3.2 Flexión y derivación: criterios de delimitación
Dentro de la morfología, es común distinguir entre dos tipos de procedimientos conocidos como flexión y
derivación. Aunque ambos consisten comúnmente en la adición de un morfema a una base léxica, muestran también una serie de
comportamientos distintivos. Sintetizando lo que se suele exponer acerca de la delimitación entre flexión y derivación y siguiendo,
entre otros autores, a Bybee (1985), Wurzel (1989), Anderson (1992), Stump (1998) y Haspelmath (2002), podemos proponer los
siguientes criterios de distinción entre estos dos fenómenos morfológicos:
- Aplicabilidad plena: los morfemas flexivos son plenamente aplicables a los ítems léxicos de una clase apropiada, los morfemas
derivativos no. Esta situación provoca que la flexión presente mayor regularidad y productividad respecto a la derivación en la
cual existen a menudo restricciones semánticas referidas a una clase de palabras.
- Regularidad y transparencia semántica: los morfemas flexivos tienen un sentido muy general y transparente mientras que los
morfemas derivativos tienen mayor contenido y especificidad semántica y pueden producir significados idiosincrásicos. Esta
situación provoca que se dé una mayor cantidad de cambio semántico proporcionado por la aplicación de un afijo a un radical, en el
caso de la derivación.
- Obligatoriedad: los morfemas flexivos son obligatorios para obtener palabras bien formadas y los morfemas derivativos, no.
Obviamente, este criterio de obligatoriedad se respalda en un análisis morfológico que acude, en los casos de no-marcación
morfológica explicita, al morfema cero.
- Control morfemático: los morfemas flexivos están sujetos a control sintagmático y los morfemas derivativos están sujetos a
control paradigmático. La flexión es entonces requerida por la sintaxis de la oración y la derivación, no. La flexión es la
morfología que es accesible y/o manipulada por reglas de la sintaxis, lo que representa una excepción sistemática a la hipótesis
lexicalista de Chomsky (1970) según la cual la sintaxis ni manipula, ni tiene acceso a la forma interna de las palabras. La flexión
expresa así las relaciones gramaticales (dentro de la sintaxis) y la derivación expresa las relaciones entre listemas (dentro del
lexicón).
- Transcategorialidad morfemática: los morfemas flexivos no pueden cambiar la categoría gramatical de la base mientras que los
morfemas derivativos sí .
- Denotación morfemática: los morfemas flexivos operan semánticamente dentro de los límites del tema al que se aplican, mientras
que los derivativos asocian la clase denotativa del tema al que se aplican a otra clase denotativa diferente. Esta característica
representa la contrapartida semántica del criterio anterior. Esto implica también que la derivación crea nuevos ítems léxicos y la
flexión, no.
- Cierre morfológico: los morfemas flexivos se encuentran más lejos de la base que los morfemas derivativos. Los morfemas
derivativos se encuentran más cerca de la raíz que los morfemas flexivos ya que son más relevantes semánticamente (grado de fusión).
- Exponencia múltiple: los morfemas flexivos pueden ser representados por morfos acumulativos y los morfemas derivativos, no. Un
mismo morfema derivativo no puede así combinar varios sentidos
- Capacidad iterativa: si la iteración de un mismo morfema es posible en una misma palabra, entonces este morfema es derivativo y
no flexivo.
Estos principales criterios sirven a menudo para determinar si un morfema es flexivo o derivativo y presuponen que
un mismo morfema no pueda incurrir al mismo tiempo en la flexión y en la derivación. A continuación veremos, sin embargo, que ese
doble funcionamiento parece darse para el sufijo pasivo de la lengua yaqui. Antes de adentrarnos en esa lengua indígena de México,
conviene presentar de manera general las características de la construcción pasiva y su relación con los fenómenos flexivos y
derivativos.
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Volumen 22 (2005)
ISSN: 1139-8736
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