable inclusiva bilateral:

Se incluyen en este grupo alto / bajo, largo / corto, delgado / grueso, grande / pequeño, pesado / ligero, viejo / joven. A la luz de los ejemplos que se ajustan a este tipo pueden añadirse algunas propiedades más:

  1. Se trata en todos los casos de adjetivos que denotan una medida objetivable.
  2. En ocasiones uno de los miembros del par, el positivivo desde el punto de vista de la sustancia, puede aplicarse a la totalidad de la dimensión (el largo de su cabello, el ancho de la calle,...), es decir, asume un valor absoluto que abarca toda la escala. Por tanto, este tipo de antónimos graduables viene a coincidir con los antónimos susceptibles de indicar valor neutro absoluto, y
  3. Ese mismo miembro del par se relaciona frecuentemente con un sustantivo que denota la totalidad de la dimensión (altura, largura, anchura, tamaño,...). En cambio, el sustantivo correspondiente al otro miembro del par es menos frecuente y si existe (pequeñez, delgadez, bajura,...) alude a una parte de la escala.
  4. Si bien, en su mayoría indican dimensión física, muestran gran productividad en otros usos no dimensionales, especialmente el término positivo del par (cf. I. Bosque 1985: 64-65).

En la antonimia graduable inclusiva unilateral:

  1. especialmente uno de los miembros puede interpretrarse de acuerdo con un determinado valor medio fijado convencionalmente para los elementos de la clase de referente con que se combina (Juan es inteligente);
  2. ese mismo elemento muestra una amplia oscilación desde grado mínimo a un grado máximo, dependiente de la estructura comparativa en la que pueda intervenir, de forma que puede extenderse a toda la escala (Juan ha mostrado ser poco / bastante / muy / demasiado inteligente);
  3. en cambio, su antónimo, de carácter más específico, manifiesta menor oscilación de valores, limitada a una parte de la escala;

Se incluyen en este grupo bueno / malo, educado / maleducado, cómodo / incómodo, inteligente / tonto, duro / blando, lento / rápido, fuerte / débil, rico / pobre, valiente / cobarde. En todos ellos cabe una dimensión cuantitativa, si bien menos fácil de objetivar que en el caso anterior, sobre todo patente en el extremo “negativo”.

En la antonimia graduable exclusiva:

  1. ambos miembros pueden interpretarse de acuerdo con un determinado valor medio fijado convencionalmente para los elementos de la clase de referente con que se combinan (el café / el agua / la comida está fría / caliente);
  2. muestran poca relatividad dependiente del referente al que se aplican (hierro / agua / comida, etc.) y mayor relatividad subjetiva o relacionada con las impresiones del individuo;
  3. los valores derivados de las estructuras comparativas en las que participan oscilan dentro de cada lado de la escala o subescalas, sin infringir ninguno de los miembros la escala de su antónimo (la propiedad alegre excluye la propiedad triste y a la inversa).

Responden a este comportamiento los pares alegre / triste, bonito / feo, caliente / frío, aburrido / entretenido, cariñoso / arisco, dulce / amargo, feliz / infeliz, suave / áspero, tierno / insensible, astuto / ingenuo, fácil / difícil.

No obstante, hemos de subrayar la dificultad en muchos casos en la determinación del tipo al que corresponden ciertos pares. Por otra parte, a l establecer diferencias entre escalas distintas, es factible apelar a otro tipo de criterio lingüístico, como el comportamiento combinatorio36 (cf. apartado 5) de los miembros de cada escala. Así, es preciso acudir a dicho criterio para decidir sobre el antónimo de adjetivos como feo, referido a ‘valoración estética’, o viejo, referido a ‘edad’, ya que ambos al se indiferentes a la distinción semántica ‘animado’ / ‘no animado’, se relacionan antonímicamente con dos unidades léxicas distintas: guapo y bonito, y joven y nuevo, respectivamente. Se obtienen, por tanto, dos escalas graduables diferenciadas por la combinatoria sintagmática, a saber, feo - guapo y feo - bonito, de un lado, viejo - joven y viejo – nuevo, de otro.





Notas

33 Hemos preferido el término graduable, en lugar de gradual, por aludir este último a la idea de progresión continua sin saltos bruscos (DUE, I: 1414). En cambio, lo graduable está ligado a la idea de graduar entendida como ‘hacer o disponer una cosa de modo que crezca o disminuya por grados’ o ‘medir los grados de algo’ (DUE, I: 1414). De este modo, evitamos toda confusión con el concepto de oposición gradual, sólo admisible desde el punto de vista sustancial.

34 La terminología propuesta por D. A. Cruse (1986: 206-214) en la denominación de los tres tipos de antonimia graduable que establece (antónimos equipolentes, solapados y polares) no nos parece muy acertada, pues consideramos que toda relación antonímica se sustenta en la equipolencia y refleja siempre una polaridad. Es decir, independientemente del par de unidades de que se trate, la tendencia a la polarización está presente en todos, llegando a convertir “contrarios” en “contradictorios” (cf. J. Lyons 1980: 278).

35 Este subtipo de antonimia es incluido por D. A. Cruse 1986: 202-204 entre los tipos de complementariedad, con la denominación de complementarios graduables, por afectar la gradabilidad a un solo miembro de la oposición. Desde nuestro parecer, precisamente esa diferencia en el funcionamiento de cada unidad respecto al criterio de gradación, nos sirve para clasificar la antonimia graduable.

36 Este criterio, además, nos sirve para establecer diferencias entre lenguas. Así, frente al español, en inglés la frecuencia de la combinación de big y little con sustantivos con la marca ‘humano’ hace posible en ciertos contextos la equivalencia a los adjetivos older y younger, imposible en el caso de large y small, con más frecuencia combinados con sustantivos con la marca ‘no humano’: “My big sister” / “*My large sister”.





Volumen 23 (2006)
ISSN: 1139-8736