ISSN: 1139-8736
Depósito Legal: B-41077-2003
Copyright: © Matilde Gallardo Barbarroja

5.2.1. Características de la gramática de McHenry

En el título de la obra se especifica que se trata de una "gramática española" (Spanish grammar), sin embargo, en el prefacio el mismo autor amplía la definición y nos habla de una "gramática anglo-española" (English-Spanish grammar). Efectivamente, ya desde las primeras páginas se puede comprobar que la segunda definición es la más acertada: se trata de una gramática elemental de la lengua española para alumnos anglosajones y por tanto, está escrita en lengua inglesa y todas las explicaciones y ejemplos que en ella figuran están relacionados y seleccionados desde el punto de vista del hablante inglés. Esta característica no supone novedad; como gran parte de los autores que mencionaremos a lo largo de este capítulo, McHenry insiste en aducir razones que justifiquen la publicación de su obra y demuestren, al mismo tiempo, la originalidad de la misma:

It has been a matter of frequent complaint, that there is no English-Spanish grammar capable of affording the necessary assistance to those persons who are obliged to be their own instructors; for although several of the grammars in circulation possess great merit, yet most of them are written under the disadvantages which inevitable arise from an author attempting to explain in a language with which he is very imperfectly acquainted (McHenry 1823: 3) 130.

Igualmente, el autor se precia de haber elaborado su obra teniendo en cuenta las necesidades del estudiante autodidacta, así como de aquellos que no poseen una formación lingüística ni están familiarizados con la terminología gramatical:

The total ignorance of the common principles of language, and even of the import of the usual grammatical terms, manifested by many persons desirous of acquiring a grammatical knowledge of the Spanish language has induced the writer to attempt to remedy the evil, as concisely and with as little of deterring or repulsive parade and formality, as was possible in his elementary introduction of the language (McHenry 1823: vii) 131.

En este sentido, su gramática es fundamentalmente práctica, en la línea surgida de las doctrinas de Horacio y Séneca y redescubierta en el Renacimiento, por lo tanto postulaba la primacía del uso lingüístico y su objetivo era enseñar la lengua para ser usada tanto en la comunicación oral como en la escrita 132. Como ha señalado R. Sarmiento (1984:22), se trataba de un tipo de gramática pedagógica, cuya finalidad esencial residía en el adoctrinamiento, diferenciándose así de la llamada gramática disertada o teórica, para la que las reglas del uso eran del todo insuficientes si no iban acompañadas de una justificación teórico-racional. Para llegar a este público el autor se sirve de una metodología característica de la gramática didáctica la cual consistía en la explicación de las reglas gramaticales del modo más simple, claro y conciso posible, así como en la práctica de las mismas mediante copiosos ejercicios de traducción directa e inversa, los cuales contribuían a “[...] elucidating or fixing, by practical application, the rules and principles of a language (McHenry 1866: iii)” 133. Se ajustaba, así pues, a las características del método tradicional, también llamado de gramática y traducción, muy divulgado en la primera mitad del siglo del que tratamos a lo largo de este estudio.

El deseo de simplicidad ya había caracterizado el ideario de la gramática pedagógica durante el Renacimiento en oposición a la gramática teórica, basada en el deseo de rigor. Para lograr este objetivo de sencillez, McHenry explica y documenta los principios gramaticales con abundantes ejemplos en español acompañados de su correspondiente traducción al inglés; de este modo el alumno obtiene de inmediato las equivalencias en su lengua materna y puede comparar al momento la morfología y la sintaxis de ambos idiomas. Este sistema está configurado sobre la base de un estudio de tipo comparativo-histórico que llega a ser más evidente en el apéndice de la obra donde se inserta un resumen de las "analogías más comunes" (the most common analogies) que regulan varias clases de palabras españolas derivadas del latín. Dicho resumen se compone de columnas paralelas de frases en varios idiomas que van desde el latín, la lengua matriz, al español, portugués, italiano, francés e inglés, de tal modo que al alumno se le presentan textos paralelos de traducción conjuntamente con una perspectiva histórica de las diferentes lenguas, sus analogías y diferencias, partiendo de una base latina; es decir, un análisis diacrónico en relación con la evolución histórica de las principales lenguas modernas europeas que se estudiaban en la época:

LATIN
SPANISH
PORTUGUESE
ITALIAN
FRENCH
ENGLISH
homo quidam (unus) un hombre hum home un uomo un homme a certain man
habuit duos filios hubo dos hijos tinha dous avea due figiuoli avait deux fils had two sons
(McHenry 1823:320)

Como señala Mourelle-Lema (1968: 155), desde comienzos del siglo XIX el estudio del parentesco de las lenguas y la fijación de su desarrollo histórico no se realiza solamente sobre términos aislados, en el léxico o vocabulario, sino que, por el contrario, se toma la construcción gramatical, y aduce el ejemplo de la gramática de Rasmus Rask. Efectivamente, ya en las primeras décadas del siglo se habían publicado en Alemania los trabajos comparatistas de Franz Bopp, Rasmus Rask y Jacob Grimm sobre el origen común de las lenguas germánicas, el griego, el latín, las lenguas bálticas y eslavas, dentro de lo que constituye el primer período del comparativismo (Leroy 1967: 13). Es evidente que McHenry estaba al corriente de estas iniciativas en materia lingüística; sin embargo, el estudio comparativo llevado a cabo en su tratado no es de tipo sincrónico, aunque los objetivos que se fija coinciden aparentemente con los propugnados por estudiosos con un espíritu más progresista como W.V. Humboldt, quien en su Ensayo sobre las lenguas del nuevo continente se expresaba así:

[...] no puede caber duda de que las lenguas se explican recíprocamente, y que no se llega a ver una aislada a plena luz más que cuando se eleva por pesquisas que tratan de abrazar todos los idiomas desde un punto de comparación general (citado en Alonso Cortés 1989: 52).

A New and Improved Spanish Grammar se presenta estructurada en dos partes. La primera comprende una introducción a los elementos de la gramática española en la cual se insertan la definición de gramática y sus partes. La segunda consta de la explicación de las reglas en cuanto elementos del discurso, documentándolas con ejemplos y con las correspondientes notas y observaciones. A estas dos partes, que componen el corpus esencial del trabajo, se añade un apéndice que contiene: un vocabulario, diálogos con referencias a las reglas en la gramática, algunos ejemplos de documentos comerciales, una explicación de las reglas y principios de la poesía española y algunas reglas de derivación. Como complemento, se incluye además una selección de comentarios críticos a la edición, extraídos de diferentes publicaciones periódicas como Literary Panorama, British Critic, Universal Magazine. Tal proceder respondía a un cierto uso editorial134 y podría interpretarse como un deseo de prestigio y una muestra de aprobación, factores que garantizarían al mismo tiempo el éxito comercial del volumen.

La primera parte de la gramática de McHenry introduce los apartados de ortografía, prosodia y etimología mientras que la segunda trata exclusivamente de la sintaxis. Es evidente que este autor coincide con la gran mayoría de los gramáticos españoles coetáneos al establecer esta clasificación 135. Sin embargo, tal ordenación no es totalmente rígida sino que está supeditada a su propio criterio pedagógico y de utilidad, que no ponía reparos en sacrificar el orden establecido si con ello se conseguía una mayor claridad en la exposición de los conocimientos:

This circumstance, however, has compelled him by developing several of the properties or accidents of words, as they result from mutual relation and connexion, rather than according to a dry, mechanical analogy, to imitate the example of some modern grammarians of deserved repute, and occasionally intermix, among the rules of syntax, remarks and observations, which, he is fully aware, belong, in strict propriety, to the province of Etymology (McHenry 1823: vi) 136.

Sirva de muestra ilustrativa el extracto que presentamos del índice de contenidos, en el cual encontramos la siguiente clasificación:

Part I
Of the adjective
Of comparatives and superlatives
Of cardinal numbers
Of ordinal numbers
[...]
Part II
Rules to form the feminine termination of adjectives
Rules to form the plural of adjectives
Place of adjectives
Agreement of adjectives
Observation on the manner in which adjectives agree
sometimes with a noun plural
Adjectives which become defective before their nouns
(McHenry 1823: x)p


page 34
36
37
38


96
97
Ib.
Ib.

98
99

Sin alcanzar el grado de originalidad e innovación que sobre este aspecto consigue su correligionario Del Mar, en las aserciones arriba mostradas se intuye un sólido entendimiento del funcionamiento interno de la lengua, que encontrará resonancia en la obra de Vicente Salvá, cuya deuda con los autores de gramáticas de español para extranjeros ha sido reconocida 137.

Esta primera parte de la obra comienza con la definición de gramática como “el arte de hablar y escribir la lengua española según ciertas reglas establecidas” (the art of speaking and of writing the Spanish language according to certain established rules) (McHenry 1823: B). Estableciendo de este modo que se trata de la gramática particular de la lengua española en oposición a la gramática general de base racionalista. Esta definición se corresponde con la fórmula convencional, surgida con Diomedes, la cual predominó en la lingüística española del siglo XVIII (Sarmiento 1968: 22) y seguía en vigor en gran número de los tratados gramaticales publicados en las primeras décadas del XIX 138. A continuación establece la división de la gramática en cuatro partes: ortografía, prosodia, etimología y sintaxis, siguiendo el criterio tradicional 139. La inclusión de la prosodia en segundo lugar, después de la ortografía y antes de la etimología, es poco usual pero, como el mismo autor explica, se hace en interés del alumno:

This is generally reckoned the fourth division of grammar: but as what will be observed concerning it will materially assist beginners, it has been thought expedient to introduce it before Etymology (McHenry 1823: B) 140.

En cualquier caso, no se profundiza demasiado en este apartado gramatical ya que, como señala el propio McHenry (cf. 1823: 23), la Real Academia Española no había fijado aún las reglas de la Prosodia española en la fecha de publicación de esta obra (1823) y este gramático se adhiere en gran medida al tratado académico en su edición de 1796.

En el apartado de la Ortografía dedica varias páginas a la descripción de los sonidos y a la pronunciación del español, aspecto en el que pone gran énfasis por considerarlo fundamental para el aprendizaje correcto de la lengua por parte de quienes la estudien por sí mismos, sin la ayuda de un profesor:

Not contending himself with minutely describing and elucidating the different powers of the letters, he has also exemplified, by a reference to English words, not only the simple sounds which they represent, but almost every variety of sound resulting from position and combination (McHenry 1823: vi) 141.

Por este motivo recurre constantemente a la correspondencia con las letras y sonidos del idioma inglés, estableciendo comparaciones entre la pronunciación de ambos idiomas, como se puede apreciar en el siguiente ejemplo:

G (1) before a,o,u or a consonant has the same sound as in gap, gone, grace, etc, in English; as in gana, gota, grado.
(2) before e, i, y it sounds like the English h when aspirated, as gente, giro.
N.B. G is silent in the words gnomonica and gnomonico (McHenry 1823: 4) 142.

Estas referencias de tipo comparativo entroncan con el objetivo didáctico, simplificador, ya mencionado. Asimismo, la importancia concedida al aspecto hablado de la lengua y al conocimiento de las características fónicas de la misma en el proceso del aprendizaje le conecta con teóricos de la metodología de la enseñanza de idiomas como Dufief, Prendergast e incluso con los postulados muy posteriores del Método Directo.

En el apartado de la Etimología, y al tratar de las clases de palabras, establece una clasificación de diez partes: nombre, artículo, adjetivo, pronombre, verbo, participio, adverbio, preposición, conjunción e interjección. McHenry muestra aquí un sistema alejado del tradicional, aunque ya utilizado por Nebrija en 1492 (Ramajo Caño 1987: 51) pero que no fue adoptado por la GRAE hasta su edición de 1870 (Calero Vaquera 1986: 54-57) 143. La mayoría de ellas son catalogadas en el encabezamiento de la definición como "palabras", excepto el verbo y el participio, que son definidas como "partes del discurso", así como la conjunción, de la que solo se especifica que "sirve para conectar palabras y oraciones" (traducido de McHenry 1823: 28). El criterio seguido en la definición de las clases de palabras es a la vez sintáctico y semántico (nocional-funcional) como se desprende de las siguientes definiciones:

A noun expresses the name of an individual [...].
An article is a word prefixed to a noun to determine the extent of its signification [...].
A verb is that part of speech which serves to affirm something concerning the noun [...].
Interjections are words which express some emotion [...] (McHenry 1823: 27-28) 144 .

Lo cual no resulta sorprendente puesto que, como afirma Gómez Asencio (cf. 1981: 125), la mezcla de criterios era característica de la mayoría de las gramáticas españolas de esta época.

Esta primera parte del libro finaliza con la definición de la sintaxis según el criterio funcional, haciendo referencia exclusivamente al objeto de la misma:

Syntax treats of sentences, fixes the proper arrangement of their components parts, and shows how the various modifications of words are to be correctly employed. A sentence has been defined to be an assemblage of words forming a complete sense (McHenry 1823: 80) 145.

McHenry sigue el mismo criterio que la GRAE en su edición de 1771 (Sarmiento 1984: 66), el cual sería recogido en décadas posteriores por Bello (Isaza Calderón 1967: 65); identifica sintaxis y construcción y establece una división bipartita de la misma en concordancia y régimen, a los cuales define como sigue:

Concord is the agreement of one word with another, in number, gender, case or person [...].
Government or regimen is the power of one word over another when it determines its case, tense or mood [...] (McHenry 1823: 80) 146.

La sintaxis está concebida con un valor tradicional: la ordenación logicista. Sin embargo, en esta definición destaca la preponderancia de la frase sobre la palabra como elemento base de esta parte de la gramática, lo cual supone un paso más avanzado en el estudio y concepción de la sintaxis 147.

La segunda parte de la obra comprende las reglas de aplicación y utilización de las diversas partes del discurso. Entre otros hay que destacar los apartados relativos a las fórmulas de tratamiento, sobre el uso de los verbos ser y estar, observaciones sobre la forma peculiar de construir el verbo to be a través de tener, sobre las tres clases en que se pueden dividir los verbos irregulares, lista alfabética de todos los verbos irregulares numerados según el paradigma al que se refieren, observaciones sobre el imperfecto y pluscuamperfecto de subjuntivo, lista de preposiciones que se utilizan siempre en conjunción con otras preposiciones, etc. Ocasionalmente el autor intercala expresiones y estructuras funcionales así como listas de verbos, al modo en que figuran en similares trabajos gramaticales. Es evidente que no todos estos componentes han sido tratados con el mismo grado de atención; el propio autor indica aquellos que han recibido especial consideración en aras de la claridad y simplicidad que persigue la obra, precisamente por tratarse de áreas particularmente difíciles para el estudiante extranjero:

In the declension of nouns, and the conjugation of irregular verbs; he has paid considerable attention to an elucidation of the respective imports and uses of the Spanish substantive verbs Ser and Estar; and has endeavoured to remove some of the obscurity in which the nature and use of the Spanish subjunctive mood, especially in its imperfect tense, have hitherto been more or less involved (McHenry 1823: vi) 148.

Con respecto al imperfecto de subjuntivo, hay que destacar el hecho de que McHenry incluyera la forma -ría junto con -ra, -se en este tiempo, siguiendo la disposición tradicional; y aunque el autor es consciente de las diferencias en el uso de las distintas formas (McHenry 1823: 208) no llega a plantearse su inclusión en el modo indicativo como hiciera V. Salvá 149, ni tampoco concibe la existencia de un tiempo y un modo condicional tal y como planteara F.C. Meadows 150. Sin embargo, las "Observaciones" sobre el uso de las diferentes formas del imperfecto de subjuntivo son particularmente interesantes, ya que parten del punto de vista del hablante inglés, estableciendo relaciones y comparaciones con sus equivalentes en la lengua inglesa:

The terminations -ra, -se- and -ría, belonging to these tenses, cannot always be indiscriminately used; for although in the examples given of the conjugations, &c in Part I, it was found expedient to allot only one English sign of the subjunctive to every Spanish termination, we must not however conclude that -ra is always the only equivalent to should, -se to might, or -ría to would; this is so far from being the fact, that every one of the three terminations may be made to correspond to any of the signs, according to circumstances (McHenry 1823: 208) 151.

El Apéndice de la obra consta de vocabularios temáticos y diálogos funcionales, además de un breve apartado sobre versificación y otro sobre la derivación. Tanto los vocabularios, ordenados por temas, como los diálogos funcionales constituían desde antaño un rasgo característico de los textos gramaticales destinados a la enseñanza de idiomas, como se percibe en las gramáticas de Percyvall, Minsheu, Oudin y Franciosini en los siglos XVI y XVII. La gramática de McHenry se sitúa en esta línea didáctica, aunque, al mismo tiempo, también se nutre de la tradición gramatical que representaba la Gramática de la Real Academia Española en sus ediciones de 1771 y 1796 (a ambas ediciones se hace referencia a lo largo de la obra). En la mayoría de las gramáticas destinadas a la enseñanza de la lengua española a extranjeros, como afirma Sánchez Pérez, "se traduce simplemente la Gramática Española de la Academia a la lengua correspondiente" (cf. 1992: 153-154). En el caso de McHenry, la deuda contraída con la GRAE no es más que la debida justificación que figura igualmente en otras tantas obras del mismo género, publicadas fuera de España,no obstante, en ocasiones se aparta de esta tradición si el criterio pedagógico así lo requiere:

However great the respect of the author for the Spanish Academy may be, yet conscious that a strict adherence to the system of that enlightened body would have proved inimical to the peculiar purpose of this Grammar, he has occasionally ventured on a few inconsiderable deviations from their decisions; which it is presumed, will not be ascribed to any other motive than a wish to add to that simplicity and facility in self-instruction, which it has been his particular aim uniformly to promote (McHenry 1823: vii) 152.

En general, A New and Improved Spanish Grammar se puede definir como una gramática descriptiva con incisos normativos, en la cual la descripción de los elementos gramaticales se complementa con profusas explicaciones que, a veces, exceden la mera descripción lingüística, si así lo requiere la dificultad de los conceptos tratados. Todo ello se hace en beneficio del alumno, según el criterio de utilidad que caracterizará del mismo modo otras obras coetáneas destinadas al aprendizaje del español como segunda lengua.


Notas

130 Un asunto de frecuentes quejas es que no haya ninguna gramática anglo-española, capaz de proporcionar la asistencia necesaria a aquellas personas que se vean obligadas a la autoinstrucción; porque aunque varias de las gramáticas en circulación posean gran mérito, la mayoría de ellas están escritas con las desventajas que inevitablemente surgen cuando un autor intenta dar explicaciones en una lengua con la cual está imperfectamente familiarizado (trad. nuestra).

131 La total ignorancia de los principios básicos del lenguaje, e incluso de la importancia de la terminología gramatical más común, manifestada por muchas personas deseosas de adquirir un conocimiento gramatical de la lengua española ha inducido al escritor a intentar remediar este problema de forma tan concisa y con tan poco impedimento o ceremonial repelente y formalidad como sea posible en su elemental introducción a esta lengua (trad. nuestra).

132 Como explica A.P.R. Howatt (1984:132) en relación con el significado del término “práctica” en estos manuales:
[...] Aparece una y otra vez en los manuales de lenguas en el siglo XIX y tenía otro significado más que el que se le da hoy en día. Para nosotros, “práctica” es más o menos sinónimo de útil, pero en el en siglo XIX, un manual práctico era uno que requería práctica; es decir, que contenía ejercicios de varios tipos, frases para traducción directa en inversa [...]. (trad. nuestra).

133 [...] dilucidar o fijar, mediante la aplicación práctica, las reglas y principios de una lengua (trad. nuestra).

134 Otras obras en la misma línea, como la gramática de Emanuel Del Mar y el método de la Maestría de Prendergast, también incluyen unas páginas dedicadas a mostrar los comentarios halagadores aparecidos en la prensa contemporánea.

135 Consúltese Gómez Asencio, 1981: 40.

136 Sin embargo, esta circunstancia le ha obligado -al autor- a desarrollar varias propiedades o accidentes de las palabras según resultan de su relación y conexión mutua en vez de según una analogía seca y mecánica, siguiendo el ejemplo de algunos gramáticos actuales de merecida reputación y, ocasionalmente, entremezclar entre las reglas de la sintaxis comentarios y observaciones las cuales, él es consciente, pertenecen en sentido estricto al campo de la etimología (trad. nuestra).

137 Margarita Lliteras (1992:37) señala las alteraciones que se observan en las dos primeras ediciones de la gramática de Salvá, con respecto al apartado de la Sintaxis:
[...] En la Sintaxis del texto de 1830 donde el gramático se ocupa por extenso de describir los pormenores de aquellas palabras incluidas “etimológicamente” en la clase general del nombre y de las partículas. Sin embargo, las variaciones de las partes de la oración son también, según la definición de Salvá, objeto de la Sintaxis.
Del mismo modo, esta autora observa el conocimiento que tenía el gramático valenciano de aquellos que le precedieron en la enseñanza del español, incluidos los que destinaban sus libros a estudiantes extranjeros (cf. 1992: 26).

138 Sobre este aspecto, Gómez Asencio ( 1981: 20-23) recoge las definiciones de los gramáticos españoles más reconocidos en esta época con sus diferentes variantes. La definición de McHenry se encuentra a medio camino entre las de Jovellanos y Hermosilla (gramática prescriptiva, normativa) y la de Salvá (descriptiva) .

139 Esta clasificación de origen medieval y que tanta raigambre tuvo en la tradición española coincide con la establecida por Gobeyos, Mata y Díaz (Gómez Asencio 1981: 35). La GRAE establece la división cuatripartita, por primera vez, en su cuarta edición de 1796, aunque incorporando la Analogía en lugar de la Etimología (Calero Vaquera 1986: 40).

140 Se piensa normalmente que ésta es la cuarta división de la gramática: pero como las explicaciones que en ella se den serán de utilidad a los alumnos principiantes, hemos pensado oportuno introducirla antes de la Etimología (trad. nuestra).

141 No conformándose -el autor- con dilucidar y describir minuciosamente las diferentes posibilidades de las letras, también ha ejemplificado, con referencia a las palabras inglesas, no sólo los simples sonidos que representan, sino casi cada variedad de sonidos resultante de su posición y combinación (trad. nuestra).

142 G (1) ante a,o,u o consonante tiene el mismo sonido que en gap, gone, grace, etc. en inglés; como en gana, gota, grado.
(2) ante e, i, y suena como la H inglesa cuando es aspirada; como gente, giro.
N.B. G es muda en las siguientes palabras gnomónica y gnomónico (trad. nuestra).

143 Algunas gramáticas de español destinadas a un público anglosajón, como A Theoretical and Practical grammar of the Spanish language, de E. Del Mar, no introdujeron esta clasificación hasta 1844.

144 El nombre expresa el nombre de un individuo [...].
El artículo es una palabra antepuesta a un nombre para determinar la extensión de su significado [...].
El verbo es la parte del discurso que sirve para afirmar algo concerniente al nombre [...] (trad. nuestra).

145 La sintaxis trata de las frases, fija la ordenación correcta de sus partes componentes y muestra cómo las varias modificaciones de las palabras han de ser correctamente empleadas. Una frase ha sido definida como una recopilación de palabras que forman un pensamiento completo (trad. nuestra).

146 Concordancia es el acuerdo de una palabra con otra en número, género, caso o persona [...].
Gobierno o régimen es el poder de una palabra sobre otra cuando determina su caso, tiempo o modo [...] (trad. nuestra).

147 La consideración de la frase, en lugar de la palabra, como unidad de formulación es propia de gramáticas muy posteriores, como la GRAE de 1870 (Calero Vaquera 1986: 187).

148 En la declinación de los nombres y en la conjugación de los verbos irregulares -el autor- ha prestado considerable atención, dilucidando las respectivas características y usos de los verbos sustantivos españoles Ser y Estar y se ha esforzado por evitar la oscuridad que distingue más o menos la naturaleza y el uso del modo subjuntivo español, especialmente en su tiempo imperfecto (trad. nuestra).

149 Como explica M. Lliteras (1992: 153): para Salvá, la forma en -ría pertenece al modo indicativo, en el que figura con la denominación de “futuro condicional”.

150 F.C. Meadows fue el autor de A New Grammar of the Spanish Language, comprehending, in a most simple, easy and concise manner, everything necessary to its complete acquirement, London, printed for William Tegg and Co., en 1846.

151 Las terminaciones -ra, -se y -ría, que pertenecen a esos tiempos, no pueden ser siempre utilizadas indiscriminadamente porque, aunque en los ejemplos dados de las conjugaciones, etc., en la Parte I se juzgara conveniente asignar sólo un signo inglés del subjuntivo a cada terminación española; no debemos, sin embargo, concluir que -ra es siempre el único equivalente de should, ´-se de might, o -ría de would; esto está tan lejos de ser realidad que cada una de estas tres terminaciones ouede hacerse corresponder con cualquiera de los signos, según qué circunstancias (trad. nuestra).

152 A pesar del gran respeto que el autor tiene por la Academia Española, consciente de que una estricta adhesión al sistema de esa ilustrada Institución habría demostrado ser desfavorable para el propósito de esta gramática, se ha aventurado ocasionalmente a desviarse de sus decisiones en algunos aspectos insignificantes; lo cual, es de suponer, no se debe a ningún otro motivo sino al deseo de añadir simplicidad y facilidad a la auto-instrucción, cuya promoción ha sido su objetivo particular (trad. nuestra).



ISSN: 1139-8736
Depósito Legal: B-41077-2003
Copyright: © Matilde Gallardo Barbarroja