Actas del II Congreso de la Región Noroeste de Europa de la Asociación de Lingüística y Filología de América Latina (ALFAL)


3.3 La construcción pasiva

La construcción pasiva corresponde a un mecanismo de voz, es decir un mecanismo que permite indicar qué tipo de relación existe entre el predicado y los participantes de la acción denotada por el verbo. Así, mientras la voz activa no marcada señala normalmente que el sujeto del predicado verbal es el participante activo (agente) del proceso, la voz pasiva marcada indica que el predicado verbal admite como sujeto al participante pasivo (paciente). Considere los ejemplos siguientes:

(1) a. El perro muerde a Juan
b. Juan es mordido
c. Juan es mordido por el perro

En la voz activa en (1a), el sujeto es el agente de la acción (el perro) y el objeto es el paciente (Juan). Las construcciones de voz pasiva en (1b) y (1c) tienen como sujeto al paciente (I) y se distinguen en el hecho de que (1b) no menciona al agente mientras que (1c) lo menciona como objeto oblicuo.

Keenan (1985) considera como construcción pasiva básica, la pasiva sin agente ejemplificada en (1b) ya que interlingüísticamente es la más difundida. Muchas lenguas no admiten además la expresión del agente en la pasiva (es el caso del yaqui) y en las lenguas que admiten el agente en caso oblicuo, la construcción pasiva sin agente sigue siendo la más frecuente (Givón 1979, 2001:126).

Si nos referimos a la manera de marcar ese tipo de construcción, podemos distinguir según Payne (1997: 204-205) tres pasivas diferentes, una léxica, otra sintética y una última analítica:

En regla general, la pasiva léxica no es considerada como una construcción de voz ya que la voz pasiva implica generalmente marcación (Moreno Cabrera 2000: 563). Podemos mencionar igualmente que existen otras maneras de marcar la construcción pasiva además de las ejemplificadas en (3) y (4). Haspelmath (1990) propone al respecto un recuento de los diversos tipos de marcación de la voz pasiva en las lenguas del mundo, tipos que podemos situar de igual manera dentro de la pasiva morfológica y la perifrástica:

Los ejemplos de (1) a (4) son construcciones pasivas de verbos transitivos. Algunas lenguas pueden formar pasivas a partir de verbos intransitivos. La construcción resultante es llamada pasiva impersonal. Véase el ejemplo (5) del turco, donde el mismo marcador pasivo funciona para el verbo transitivo en (5a) e intransitivo en (5b).

(5) a. Pasiva básica
Pencere (Hasan tarafindan) aç-il-di Keenan (1985)
window (Hasan by) open-PAS-PAST
'The window was opened by Hasan'
b. Pasiva impersonal
Ankara-ya gid-il-di
Ankara-to go-PAS-PAST
'It was gone to Ankara / There was a trip to Ankara'

Obviamente, esos verbos intransitivos deben ser agentivos (es decir con sujeto activo)1 para poder permitir la construcción pasiva.

En resumen, vemos que sintácticamente, la pasiva es una construcción detransitivizadora que reduce la valencia verbal de -1, promoviendo el objeto (cuando existe) a la posición sujeto. Semánticamente, la pasiva implica la defocalización del agente (expresado en caso oblicuo o suprimido), la topicalización del paciente (cuando existe) y la inactivización de la situación expresada por el verbo (pasivización, estativización).

En cuanto al objetivo de este trabajo, está claro que nuestro interés se va a centrar en las pasivas morfológicas ya que es el recurso de pasivización del yaqui y que es el único recurso que se puede relacionar tanto con la flexión como con la derivación. Sobre este punto, si examinamos el comportamiento de los morfemas de pasiva, se podrá notar que parecen apegarse a las características particulares de la flexión. En efecto, con base en los criterios expuestos en la sección 2, es obvio que los morfemas de pasiva:

El criterio de cierre morfológico es más problemático. De cualquier manera, los demás criterios ubican lógicamente a la voz pasiva dentro de la flexión ya que se puede ver como un mecanismo sintáctico que señala una función 'anormal' del sujeto (paciente y no agente) al cambiar los roles de los participantes en la oración así como la perspectiva con la cual se ve la situación descrita por el verbo. Sin embargo, las cosas no son tan sencillas. En efecto, el punto de vista semántico que implica una distinción de perspectiva y cambios en los roles semánticos de los argumentos nos remite también a distinciones que se dan entre pares léxicos como por ejemplo, entre los verbos comprar y vender o dar y recibir. Incluso, tenemos en español el pronombre reflexivo se que entra en las construcciones de voz reflexiva y voz media del español y que combinado con algunos verbos ha desarrollado significados impredecibles, idiosincrásicos, lejos de la regularidad y transparencia semántica de los morfemas flexivos: acordar vs. acordarse 'recordar y no llegar a un acuerdo con uno mismo', venir vs. venirse en su sentido coloquial mexicano de 'eyacular' o en su acepción técnica vinícola de 'perfeccionarse por medio de la fermentación'. Estos ejemplos muestran, como lo mencionó Bybee (1985: 21), que el sentido expresado por las categorías de voz es lo suficientemente relevante para la base verbal como para llegar en algunos casos a procesos de lexicalización y lexicogénesis más propios de la derivación que de la flexión. Este comportamiento se ejemplifica igualmente con la existencia de la pasiva léxica en donde el proceso de lexicalización se ha dado plenamente.

De igual manera, la pasiva mantiene estrechas relaciones con mecanismos derivativos. Es bien conocida por ejemplo la relación diacrónica entre el proceso de nominalización y la construcción de pasiva morfológica. En efecto, aunque la gramaticalización de ítems léxicos previamente independientes es claramente la principal fuente de los marcadores pasivos en las lenguas naturales (Haspelmath, 1990), también podemos tener otro origen: la expansión léxica de morfemas inicialmente derivativos e idiosincrásicos. Como lo señala Haspelmath (1990: 52-53), estos afijos servían originalmente para marcar el sentido inactivo de un tema verbal. Después de su expansión, se pueden afijar más o menos libremente con temas no-inactivos para convertirlos en inactivos. Es este sentido inactivo que los habilita entonces para ser usados en construcciones pasivas2 . De igual manera, Payne (1997: 205) señala que los morfemas pasivos se derivan a veces de afijos que forman nominalizaciones sobre el paciente de un verbo.

En cuanto a la relación entre la pasiva y la formación de sustantivos deverbales, podemos ver igualmente en los ejemplos de (6) que existe un traslape de dominio funcional entre nominalización deverbal y pasivización:

(6) a. Juan construye la casa
b. La casa es construida (por Juan)
c. La construcción de la casa (por Juan)
d. La construcción

Si comparamos la oración pasiva (6b) con la nominalización en (6c), vemos que ambas construcciones permiten con respecto a la oración transitiva de (6a) la defocalización o detopicalización del agente y ambas se enfocan en una acción vista desde la perspectiva del paciente (acción en desarrollo en (6b y atemporal en (6c). Una diferencia importante radica en la posibilidad de perder esa perspectiva y eliminar en el proceso de nominalización todos los argumentos inicialmente presentes en la oración transitiva como se puede ver en (6d), obteniendo el concepto general y abstracto correspondiente al evento denotado en (6a).

No es de extrañar entonces encontrar en varias lenguas, el mismo morfema y la misma construcción para la pasivización y la nominalización. Es justamente el caso del ute, lengua hermana del yaqui:

(7) a. Sarich yoghobuch-i pakha-puga Givón (2001: 37)
dog/SUJ coyote-OBJ kill-REM
'The dog killed the coyote'
b. Yoghobuch-i pakha-ta
coyote-OBJ kill-NOMZ/PAS
'the killing of the coyote'
'someone killed the coyote'
'the coyote was killed'

Con estos ejemplos, aparece claro que la nominalización deverbal abstracta representa también un mecanismo de defocalización del agente, al igual que la construcción pasiva.

Veamos ahora lo que pasa en lengua yaqui.

1 Esos verbos intransitivos con sujeto agente se conocen como verbos inergativos (Perlmutter, 1978) y se oponen a otros verbos intransitivos con sujeto paciente llamados verbos inacusativos.

2 Sería el caso según Haspelmath (1990: 51-52) del marcador de pasiva en armenio.


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Volumen 22 (2005)
ISSN: 1139-8736