ISSN: 1139-8736


6. El concepto de "verbo vacío" en Lenz (1920)

En la tradición gramatical del español, se suele aceptar, en general, que, en las construcciones en las que los verbos ser y estar van acompañados de adjetivos predicativos, son dichos adjetivos los portadores del significado léxico, mientras que ser y estar son elementos de relación 'vacíos' desde el punto de vista semántico. Sin embargo, en nuestra tradición gramatical, este mismo criterio de análisis no se ha aplicado, en general, al abordar el estudio de los nombres predicativos que van acompañados de verbos de soporte. Al no dar una caracterización gramatical de los verbos de soporte que seleccionan los nombres predicativos, los estudios tradicionales tampoco se han visto en la necesidad de tener que establecer una diferenciación entre verbos de soporte, como p. ej., tener, hacer, dar, etc., y los correspondientes verbos predicativos con los que coinciden en tanto que formas morfofonológicas.

Lenz (1920:78-79) fue el primero en señalar de forma explícita la existencia de verbos semánticamente "vacíos", que "no encierra[n] un concepto" –es decir, verbos de soporte–, que acompañan a adjetivos y a nombres predicados, que son los que realmente vehiculan el significado léxico del conjunto formado por el verbo "vacío" y el predicado:

[...] entre el sujeto y el atributo predicativo -adjetivo o sustantivo- se puede intercalar la cópula, que formalmente es una tercera palabra, pero no encierra un concepto. Lo mismo podría decirse de ciertos verbos transitivos con sus complementos acusativos; verbos como hacer [...] indican sólo vagamente que ha de seguir un acusativo, que expresa lo que se hace [...]. (op. cit., p. 78)

Lenz no solo incluye ser, estar y hacer dentro de la clase de los verbos de soporte, sino además tener, al que considera también un verbo "vacío" y "descolorido" desde el punto de vista semántico:

El verbo tener [...] es igualmente un verbo vacío, que tiene por objeto relacionar una cosa o una cualidad con un substantivo sujeto. [...] tener no solo expresa posesión, sino también pertenencia, la relación de la parte al entero:
Esta casa tiene seis ventanas
El león tiene melena.(Op cit., pp. 352-353)
Los dos verbos [tener y hacer] son descoloridos y se refieren a la actividad en general; su valor específico se les da por la añadidura de substantivos concretos o abstractos u otros modificativos. (Op. cit., p. 354)

Asimismo, Lenz (íbid., p. 353) señala la equivalencia semántica y formal entre las construcciones de nombres predicativos con verbos de soporte, como p. ej. tener, y las correspondientes construcciones con adjetivos o con grupos preposicionales predicativos:

Con substantivos abstractos equivale siempre a juicios más o menos atributivos:
Este cuadro tiene mucho valor = [Este cuadro] es muy valioso
Los soldados siempre deben tener valor = [Los soldados siempre] deben ser valientes
El niño tenía fiebre = [El niño] estaba con fiebre o [El niño estaba] febril.

Las observaciones que hace Lenz (1920:78-79) en relación con las equivalencias semánticas entre clases de predicados formalmente distintos, le llevan a replantearse la distinción tradicional entre "oraciones atributivas" y "predicativas", y entre "oraciones transitivas" e "intransitivas":

Así desaparecen a menudo los límites entre la oración con atributo predicativo y la oración verbal intransitiva, e igualmente los que hay entre la intransitiva y la transitiva:
Los patos son nadadores = Los patos nadan
Juan trabaja = Juan hace su trabajo. (Op. cit., p. 78)

En realidad, cuando el núcleo de la oración ya no es el verbo -como en los planteamientos más tradicionales- sino el predicado, la diferencia entre "atribución" y "predicación" deja de ser una distinción básica en la sintaxis, ya que determina únicamente distintas formas de estructurar las relaciones de predicación. Asimismo, la distinción entre "oraciones transitivas" e "intransitivas" puede resultar secundaria desde el punto de vista de la predicación, cuando el núcleo verbal de la "oración transitiva" es un verbo de soporte y su objeto directo es un nombre predicativo, como p. ej., "trabajo" en "Juan hace su trabajo", y cuando dicha "oración transitiva" es una nominalización de una "intransitiva" que vehicula las mismas relaciones de predicación, como p. ej. "Juan trabaja".

Dentro de la lingüística del español, Lenz culmina un proceso que ha llevado a la sintaxis a desarrollar un nuevo concepto de predicación, que parte de la base de que el núcleo de la oración no es el verbo, sino el predicado, que puede ser, a su vez, un verbo, un nombre o un adjetivo predicativos.







Volumen 23 (2006)
ISSN: 1139-8736