Actas del II Congreso de la Región Noroeste de Europa de la Asociación de Lingüística y Filología de América Latina (ALFAL)


10.5 El valor pragmático de la construcción posesiva con artículo indefinido en el español antiguo y moderno

Según Keniston (1937: 246-247), en el siglo XVI la construcción posesiva con artículo indefinido y posesivo antepuesto tenía un significado partitivo, es decir que con ella se señalaba la posesión de un ejemplar que pertenecía a un grupo más grande. El mismo concepto se podía expresar, según Keniston, con un pronombre posesivo tónico detrás del sustantivo.

Ahora bien, no cabe duda de que los ejemplos (7a) y (7b) pueden tener una lectura partitiva:
(7a)
7a
7a
... dos hijos legítimos y sesenta bastardos y treinta hijas. Otros dicen que al tiempo de su muerte o algún tiempo antes había nombrado por su sucesor a un hijo suyo bastardo, llamado Capac Huari, hijo de una manceba llamada Chuqui Ocllo. (Corpus del Español: Pedro Sarmiento de Gamboa, Historia de los Incas, 1562)
(7b)
7b
7b
... y fue Tupac Inca avisado de ello y vino al Cuzco, que fuera estaba armando caballero a un su hijo, llamado Ayar Manco. Y hecha información, halló ser verdad, y mató a su hermano Tupac Capac y a todos sus consejeros y favorecedores. (Corpus del Español: Pedro Sarmiento de Gamboa, Historia de los Incas, 1562)

En (7a) se trata de alguien con muchos hijos, tanto hijos legítimos como bastardos. A continuación se relata que dicha persona nombró como sucesor a uno de sus hijos, es decir un hijo suyo de (7a) señala la posesión de un ejemplar de un grupo más grande. En (7b) también podría tratarse de uno de más hijos, pero el contexto no lo corrobora; una lectura no partitiva de un su hijo en (7b) también sería posible, interpretación que está excluida en (7a) dado el contexto específico.

Para investigar si se trata aquí de dos construcciones sinónimas, tal como afirma Keniston (1937: 246-247), o si se trata de dos construcciones con diferente valor pragmático, se ha analizado para el siglo XVI un contexto específico en el Corpus del español, concretamente ejemplos en que está involucrado el sustantivo compañero, precedido por un artículo indefinido, junto con un pronombre posesivo antepuesto o pospuesto, tanto de la primera como de la tercera persona.

Compárense los ejemplos (8a) y (8b), en los que el pronombre posesivo se refiere a una primera persona:
(8a)
8a
Esto se quedó así por entonces, y a la mañana yo era ido a casa de las parientas con la comida, y un compañero mío quedó limpiando los vestidos, para que su señor se levantara. (Corpus del Español: Mateo Alemán, Guzmán de Alfarache, 1581)
(8b)
8b
-Mucho reposo, -dixo el Cavallero de la Fortuna-, pudiera tener sólo en vuestra presencia, mas estáme aguardando un mi conpañero que no la tendrá sin mí, [ni] yo sin él y, ... (Corpus del Español: Francisco Barahona, Flor de caballerías, 1599)

En los ejemplos (8a) y (8b) parecen aparecer dos tipos de compañeros, por lo que se refiere a la relación del hablante, el poseedor, con ellos. En (8b) se trata de un compañero fiel, con el que el hablante tiene una buena relación, puesto que no quiere hacerle esperar. En (8a), en cambio, el hablante describe sus propias actividades y las de su compañero. No se deduce del contexto que el otro sea un compañero especial.

Una diferencia parecida a la de los ejemplos (8a) y (8b) se puede observar en los ejemplos (9a) y (9b), en los que el pronombre posesivo se refiere a una tercera persona. En (9b) se dice que el compañero citado prestó un servicio al llamado autor, al poseedor, ya que le puso en contacto con cierta mujer. En cambio, el que se trate de una relación íntima, especial entre el poseedor, designado como él, y el mencionado compañero no queda claro del contexto de (9a).
(9a)
9a
... los cuales, [...], le hicieron pastor del ganado, y, andándole apacentando, fueron presos él y un compañero suyo de ciertos etíopes, ... (Corpus del Español: Antonio de Torquemada, Jardín de flores curiosas, 1538)
(9b)
9b
Cómo comenzó a conversar con todos y cómo el Autor la conosçió por interçesión de un su compañero, que era criado de un embaxador milañés, ... (Corpus del Español: Francisco Delicado, La lozana andaluza, 1510)

Una diferencia de relación afectiva entre el poseedor y lo poseído que corresponde con el uso del pronombre posesivo antepuesto o pospuesto también se observa en el ejemplo (10):
(10)
10
Vino, empero, con ellos un principal del pueblo y un su hijo y un hombre suyo. Habló con ellos el Almirante, hízoles mucha honra, señalóle muchas tierras e islas que avía en aquellas partes. (Corpus del Español: Cristóbal Colón, Los cuatro viajes del almirante y su testamento, 1492)

La relación que tiene el poseedor, un principal del pueblo, con las dos personas denominadas por los sustantivos hijo y hombre probablemente es diferente. Con el primero, el hijo, tendrá una relación más íntima, más afectiva, que con el segundo, el hombre. Esta diferencia se refleja en el uso de las dos construcciones posesivas, con pronombre posesivo antepuesto en el caso del hijo y con pronombre posesivo pospuesto en el caso del hombre.

Por lo tanto, a raíz de los ejemplos (8) a (10) se puede suponer que la construcción posesiva con posesivo antepuesto marca una relación especial, afectiva del poseedor con la posesión.

Teóricamente, se puede indicar de cualquier sustantivo que aparece en una construcción posesiva como persona u objeto poseído que el poseedor tiene una relación especial, afectiva con él. Sin embargo, es evidente que el poseedor más frecuentemente tendrá una relación especial con una persona que con una cosa. Es de esperar, por lo tanto, que cuando el hablante quiere señalar la posesión de una persona, optará relativamente más por una construcción posesiva con pronombre posesivo antepuesto que cuando se refiere a la posesión de una cosa. Para verificar esta expectativa se han calculado los porcentajes relevantes para el siglo XV, XVI y XVII (tablas 6, 7 y 8 respectivamente).

TABLA 6
Frecuencia de posesión (persona y cosa) en las construcciones posesivas un+pos+sust y un+sust+pos en el s. XV (datos tomados de Corpus del Español)
s. XV/X2=0,8704, p<0,5 un+pos+sust un+sust+pos
persona 70% (26/37) 30% (11/37)
cosa 50% (6/12) 50% (6/12)

TABLA 7
Frecuencia de posesión (persona y cosa) en las construcciones posesivas un+pos+sust y un+sust+pos en el s. XVI (datos tomados de Corpus del Español)
s. XVI/X2=7,6211, p<0,01 un+pos+sust un+sust+pos
persona 26% (292/1107) 74% (815/1107)
cosa 18% (47/259) 582% (212/259)

TABLA 8
Frecuencia de posesión (persona y cosa) en las construcciones posesivas un+pos+sust y un+sust+pos en el s. XVII (datos tomados de Corpus del Español)
s. XVII/X2=15,3639, p<0,001 un+pos+sust un+sust+pos
persona 11% (76/694) 89% (618/694)
cosa 2% (5/218) 98% (213/218)

En las tres tablas se observa, tal como se esperaba, que en la construcción posesiva con pronombre posesivo antepuesto el porcentaje de sustantivos que se refiere a una persona es más alto que el porcentaje de sustantivos que se refiere a una cosa. Para el siglo XV (tabla 6) se trata de un 70% de persona frente a un 50% de cosa. Para el siglo XVI (tabla 7) los porcentajes son del 26% de persona frente al 18% de cosa y para el siglo XVII (tabla 8) son del 11% frente al 2%. A pesar de que las diferencias de porcentajes son bastante pequeñas y la diferencia encontrada para el siglo XV no es significativa (p<0,5), el hecho de que las tres tablas muestran la misma tendencia, es decir, el hecho de que las tres tablas confirman la expectativa, sugiere que, efectivamente, se trata de una diferencia funcional entre ambas construcciones posesivas.

Los ejemplos americanos modernos nos llevan a concluir que actualmente la construcción posesiva tampoco puede tener una interpretación exclusivamente partitiva. Véase el ejemplo (11):
(11)
11
11
11
11
Hay otra costumbre al cumplir los doce años. Se le entrega un su cochito o una su ovejita o unas sus dos gallinitas; y esos animalitos se tienen que multiplicar y eso depende de la persona, del cariño que le tiene al regalo de los papás. A los doce años recuerdo que mi papá me había entregado un cochito chiquito, un puerco. Me entregaron dos pollitos chiquititos también y me entregaron una ovejita, que yo tanto quiero a las ovejas. Nadie va a tocar ni vender esos animalitos sin que yo dé permiso. Es un poco para que uno empiece a sostenerse a sí mismo. (CREA: Elizabeth Burgos, Me llamo Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia, 1983, Guatemala)

Del contexto del ejemplo (11) se entiende que los animales denominados con los sustantivos cochito, ovejita y gallinitas tienen un valor especial para el poseedor, el destinatario. Los animales constituyen un tipo de garantía para sobrevivir, o, como dice la hablante: "Es un poco para que uno empiece a sostenerse a sí mismo". Este valor o relación especial se marca con un pronombre posesivo antepuesto al sustantivo indefinido.

Martin (1978: 115 y 1985: 384) afirma para el español de Guatemala que la construcción posesiva con artículo indefinido y posesivo antepuesto ha sufrido un cambio semántico respecto a su significado partitivo original. Según Martín (1985: 386), con dicha construcción el hablante puede reducir el efecto de su afirmación, es decir, puede indicar que no tiene mucha importancia la misma. También señala que la construcción puede tener una dimensión afectiva. Efectivamente, este aspecto parece ser relevante en el ejemplo (11), dado que la hablante se refiere con cierto cariño a sus propios animales cuando dice: "Nadie va a tocar ni vender esos animalitos sin que yo dé permiso".

El ejemplo (11), por lo tanto, sugiere que también en el español americano actual se puede usar la construcción posesiva con artículo indefinido y posesivo antepuesto para señalar una relación afectiva del poseedor con lo poseído, tal como se ha observado también en el español antiguo.

Para el español antiguo se ha encontrado una correlación entre la construcción posesiva y el tipo de posesión, persona o cosa: si lo poseído es una persona se usa relativamente más la construcción posesiva con pronombre posesivo antepuesto que si lo poseído es una cosa. Se ha investigado este mismo parámetro en el corpus del español americano actual. Los datos encontrados se reproducen en la tabla 9:

TABLA 9
Frecuencia de posesión (persona y cosa) en las construcciones posesivas un+pos+sust y un+sust+pos en el español actual de 8 países hispanoamericanos (datos tomados de Corpus del Español)
LA actual/X2=13,0094, p<0,001 un+pos+sust un+sust+pos
persona 4% (16/412) 96% (396/412)
cosa 11% (36/340) 89% (304/340)

Curiosamente, el patrón encontrado para el español antiguo está invertido en la tabla 9. En el español americano actual el porcentaje de sustantivos que se refiere a una persona es más bajo que el porcentaje que se refiere a una cosa en la construcción posesiva con pronombre posesivo antepuesto (el 4% frente al 11%). Si bien la diferencia no es muy grande, es significativa con un valor de p<0,001.

Por lo tanto, parece que en comparación con el uso original de las dos construcciones posesivas en el español de los siglos XV a XVII se ha producido un cambio por lo que se refiere al tipo de posesión. Mientras que en el español de los siglos XV a XVII se usaba más frecuentemente una construcción posesiva con pronombre posesivo antepuesto si lo poseído era una persona, en el español americano actual se observa una preferencia por esta construcción si lo poseído es una cosa.

Es evidente que esta conclusión, todavía provisional, requiere más investigación en un corpus más grande del español americano actual para ver si se comprueba la tendencia observada aquí. Además, habrá que buscar una explicación para este uso innovador de la construcción posesiva con pronombre posesivo antepuesto, es decir, habrá que explicar por qué en el español americano actual la construcción se presta particularmente bien para marcar la posesión de cosas.


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Volumen 22 (2005)
ISSN: 1139-8736