ISSN: 1139-8736
Depósito Legal: B-41077-2003
Copyright: © Matilde Gallardo Barbarroja

6.3.1. Características

A course of lessons in the Spanish language... es un tratado de tipo elemental fundamentado en el principio del aprendizaje a través de la práctica de la lengua escrita, el cual, en palabras de su autor, comprende "los aspectos esenciales para la correcta comprensión de la estructura y genio de la lengua española" (The treatise will be of a perfectly elementary character, and will embrace only such features as are essential to an exact comprehension of the structure of the language) (Monteith 1844: iii).

Va dirigido a personas adultas, que carecen de la posibilidad de disponer de un profesor y que, por lo tanto, no pueden recibir instrucción oral, defendiendo así la validez de la autoinstrucción. El autor reconoce la utilidad de un maestro para el aprendizaje de la lengua hablada, pero no está de acuerdo con la teoría de que es imposible aprender a hablar y escribir una lengua sin la ayuda del mismo:

The author, notwithstanding the popular dogma, that it is impossible to acquire a modern tongue without the aid of a master, hopes to enable the diligent student to become acquainted with the language of Castile without the aid of oral instruction whatever (Monteith 1844: iii). 244

En este aspecto radica el rasgo más significativo del método; el aprendizaje de un idioma en su etapa elemental, no necesita de instrucción oral, así como tampoco del estudio de las reglas gramaticales que caracterizaban la enseñanza tradicional:

To those who have studied a modern language by the usual routine, the plan of our method is especially submitted: they have experienced the ennui of the continued series of declension and conjugation dictated by our common elementary books; they know the futility of acquiring a thousand and one minute rules, before there is any material to apply them to, and consequently are qualified to appreciate an effort to furnish the learner with a treatise free from such anomalies (Monteith 1844: iv). 245

Según el autor, las impresiones orales se fijan en la mente con dificultad y cuando lo hacen se borran fácilmente, mientras que las visuales son más estables y pueden permanecer tanto tiempo como la memoria siga funcionando, siendo así que un sistema basado en el análisis detallado de pasajes escritos servirá mucho más eficazmente al propósito del aprendizaje. Además, continúa, hay que contar con la ayuda valiosa que constituye, sin duda, la referencia a la propia lengua:

The difficulty of acquiring the pronunciation of a modern tongue does not then arise from any diversity of sound, but in recognising the sounds of one language by the signs made use of to represent them in another [...] it is the relative difference between the value of the letters of his own language and that of another that he has to learn, in order to pronounce that other correctly, and he may be taught this quite as well, if not better, by ocular as by oral instruction (Monteith 1844: 12). 246

A través de estas afirmaciones desglosamos los elementos originales que contiene el método: por un lado, es evidente que el lenguaje hablado es un componente esencial del aprendizaje de cualquier idioma extranjero y, en consecuencia, se estimula al estudiante para que conozca los sonidos de la lengua extranjera y a que se exprese verbalmente desde las primeras lecciones, incluso si sólo dispone en su haber de un reducido número de palabras. Sin embargo, esto se hace por medio de la representación escrita y para ello se idea un sistema de transcripción fonética, similar al utilizado con posterioridad por otros métodos, como el de Hugo, que ha sobrevivido en publicaciones actuales especializadas en la enseñanza a distancia 247.

Por otro lado, la lengua materna se convierte en un elemento esencial en el proceso de adquisición de la segunda lengua, por medio de las constantes comparaciones entre ambas. Este procedimiento metodológico conecta con la técnica del "Análisis Contrastivo" (Contrastive Analysis) 248 consistente, groso modo, en establecer comparaciones fonológicas y gramaticales entre dos o más lenguas pertenecientes a una misma familia, con el objetivo de establecer las diferencias entre la lengua materna y las demás. El objetivo consiste en identificar las áreas de dificultad específica y entrenar así al alumno para percibir y producir ideas diferentes en la L2 (Royano Gutiérrez 1988: 487).

Hay que notar, sin embargo, que el comparatismo del método de Robertson busca establecer semejanzas estructurales más que diferencias y, de este modo, se aproxima a la corriente comparatista representativa de la lingüística decimonónica que tan gran influencia tuvo en el desarrollo de la enseñanza de lenguas modernas 249 y con la que Monteith estaba perfectamente familiarizado, como se desprende de la siguiente afirmación:

Generally speaking, the construction of all the modern languages of Europe is very much alike: there is a chain of resemblance in this particular running through them all, linking them together, as it were in one great family, and affording abundant proof of their common origin (Monteith 1844: 51). 250

Al mismo tiempo, la obra también se sirve de otros elementos no tan originales, así por ejemplo, se afirma que el método se ideó con una doble finalidad, como reacción a las metodologías tradicionales y como solución a la necesidad de proveer al estudiante de español de un instrumento realmente efectivo y simplificado; todo lo cual no deja de ser un lugar común que coloca a esta obra en la línea de tratados similares.

Las referencias gramaticales apenas si están presentes, limitándose a meras anotaciones complementarias sobre el orden sintáctico fundamentalmente, en vez de configurar secciones o capítulos, como era el caso en los métodos de corte más tradicional; si bien, las explicaciones relacionadas con la pronunciación y la descripción de los sonidos en español son abundantes y extensas. El método no rechaza el estudio y conocimiento de la gramática, como se desprende de las afirmaciones siguientes, aunque no necesariamente en las etapas iniciales:

The author expects to comprise within the limits of four lessons, such notions of the structure and pronunciation of the language as will enable the students to read, write, and speak Castilian, to a limited extent perhaps, but to that extent, correctly, proposing, should the plan of his method be favourably received, to extend at some future period the number of lessons, until they embrace the language in its entire detail (Monteith 1844: iv). 251

El recurso de la traducción interlineal que caracteriza a este sistema se plasma en las versiones traducidas del vocabulario y las frases que aparecen en cada una de las lecciones pero, asimismo, a través del ejercicio de composición en la lengua extranjera que no es en realidad, sino un ejercicio de traducción inversa, como se mostrará más adelante.

A Course of lessons... se compone de una serie de cinco lecciones, elaboradas con un grado progresivo de dificultad. Cada una de ellas está estructurada, a su vez, sobre un extracto de un texto literario de carácter más o menos costumbrista, sobre el que se realizan diversas actividades dirigidas a practicar todas las destrezas, incluida la oral. Se persigue la adquisición léxica fundamentalmente y su memorización. Cada palabra del pasaje es explicada independientemente, desde el punto de vista de su pronunciación y de la morfología, y el texto entero se somete a un meticuloso análisis. Esto quiere decir que se enseña poco de una vez pero se enseña bien, en beneficio del estudiante:

The principle of this method is to introduce the learner to a general view of a language before he is led to a consideration of its minutiae; to teach a few words at a time, but so to fix them upon the understanding that they may be always at command, and ready for use when wanted [...] which will be found in the end to be the mode of procedure most profitable for the student (Monteith 1844: iii). 252

El texto se presenta primeramente para su lectura en voz alta, para lo cual el autor recomienda dos cosas: “la primera, conocer la pronunciación de las palabras, y la segunda, conocer su significado” (the first, to know the pronunciation of the words, and the second, to know their signification) (Monteith 1844: 5). Para familiarizar al alumno con la pronunciación se colocaba debajo de cada palabra la combinación de letras que más apropiadamente pudiera representar los sonidos de la misma. La importancia de la enseñanza de la correcta pronunciación de los sonidos de la lengua extranjera estará en la base de la lingüística comparativa y en la creación de la fonética como disciplina de la lingüística (Pedersen 1931: 243). Se añadían acentos para señalar la sílaba fuerte y allí donde la combinación de las letras fuera insuficiente para representar el verdadero sonido se añadían las correspondientes explicaciones hechas a partir de una base comparativa de la lengua española con el inglés, escocés, alemán, griego, etc. Sirva de ejemplo la siguiente frase:

TRES VIAJANTES HALLARON UN TESORO EN EL CAMINO
trace
[...] .
vee-ach-an'-tys hal-ya'-ron oon tay-so'-ro en el cam-ee'-no

The nearest approximation to the sound of Spanish j in English, is that of the letter h in the word alcohol, strongly aspirated. The sound of the ch in the Scottish words cloch, loch, etc., is the sound of the j exactly. It is the sound the g has in the German word Cobourg, and it is also the guttural sound given in some of the English Colleges to the Greek X (Monteith 1844: 6). 253

Si la finalidad de este primer ejercicio de lectura y pronunciación del texto era el aprendizaje de los sonidos que posibilitan la comunicación hablada, con el segundo ejercicio se perseguía el dominio y conocimiento del léxico del pasaje que se presentaba al alumno con traducción interlineal, en la línea ya familiar presente en gran número de textos gramaticales decimonónicos. La traducción directa e inversa servía al mismo tiempo como ejercicio de composición, tal y como queda expuesto en la siguiente afirmación:

The student being now acquainted with the pronunciation of the words, must next be taught their meaning [...]. By the aid this translation affords him, the student must endeavour to read into English the passage itself. When he can do this without hesitation, he should make a translation of it into good English, and retranslate this version again into Spanish, comparing it when done with the original. This will be an exercise in composition, as well as a means of impressing the construction of the passage more firmly on the mind (Monteith 1844: 7). 254

A este ejercicio le sigue el de vocabulario el cual, por tratarse de palabras pertenecientes al texto sobre el que trata la lección, recoge expresiones utilizadas en la vida diaria. Su propósito y disposición quedan así expuestos por el propio autor:

In order that the student may ascertain whether he has acquired a proficiency in the words, we shall range them in two columns, the Spanish on one side and the English on the other; so that either the one or other column being covered over, the student may submit himself to a special examination in this particular. This exercise should be persisted in until the meaning of each Spanish word is firmly impressed on the memory, and the English ones can be turned into Spanish with the utmost facility (Monteith 1844: 8). 255

La memorización del vocabulario de cada lección se consigue mediante la traducción de las palabras que contiene; sólo así, juzgaba Monteith, se podía lograr la adquisición de un número preciso de las mismas y su correcta utilización posterior.

El ejercicio cuarto trata del análisis de las frases del texto, que, al igual que el vocabulario, se presentan en columnas con su correspondiente traducción al inglés:

The student having made himself perfectly familiar with the words of the lesson, must next turn his attention to the manner in which they are arranged in sentences, and so mark the difference between the English and Spanish construction. He may proceed with the sentences in precisely the same manner he did with the words (Monteith 1844: 8). 256

Después de la adquisición léxica se preparaba al alumno para la interpretación sintáctica. El conocimiento de los mecanismos de organización discursiva no es sino el conocimiento de los procedimientos gramaticales y, en este sentido, la deducción sintáctico-comparativa no es sino una reflexión gramatical. El método pone la interpretación gramatical al servicio del léxico o, al menos, como aspectos complementarios en lugar de lo contrario, que, como señala Widdowson (cf. 1990: 95), correspondería a la visión tradicional. A este ejercicio sigue el llamado de conversación, el quinto, sobre el cual se explica lo siguiente:

By the introduction of one or two new words, we shall be able to make our lesson the subject of a conversation to be carried on entirely in Spanish. This feature in our method, which is not presented by any other hitherto published, enables the student to converse in the language he is studying, even before he has terminated his first lesson (Monteith 1844: 9). 257

La originalidad de la obra, según el autor, consiste, precisamente, en incorporar el componente hablado inmediatamente, después de haber aprendido sólo unas pocas palabras de la lengua estudiada, lo cual le situaría, aparentemente, en relación con las proposiciones de los sistemas comunicativos, tal y como se entienden hoy día. Sin embargo, no se produce la comunicación en ningún momento, principalmente por no darse un receptor y por descartar la figura del profesor. Sirvan de muestra los siguientes diálogos:

¿Qué ejecutó el que salió?
¿Qué proyecto?
¿Ejecutó este proyecto?
¿En qué puso veneno?
¿Quién puso veneno en la carne?
¿Qué puso en la carne?
¿Dónde puso veneno en la carne?
¿Qué había traído?
(Monteith 1844: 11).

Su proyecto
El de envenenar la carne

En la carne
El que salió
Veneno
En el camino
Algo que comer

No se refiere exactamente a una conversación en el sentido más amplio del término, sino más bien a un ejercicio de comprensión auditiva. Propone frases-cuestionarios cuyas respuestas son extraídas del texto, con lo cual el verdadero ejercicio es memorístico.

Con este sistema la conversación no podrá ser nunca espontánea y natural porque se restringe exclusivamente al uso de un número específico de palabras. Al alumno no se le da una competencia de comunicación suficientemente amplia como para resolver todo tipo de situaciones sociales.

Las instrucciones que acompañan a este ejercicio de conversación son similares a las de los cuatro ejercicios anteriores; es decir, lectura en voz alta de la pregunta y, a continuación, de la respuesta; en su lugar, la respuesta puede escribirse y compararse después con lo que aparece en el libro. Este quinto ejercicio de conversación está complementado por un apartado sobre aspectos generales de la pronunciación en español, donde se explican particularidades relativas a los sonidos de la lengua española en relación con la inglesa, en la línea comparatista que ya se ha apreciado en la primera parte de la lección. Esta importancia de la correcta pronunciación no es exclusiva del método de Robertson, sino que se correspondía a las tendencias de la lingüística contemporánea. Sin embargo, Robertson (o Monteith) lanza un reto a los especialistas en la materia, poniendo en tela de juicio las opiniones de éstos, filólogos y lingüistas, sobre la imposibilidad de aprender la correcta pronunciación de un idioma extranjero basándose exclusivamente en textos escritos:

We are disposed to question the accuracy of this opinion, and to contend that it is perfectly practicable for an Englishman to acquire a correct pronunciation of any language without the aid of oral instruction [...]. The eye alone is a much surer means for a person of matured judgement acquiring the pronunciation of a language than the ear alone.

The difficulty of acquiring the pronunciation of a modern tongue does not then arise from any diversity of sound, but in recognising the sounds of one language by the signs made use of to represent them in another [...].The English student is frequently embarrassed in the pronunciation of another language by the want of fixed principles in his own; this is peculiarly the case with respect to the vowels: each of the vowels in English has from half a dozen to a dozen and a half different sounds [...] (Monteith 1844: 11-12). 258

La lección termina con un ejercicio de composición, mera tarea de traducción inversa al español, al que acompañan las siguientes recomendaciones:

In order to write any language correctly, there must be some hard work, some persevering study on the part of the student himself, together with a judicious well-organised manual to guide and direct him in his studies.

In order to make good Spanish of these sentences, the student has only to bear in mind the difference between the construction of the Spanish and English phrases given at page 9. Beyond this, nothing more is required in order to accomplish the following exercise (Monteith 1844: 14-15). 259

El nivel de dificultad de los textos es progresivo y, consecuentemente, el de los ejercicios también lo es. Al principio de cada ejercicio el autor introduce un comentario explicativo sobre cómo llevarlo a cabo y la finalidad del mismo, estableciendo una relación más directa con el individuo que aprende y demostrando al mismo tiempo una preocupación didáctica; aspectos obviamente relevantes por tratarse de un método para la auto-enseñanza.

La obra incluye una tabla de las conjugaciones de los verbos irregulares españoles, así como fragmentos de Don Quijote y de Gil Blas en la traducción del Padre Isla, para su lectura y traducción directa, con la ayuda de un buen diccionario 260:

With the aid of a good dictionary, and the table of verbs we have given, the learner who has gone carefully through the preceding lessons should now be able to translate any easy Spanish author without much difficulty. We would recommend Gil Blas for his practice in reading, at least in preference to Don Quijote; the former is, it is true, a translation and the latter a native work, but the style of Father Isla (the translator of Gil Blas) is more flowing and the wit more sparkling, that of Cervantes, whose obscure expressions and quaint sayings will often embarrass the beginner (Monteith 1844: 88). 261

En definitiva, el método de Robertson, aunque definido como metodología interlineal, combina elementos pertenecientes a diversas metodologías:

a) Reivindica el texto escrito, la memorización visual y las referencias comparativas a la lengua materna del alumno como instrumentos valiosos en la adquisición de la L2, en oposición a autores "naturalistas" (como Dufief, visto anteriormente), para quienes la adquisición de la lengua extranjera había de estar basada en el proceso de imitación y repetición.

b) Por otro lado, no existen las referencias gramaticales en el modo acostumbrado, pero sí se recurre al ejercicio de la traducción, en todas sus formas, lo cual es una característica típicamente tradicionalista.

En resumen, el método presenta contradicciones y ambigüedades, dentro de una estructura bastante clara y accesible. La falta de referencias gramaticales le diferencian de los métodos tradicionales; pero por otro lado, el énfasis puesto en la traducción y en la memorización le conecta con ellos. Se hace hincapié en la importancia del aprendizaje de la lengua hablada, pero partiendo de la base escrita y visual y de la repetición por parte del estudiante, lo cual no deja de ser una paradoja. Es, sin lugar a dudas, un sistema ecléctico que recoge diferentes ideas metodológicas previas.


Notas

244 El autor, a pesar de la creencia popular, según la cual es imposible adquirir una lengua moderna sin la ayuda de un maestro, espera proporcionar al alumno diligente el conocimiento de la lengua de Castilla sin la ayuda de ningún tipo de instrucción oral en absoluto (trad. nuestra).

245 El plan de nuestro método está especialmente dirigido a aquellos que han estudiado una lengua moderna por la rutina usual: ellos han experimentado el "ennui" de continuas series de declinaciones y conjugaciones dictadas por nuestros más conocidos libros elementales; ellos conocen la inutilidad de adquirir mil y una reglas instantáneas antes de la materia a la que aplicarlas, y consecuentemente están en condiciones de apreciar un esfuerzo para equipar al estudiante con un tratado libre de tales anomalías (trad. nuestra).

246 La dificultad en adquirir la pronunciación de una lengua moderna no proviene de una diversidad en los sonidos, sino de reconocer los sonidos de una lengua a través de los signos utilizados para representarlos en otra [...]; es la relativa diferencia entre el valor de las letras de su propia lengua y el de otra lo que el estudiante tiene que aprender para pronunciar esta segunda lengua correctamente, y esto puede enseñarse por instrucción visual tanto o mejor que por instrucción oral (trad. nuestra).

247 Tómese como muestra representativa el libro de Kristine Kershel (1991), Spanish in ten minutes a day, Washington, Bilingual Books, Inc.

248 Véase Ellis 1985: 23-41.

249 Véanse en el capítulo 5 del presente trabajo las secciones dedicadas a las gramáticas de McHenry y Jiménez de Alcalá. También la gramática de Núñez de Taboada en sus diversas ediciones se situaría en esta línea (Sánchez Pérez 1992: 205).

250 Hablando de modo general, la construcción de todas las lenguas modernas de Europa es muy parecida: hay una cadena de similitudes entre todas ellas, en este aspecto, que las une como si fueran una gran familia y que proporciona abundantes muestras de su común origen (trad. nuestra).

251 El autor espera poder dar cabida en cuatro lecciones a las nociones sobre la estructura y pronunciación de la lengua que permitan al estudiante leer, escribir y hablar castellano, quizás de un modo limitado, pero correctamente, sugiriendo, si el plan de este método es acogido favorablemente, extender en el futuro el número de lecciones, hasta que comprendan la lengua en todos sus detalles (trad. nuestra).

252 El principio de este método consiste en introducir al alumno a una visión general de la lengua antes de conducirle a una consideración de sus detalles, enseñarle unas pocas palabras a un tiempo, pero fijándolas de tal modo en el conocimiento que puedan estar siempre disponibles y listas para ser utilizadas cuando se requieran (trad. nuestra).

253 [...] Lo más aproximado al sonido de la j española en inglés, es el sonido de la letra h en la palabra alcohol, fuertemente aspirada. El sonido de la ch en las palabras escocesas cloch, loch, etc, es el sonido exacto de la j. Es el sonido de la g en la palabra alemana Cobourg, y también es el sonido gutural dado en algunos colegios ingleses a la X griega (trad. nuestra).

254 Ahora que el estudiante está ya familiarizado con la pronunciación de las palabras, se le debe enseñar el significado de las mismas. Se repetirá el pasaje y se colocará debajo de cada palabra española su exacta equivalencia en inglés. Por medio de la ayuda que la traducción le proporciona, el estudiante debe esforzarse en leer el pasaje en inglés. Cuando pueda hacer esto sin titubear, deberá traducirlo en un inglés correcto y volver a traducir esta versión al español, comparándola con la del original. Esto servirá como ejercicio de composición al mismo tiempo que para impresionar más firmemente la construcción del pasaje en la mente (trad. nuestra).

255 Con el fin de que el estudiante pueda determinar si ha adquirido competencia en las palabras, las presentaremos en dos columnas, las palabras en español a un lado y las inglesas a otro; de este modo, cubriendo una u otra columna, el estudiante puede someterse a sí mismo a un examen especial sobre este particular. Este ejercicio debería repetirse hasta que el significado de cada palabra española esté firmemente impreso en la memoria, y las palabras inglesas puedan convertirse al español con la mayor facilidad (trad. nuestra).

256 Habiéndose familiarizado completamente el estudiante con las palabras de la lección, a continuación debe prestar atención a la forma en que éstas aparecen dispuestas en frases, y de este modo, señalar la diferencia entre las construcciones española e inglesa. El estudiante puede avanzar con las frases del mismo modo que hizo con las palabras (trad. nuestra).

257 Con la introducción de una o dos nuevas palabras, podremos hacer de nuestra lección el tema de una conversación desarrollada por entero en español. Este rasgo de nuestro método, que no está presente en ningún otro hasta ahora publicado, permite al estudiante conversar en la lengua que estudia, incluso antes de terminar la lección primera (trad. nuestra).

258 Estamos dispuestos a cuestionar la exactitud de esta opinión, y a defender que es perfectamente factible para un inglés adquirir una pronunciación correcta de cualquier lengua sin la ayuda de instrucción oral [...]. La vista en sí misma es un medio mucho más seguro para una persona juiciosa de adquirir la pronunciación de una lengua, que el oído solamente. La dificultad en la adquisición de la pronunciación de un idioma moderno no surge de la diversidad de sonidos, sino del reconocimiento de los sonidos de una lengua en los signos utilizados para representarlos en otra [...]. El estudiante inglés se siente frecuentemente incómodo en la pronunciación de otra lengua a causa de la necesidad de reglas establecidas en la suya propia; este es el caso especialmente en relación con las vocales: cada vocal en inglés tiene desde seis a dieciocho sonidos diferentes (trad. nuestra).

259 Para escribir una lengua correctamente el estudiante debe trabajar bastante, así como estudiar con regularidad, al mismo tiempo que utilizar un acertado y bien estructurado manual que le guíe y dirija en sus estudios. Para poner estas frases en buen español, el estudiante sólo tiene que tener en cuenta la diferencia entre la construcción de las frases españolas e inglesas en la página 9. Aparte de esto, no se requiere nada más para realizar el siguiente ejercicio (trad. nuestra).

260 Estas dos obras fueron muy utilizadas en esta época como materiales complementarios en las clases de español, como corroboran los programas de estudio de King´s College de Londres de los años 1861 a 1868 , así como las numerosas reediciones de las mismas que se hicieron dentro de la serie educativa Hossfeld.

261 Con la ayuda de un buen diccionario y la tabla de verbos que hemos dado, el aprendiz que ha estudiado cuidadosamente las lecciones precedentes debería ahora poder traducir cualquier autor español que sea fácil, sin gran dificultad. Recomendamos Gil Blas como práctica de lectura, al menos preferentemente a Don Quijote; es verdad que el primero es una traducción y el último un trabajo original, pero el estilo del Padre Isla (traductor de Gil Blas) es más fluido, y el ingenio más chispeante que el de Cervantes, cuyas oscuras expresiones y dichos rebuscados confundirán, a menudo, al principiante (trad. nuestra).



ISSN: 1139-8736
Depósito Legal: B-41077-2003
Copyright: © Matilde Gallardo Barbarroja