ISSN: 1139-8736 |
3. La estructura argumental de los nombres deverbales de Nonell (1909)
Nonell (1909:v) intenta sistematizar los planteamientos de la Academia, aplicando al estudio de los nombres predicativos los mismos criterios que la Academia había aplicado con anterioridad al tratamiento de los adjetivos: "lo que aquí observa la Academia respecto del régimen del adjetivo es aplicable al del nombre, del verbo, y de toda parte de la oración susceptible de régimen". De hecho, Nonell trata de sistematizar la especificación de los objetos preposicionales de todos los predicados susceptibles de admitirlos y, por tanto, sitúa en un mismo plano a los verbos, los nombres y los adjetivos. El interés de los planteamientos de Nonell (1909) reside básicamente en que aborda el tratamiento de los nombres como predicados, no solo en relación con el régimen de sus segundos argumentos, sino en relación con su estructura argumental global.
En el capítulo que lleva por título "Régimen del sustantivo", Nonell (1909:110) analiza la herencia de propiedades de los predicados derivados en relación con los predicados de los que se derivan, centrándose, inicialmente, en el régimen preposicional de sus segundos argumentos:
Muchos sustantivos derivados, ó de los cuales se derivan verbos ó adjetivos, suelen llevar la misma preposición de sus primitivos ó de los adjetivos y verbos que de ellos se derivan.
[...] la inclinación, que á la poesía siempre he tenido [...]
Según la correspondencia que tienen entre sí los [lunares] del rostro con los del cuerpo.
Los ejemplos que cita Nonell (1909:110) corresponden a nominalizaciones deverbales con verbos de soporte; así p. ej., inclinación o correspondencia son nombres predicativos deverbales con el verbo de soporte tener, derivados, respectivamente, de los verbos predicativos inclinarse y corresponderse, como podemos observar en las siguientes derivaciones, en las que retomamos los ejemplos de Nonell: Siempre me he inclinado a la poesía [Nom deverbal] -> Siempre he tenido una inclinación a la poesía, Los lunares del rostro se corresponden con los del cuerpo [Nom deverbal] -> Los lunares del rostro tienen una correspondencia con los del cuerpo. Pero Nonell (1909:114) no se limita a estudiar los complementos de los nombres deverbales, sino que también tiene en cuenta la conversión global de los argumentos verbales en los argumentos del derivado deverbal. Así p. ej., al analizar los nombres deverbales con un solo argumento explícito, señala que dicho argumento puede ser el complemento o el sujeto de la correspondiente construcción verbal:
El nombre, que precedido de la preposición de acompaña á un sustantivo verbal, suele referirse al complemento del verbo correspondiente á dicho sustantivo:
El remedio de las cuitas,
el socorro de las necesidades [...]
el consuelo de las viudas [...]
(esto es, el remediar las cuitas, el socorrer las necesidades, etc.) [...]
El nombre precedido de la preposición de puede también representar el sujeto del verbo al cual corresponde el sustantivo verbal:
Se agrada mucho [Dios] del buen deseo de nuestro corazón
Los cuerpos y reliquias de los santos, con aprobación y licencia de nuestra santa madre Iglesia[...]
Sufrimos las injurias, las humillaciones, la pobreza, el desamparo y hasta el abandono del gobierno.
Es cierto que, en la medida en que Nonell se interesa únicamente por la estructura argumental de los nombres deverbales, no otorga a los nombres el rango de predicados independientes: únicamente analiza la estructura argumental de los nombres deverbales en relación con la del verbo del que se derivan. Sin embargo, al analizar los nombres deverbales que llevan sus dos argumentos explícitos —sin referirse exclusivamente al segundo argumento o a sus posibles ambigüedades— Nonell (1909:115) está analizando de forma global su estructura argumental, con lo cual se acerca, incluso más que la propia RAE (1931), a tratarlos como verdaderos predicados:
Puede en una misma oración hallarse un nombre precedido de la preposición de, que se refiera al sujeto del verbo, y otro que represente al complemento.
[...] los testimonios y aprobaciones que tenía del cielo y de la tierra, de su fundación.
La oración a la que se refiere Nonell, en la que el cielo y la tierra y de su fundación son, respectivamente, el sujeto y el complemento de los nombres predicativos de dos argumentos testimonio y aprobación, que seleccionan el verbo de soporte tener, es el cielo y la tierra tienen los testimonios y aprobaciones de su fundación. Nonell (íbid.) ofrece además ejemplos de nombres deverbales, que introducen su segundo argumento con una preposición distinta de de, p. ej., "Señal de amor á los trabajos [...]" o "el anhelo de Bonaparte por enseñorearse de España."
Volumen 23 (2006) ISSN: 1139-8736 |