Actas del II Congreso de la Región Noroeste de Europa de la Asociación de Lingüística y Filología de América Latina (ALFAL)


3.5.3 El sufijo nominalizador deadjetival -wa

Dedrick y Casad (1999: 121) mencionan en efecto que existe un sufijo -wa que funciona también como sufijo nominal deadjetival y que, como en el caso de -wame, sirve para designar cualidades inherentes de entidades específicas o categorías de eventos. En ningún momento, lo relacionan con el sufijo pasivo. En (24), vemos ejemplos de sustantivos derivados con este sufijo y con la base adjetival correspondiente:

(24) kia 'sabroso' + -wa = kiawa 'sabor'
juuba 'apestoso' + -wa = jubawa 'olor'
tu'i/tu'u 'bueno' + -wa = tu'uwa 'bondad'
kaka 'dulce' + -wa = kakawa 'dulzura, dulce (sust.)'

¿Tiene que ver este sufijo con el marcador de pasiva? Sincrónicamente, parece que no. Sin embargo, se puede relacionar con la combinación bimorfémica -wa + -me a la cual hemos atribuido un sentido original pasivo que ha ido evolucionando por metonimia. En efecto, el sufijo nominal deadjetival tiene el mismo semantismo que los casos de bases verbales estativas ejemplificados en (21). En realidad, lo que parece problemático, es la base adjetival y no verbal. Pues esto no es en realidad un problema ya que los adjetivos pueden entrar en predicaciones no verbales atributivas sin ninguna adición de morfema por lo que significan también 'estar en el estado que denotan'. Véanse los ejemplos en (25):

(25) a. Ini'i waakas kia
DEM carne sabroso/a
'Esta carne está sabrosa'
b. U chu'u-ta jiabijtei ousi juuba
DET perro-AC aliento muy apestoso/a
'El aliento del perro está muy apestoso'
c. U jujuch-ia kaa tu'i
DET vengar-NOMZ NEG bueno/a
'La venganza no es buena'
d. U na'aso kaka
DET naranja dulce
'La naranja está dulce'

Incluso, en un caso, el adjetivo puede adquirir características semánticas de verbo pleno como oler; véase (26).

(26) Ousi e atabujt-iat juuba
Mucho 2SG sudar-NOMZ apestoso/a
'Hueles mucho a sudor/estás apestoso a sudor'

Los casos de (24) se podrían entonces analizar como los casos de (21c). Tendríamos la misma base estativa y un nombre derivado con las mismas características abstractas. La única diferencia sería en la ausencia del morfema -me.

Esa ausencia ya se ha identificado en los ejemplos (22) y (23). Además ya hemos apuntado que este marcador parece que en algunos casos ha perdido su función agentivizadora y relativizadora cuando se combina con Ipor lo que puede que se elimine.

Además, diacrónicamente, hay que recordar lo mencionado por Langacker (1976) sobre el origen de los marcadores de pasiva en lenguas yutoaztecas que estaría representado por una combinación del morfema *-ti con sentido copulativo y de un sufijo nominalizador *-wa.

En el proto-yutoazteca, el morfema *-wa era un sufijo derivativo que permitía formar sustantivos sobre base verbal. Langacker (1976: 162) señala que esta derivación parece a primera vista extraña porque las oraciones pasivas no derivan sustantivos pero la conexión aparece en realidad clara. Los sustantivos derivados formados por los desarrollos de *-wa son típicamente abstractos; es decir que designan actividades descritas por el verbo (además del yaqui, existe un sufijo nominalizador abstracto -wa, en tarahumara, en serrano, en hopi y en pápago). Ya sabemos que en la nominalización abstracta, el participante sujeto no está especificado. Ahí está, según Langacker (1976), la explicación y la clave para determinar porque se incorporó el nominalizador *-wa como parte del sufijo pasivo/impersonal del proto-yutoazteca. Lo crucial es aquí la no-especificación del sujeto que aparece siendo la función común entre la construcción pasiva/impersonal y la nominalización.

Dicho de otra manera, la construcción pasiva y la nominalización deverbal abstracta representan mecanismos de defocalización que permiten no especificar al agente y esta función es la que nos permite relacionar en yaqui el sufijo pasivo -wa, la combinación -wame y el sufijo nominal -wa.


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Volumen 22 (2005)
ISSN: 1139-8736