ISSN: 1139-8736 Depósito Legal: B-39120-2002 Copyright: © Chantal Pérez |
Las definiciones representan una descripción completa, expresada normalmente mediante símbolos lingüísticos, de un concepto. La norma ISO 1087 (1990) define las definiciones de la siguiente forma:
definición: enunciado que describe una noción y que, dentro de un sistema nocional, permite diferenciarlo de otras nociones.
Esta norma hace referencia explícita al aspecto que más claramente diferencia las definiciones terminológicas de las definiciones generales o enciclopédicas que se encuentran en obras de referencia de carácter general: la identificación de un concepto sólo en referencia al sistema conceptual al que pertenece dentro de un área de especialidad determinada.
Cabré (1993: 209) establece una distinción teórica80 entre tres tipos de definiciones, que se diferencian entre sí tanto por el objeto que describen como por los contenidos que expresan:
Estos tres tipos de definición diferentes pueden reflejar una misma realidad, pero vista desde perspectivas diferentes. En el primer caso, que normalmente se corresponde con las definiciones lexicográficas, el objeto de la definición es el signo lingüístico, el de la definición de tipo ontológico, la realidad; y el de la definición de tipo terminológico, el concepto dentro del sistema conceptual de un área de especialidad.
En consecuencia, estos tres tipos de definiciones también expresarán contenidos diferentes. En la definición lingüística, a diferencia de la definición terminológica, no se suelen incluir todas las características de un concepto, sino aquellas que son necesarias para distinguirlo de otro dentro del sistema de la lengua. La definición ontológica, sin embargo, incluye todos los aspectos peculiares de un concepto, tanto si son relevantes para definirla como clase como si no lo son. Finalmente, una definición terminológica describe la noción en referencia exclusiva a un dominio de especialidad, y no en relación al sistema lingüístico.
Las definiciones terminológicas, además, tienen la importante finalidad de fijar la relación entre un concepto y el término que lo designa. En palabras de Sager:
Through the activity of definition we fix the precise reference of a term to a concept, albeit by linguistic means only; at the same time it creates and thereby declares relationships to other concepts inside a knowledge structure.
Sager (1990: 21)
Es decir, las definiciones no sólo establecen la relación entre el concepto y el término sino que también establecen, e incluso crean, las relaciones entre los conceptos de un sistema conceptual. De Bessé (1997: 65) va un paso más allá y, para establecer una distinción entre definiciones terminológicas y definiciones terminográficas, señala que las primeras crean conceptos mientras que las segundas sólo los describen en referencia a un sistema conceptual preexistente.
Esta distinción entre definiciones terminológicas y definiciones terminográficas está en consonancia con la diferente orientación que normalmente poseen ambas actividades: normativa en el primer caso y descriptiva en el segundo. En consecuencia, los encargados de formular las definiciones terminológicas son los propios expertos en la materia y los organismos normalizadores correspondientes, mientras que las definiciones terminográficas se encuentran en los trabajos de orientación descriptiva realizados por los terminógrafos.
Sin embargo, ambos tipos de definición deben recurrir a la misma materia para ser formuladas: la lingüística. Esto puede causar problemas en el caso de las definiciones terminológicas, puesto que los terminólogos deberán tener en cuenta esta dualidad (la lingüística y la conceptual), a la que Rey (1995: 40) también hace referencia:
Definitions and description are probably the core issues of terminology. The inherent ambiguity of definitions, i.e. being both logical operations and linguistic activities, reveals a basic question: When are we no longer speaking of natural language and discourse and when can we claim to speak of things and their epistemological organisation through functional schemata of concepts (or notions)?
Además, también obliga a los creadores de las definiciones terminológicas a no perder de vista el carácter inherentemente impreciso y en ocasiones ambiguo del lenguaje que, sin embargo, es el medio de expresión con el que han de dar cuenta de un sistema conceptual estructurado y preciso:
The position of the terminological definition is far from clear. On the one hand, and from a theoretical point of view, it should express the relevant features of the term, while, on the other, it should reflect those of the notion or concept; it can therefore only be applied to a pure term which is readily translatable into all languages and to a perfectly coherent and consistent terminological system in which each concept is built clearly and univocally [...] Empirically the terminological definition is very different. It is a compromise solution between the lexicographical definition and encyclopaedic description, for the purpose of improving the usage of nouns so that they can function as terms, and also for reflecting –not reproducing or representing- the method of constituting classes of beings and the operation of the conceptual system. Since the definition is expressed in natural language, it carries with it all the ambiguities, polysemies and connotations of the word units of any particular language.
Rey (1995: 42)
Existen otros aspectos de gran importancia que han de tenerse en cuenta a la hora de formular definiciones terminológicas; el terminólogo no sólo debe ser consciente de que tendrá que dar cuenta de las posibles ambigüedades y connotaciones inherentes a la sustancia lingüística con las que son creadas. Además, también son un reflejo de la comunidad cultural y científica que las crea, y del conocimiento que, en un momento determinado, una comunidad científica posee sobre las estructuras de conocimiento que son representadas en las definiciones. En este sentido, como indica Sager (1990: 54), los terminólogos y especialistas han de ser muy cuidadosos para encontrar un equilibrio entre la precisión y la excesiva restricción denominativa. La primera es necesaria para establecer la identificación entre el término y la definición. La segunda puede resultar inconveniente para dar cuenta del carácter dinámico de las estructuras de conocimiento.
También ha de tenerse en cuenta que las definiciones varían dependiendo del propósito con el que son creadas. De este modo, el carácter de una definición variará según esté motivada por:
En los dos primeros casos son los especialistas en la materia en cuestión los encargados de formular las definiciones, lo que en algunos casos se hará de forma simultánea a la formación del concepto y su designación, y pueden servir tanto para explicitar como para explicar las características precisas del concepto. Al terminólogo (y más aún al terminógrafo) corresponde examinar esas definiciones y ver, hasta qué punto, pueden ser usadas para ser incluidas en una base de datos terminológica.
En un trabajo de orientación terminográfica como el nuestro, hemos usado el corpus textual informatizado para extraer definiciones ya formuladas por especialistas en la materia. En aquellos casos en los que nos ha sido posible escoger entre varias definiciones propuestas, hemos incluido en la base de datos la definición que provenía de la fuente que hemos considerado más autorizada o de mayor difusión científica (UMLS, NCI, etc.) o, de forma alternativa, la que hemos considerado más completa y analítica. Sólo en algunos casos hemos retocado la expresión lingüística de alguna definición, para establecer una mayor coherencia en las definiciones de conceptos próximos en la estructura conceptual.81
Notas
80 Recalcamos el adjetivo teórica puesto que, como señala la autora, en la práctica esta distinción no es tan nítida y en ocasiones las definiciones que se pueden encontrar en los diccionarios no especializados mezclan elementos de los tres tipos de definición.
81 Hay que destacar, sin embargo, la labor de investigación llevada a cabo por otro miembro de nuestro grupo de investigación, M. García de Quesada (2000), en la que se propone un sistema definicional terminológico que pueda aportar consistencia y coherencia a la estructura de las definiciones contenidas en la base de datos terminológica, siguiendo la metodología del Modelo Lexemático-Funcional propuesto inicialmente por el Prof. Martín Mingorance (véase Martín Mingorance 1987, 1990, 1995 y Faber & Mairal 1999).
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